Tras dos horas de encuentro Marielle emprende retorno, en automóvil, por el centro de la ciudad de Río de Janeiro. Otro auto, que la estaba esperando, se detiene en paralelo al suyo. Se descargan nueve balas 9mm. Cinco impactan en la cabeza de Marielle, otras tantas en Pedro Gomes Anderson, el chofer. Ambos mueren. Y los asesinos, llevándose nada más que olor a pólvora, se dan a la fuga.
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