Mipyme privada lleva adelante reparación capital del Museo Finca El Abra

La mipyme CSEGA, dedicada la construcción, es la encargada de reparar el sitio donde estuviera José Martí con solo 17 años tras su nefasta experiencia en las canteras de San Lázaro.

Foto de archivo del Museo Finca El Abra, en la Isla de la Juventud. Foto: isladelajuventud-cuba.com / Archivo.

Foto de archivo del Museo Finca El Abra, en la Isla de la Juventud. Foto: isladelajuventud-cuba.com / Archivo.

El Museo Finca El Abra, sitio donde estuvo José Martí con solo 17 años antes de ser deportado a España, es sometido a una reparación capital a cargo de una mipyme privada.

Los trabajos, que se extenderán hasta diciembre, son ejecutados por la mipyme CSEGA, dedicada a servicios de la construcción, según informa la Agencia Cubana de Noticias (ACN).

Roberto Lorenzo Arcaya Gámez, director del Museo Finca El Abra, comentó al medio que como parte de la recuperación del histórico inmueble “se sustituirá la cobija del techo y la marquetería fundamentalmente, afectada por termitas”.

Además, ya fueron cambiados los laterales del techo, los que, dijo el directivo, “hasta ahora han demostrado ser de alta calidad, porque durante las lluvias no se detectaron filtraciones”.

Arcaya Gámez explicó que el guano necesario para techar la parte del granero ubicada en la segunda planta ya ha sido adquirido y se encuentra almacenado a pie de obra, así como las tejas criollas de barro.

En cuanto a la marquetería, la madera para su colocación “lleva un largo y meticuloso proceso que va desde el corte, secado y pulido”, detalló.

De acuerdo con la ACN, la vetusta masía, una hacienda dotada de tres bloques a la usanza de las construcciones catalanas, pertenece a la familia aún asentada en una parte del inmueble.

A 3 kilómetros de la ciudad Nueva Gerona, el Museo Finca El Abra fue declarado Monumento Nacional por su valor histórico.

Ubicada en una especie de abertura en medio de dos de las montañas de la Sierra de las Casas, en este sitio se estableció en 1869 la familia Sardá-Valdés, que acogió al joven Martí tras su nefasta experiencia en las canteras de San Lázaro. 

Allí el futuro Héroe Nacional de Cuba pasó 65 días, en los que convivió con los Sardá y fue recuperando su salud estropeada por la cárcel y los trabajos forzados.

El 28 de enero de 1944, la finca fue convertida en museo y su primer museólogo fue Elías, el menor de los hijos del matrimonio que recibió a Martí luego del indulto de su condena a cambio del confinamiento en la entonces llamada Isla de Pinos.

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