IV Conferencia La Nación y la Emigración: retomar el diálogo en una Cuba diferente (I)

Declaraciones sobre el evento ofrecidas a OnCuba por Ernesto Soberón, director general de Asuntos Consulares y de Atención a Cubanos Residentes en el Exterior de la Cancillería cubana.

Ernesto Soberón Guzmán, director general de Asuntos Consulares y de Atención a Cubanos Residentes en el Exterior de la Cancillería cubana. Foto: Otmaro Rodríguez.

Ernesto Soberón Guzmán, director general de Asuntos Consulares y de Atención a Cubanos Residentes en el Exterior de la Cancillería cubana. Foto: Otmaro Rodríguez.

Este martes 13 de junio, el Gobierno cubano convocó oficialmente la IV Conferencia La Nación y la Emigración. El evento, que debió realizarse en abril de 2020, fue suspendido por la pandemia de COVID-19, y desde entonces se esperaba la celebración de una cita que las autoridades de la isla consideran “expresión de la voluntad inequívoca de continuar profundizando los vínculos” con los cubanos que residen fuera del país.

“Esta conferencia va a ser el momento propicio para sentarnos a conversar y proyectar el futuro de la relación de Cuba con sus nacionales en el exterior”, comentó Ernesto Soberón, director general de Asuntos Consulares y de Atención a Cubanos Residentes en el Exterior (DACCRE) de la Cancillería cubana, en declaraciones a OnCuba.

El evento ha sido programado para los días 18 y 19 de noviembre en La Habana, en el contexto del aniversario 45 del Diálogo del 78, que significó un parteaguas en las relaciones entre la emigración —o, al menos, una parte de ella— y las autoridades cubanas, veinte años después del triunfo de la Revolución cubana.

Casi medio siglo después de aquellos acontecimientos y luego de tres ediciones de las Conferencias La Nación y la Emigración —1994, 1995 y 2004—, Cuba es un país diferente. Lo es, incluso, respecto al país que iba a celebrar la cuarta edición, tres años atrás. Y asimismo lo son las relaciones con la comunidad en el exterior.

Cuba atraviesa una severa crisis económica, acentuada por los efectos de la pandemia, el embargo/bloqueo de Estados Unidos y las dificultades e ineficiencias internas. A la par, lleva adelante un proceso de reformas económicas que ha dado mayor protagonismo a la iniciativa privada y ha abierto la puerta a los cubanos residentes en el exterior y que, sin embargo, no consigue el despegue esperado.

La oleada migratoria vivida en los últimos dos años refuerza la negativa dinámica demográfica de la isla y engrosa la comunidad cubana en el exterior, estimada oficialmente en más de 2 millones de personas.

Las carencias cotidianas espolean el malestar social, cuya expresión tuvo su clímax en las protestas de julio de 2021 lo que, a su vez, atiza la polarización política en parte de la emigración.

Cuba es además un país con una nueva Constitución y nuevas leyes, algunas aprobadas y otras en construcción, como parte de la actualización legislativa que deriva de una nueva Carta Magna.

Nuevas normas, definitivas o temporales, responden a reclamos de la emigración, como la extensión del tiempo de vigencia del pasaporte, la eliminación de su prórroga, la reducción de su costo en los consulados, y la moratoria por la COVID-19 que permite a los cubanos permanecer en el exterior más de 24 meses sin perder la residencia en la isla.

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Este es, grosso modo, el contexto en el que se anuncia la IV Conferencia La Nación y la Emigración, evento que, a decir de Soberón, tendrá lugar en “el mejor momento de los vínculos de Cuba con sus nacionales en el exterior”.

A continuación, las declaraciones ofrecidas a nuestro medio acerca de la Conferencia por el director general de la DACCRE.

Convocatoria

Ernesto Soberón: La convocatoria del evento para este año responde al compromiso de organizar la Conferencia. Cuando se suspendió en 2020, se dijo que se posponía y que, cuando la situación epidemiológica lo permitiese, se retomaría su organización, que prácticamente estaba lista.

En noviembre de 2021 se reabrieron las fronteras, comenzó la recuperación y en 2022 y lo que va de 2023 la situación epidemiológica ha ido mejorando, está controlada. El tema que quedaba pendiente era el de la conectividad aérea. Hemos monitoreado ese asunto, para facilitar que, desde los principales puntos desde donde los cubanos viajan al país, sea fácil la llegada y en el evento pueda haber una representación lo más amplia posible de la comunidad cubana en el exterior.

Es fundamental la representación, porque en todos los eventos, y en este va a ocurrir igual, la mayoría de los participantes provendrá de Estados Unidos, donde radica la mayor comunidad de cubanos en el exterior y desde donde resulta más fácil viajar a Cuba. Pero nos interesa también que la representatividad sea mayor, porque hoy tenemos cubanos en alrededor de 140 países. Y queremos escucharlos a todos y que nuestro mensaje llegue a todos los lugares donde hoy residen cubanos.

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Cambios en el contexto

La última Conferencia fue en 2004. Después de diecinueve años queremos organizar un evento a tono con el contexto del país y los vínculos con los cubanos en el exterior. En 2004 el contexto era diferente desde el punto de vista de los flujos migratorios, no había la cantidad de cubanos viajando en un sentido u otro que hay hoy. Tampoco había la cantidad de cubanos radicados en el exterior que hay ahora, ni la de cubanos que hoy están en el exterior y mantienen la residencia en Cuba.

Está también el 45 aniversario del Diálogo del 78, que se cumple el 20 y 21 de noviembre, y que fue un momento trascendental para Cuba y, en particular, para las relaciones con la comunidad en el exterior.

Ahora el evento fue convocado para los días 18 y 19 porque es fin de semana, un momento más propicio para poder hacer un viaje rápido a Cuba, sobre todo para los que viven en países más cercanos, Estados Unidos, México y otros del área. Que se realice un fin de semana les permite a los cubanos venir, estar en el evento y regresar en poco tiempo a los países donde residen, sin afectar su vida profesional, el trabajo, y su vida personal.

La convocatoria también responde al momento en que nos encontramos en las relaciones con nuestra emigración. Es, sin duda, el mejor momento de los vínculos de Cuba con sus nacionales en el exterior. Es un momento al que hemos llegado cuarenta y cinco años después de haber iniciado el proceso de recomposición de estos vínculos, más allá de las diferencias políticas e ideológicas, y después de haber adoptado una serie de medidas migratorias en estos años que han facilitado los vínculos y los viajes de los cubanos en un sentido u otro.

Además, se aprobó una nueva Constitución que permite que los cubanos tengan tantas ciudadanías como logren obtener; se adoptaron medidas y cambios a lo interno en lo económico, que facilitan la participación de los cubanos que residen fuera de Cuba en la vida socioeconómica y cultural del país; se ha abierto un camino en término de participación en procesos de índole política, como los debates de la Constitución y el Código de las Familias, y existe la posibilidad, de acuerdo con la Ley Electoral, de que los cubanos que mantienen residencia en Cuba puedan venir al país y votar en las elecciones.

Luego de todas esas modificaciones, este es un momento propicio para sentarnos a dialogar, debatir, proyectar el futuro de estos vínculos y propiciar mayor participación de los cubanos residentes en el exterior en la vida del país.  

Si no nos conocemos, no nos entendemos

Organización de la Conferencia

La idea es retomar el evento donde lo dejamos. Lo primero es verificar que los que estaban invitados, que estaban sobre los 700, estén en capacidad y disposición de asistir. Existe posibilidad de contar con otras personas además. No obstante, hay una limitación desde el punto de vista de espacio, y por eso no pueden venir todos los que quisieran y nos gustaría poder tener en el país. Por eso es importante la representatividad.

Sin embargo, a diferencia de los eventos anteriores, tendremos no solo la modalidad presencial, sino además la posibilidad de la participación a distancia. Ello, aun cuando, por razones asociadas al bloqueo, no tenemos acceso en Cuba a determinadas plataformas de comunicación como Zoom, que son de uso generalizado en el mundo.

Partiremos pues de esa base, porque no tiene sentido no aprovechar lo que habíamos hecho; y actualizaremos esa base en términos de participación. Lo organizaremos según las posibilidades actuales, pero debe ser un proceso más rápido.

Temas del programa: Economía

Pretendemos dialogar de una amplia variedad de temas, discutir sobre lo que se ha venido haciendo. Porque todo lo que hemos hecho estos últimos años ha sido, digamos, a distancia. Han ido adoptándose medidas importantes; pero es necesario explicarlas bien, que sean entendidas en toda su dimensión.

Por ejemplo, en términos de participación socioeconómica hay grandes cambios en materia de las posibilidades que tienen los cubanos residentes en el exterior para participar en proyectos de esta naturaleza en Cuba, en inversiones y otras oportunidades de negocios.

Además, están los proyectos de desarrollo local, que abren nuevas oportunidades y que requieren de menor presupuesto y que tienen impacto directo en el nivel de vida de los familiares y de la comunidad de origen de esos cubanos residentes fuera la isla.

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Tenemos la intención de intercambiar sobre estos temas, presentar las oportunidades que existen, y escuchar a los cubanos residentes en el exterior en un intercambio directo, cara a cara. Porque nosotros, a medida que se han ido poniendo en marcha estos cambios, hemos recibido feedback; pero no es lo mismo que sentarnos a dialogar y escuchar opiniones al respecto directamente, en el sentido de cómo llevar a cabo una acción u otra de la manera más efectiva posible.

Este intercambio debe ser útil además para saber cuáles son los principales obstáculos que encuentran, sean como consecuencia del bloqueo o asociados a mecanismos internos de Cuba, que no permiten que el proceso fluya de manera orgánica.

Otros temas a debate

Van quedando pocos temas pendientes de índole migratorio, porque la mayoría han ido solventándose durante estos cuarenta y cinco años. Igual es provechoso poder escuchar de los connacionales qué inquietudes tienen, qué nuevas sugerencias pueden hacernos.

Además, el evento coincidirá de alguna manera con el trabajo en proyectos de leyes que deben aprobarse en la actual legislatura de la Asamblea Nacional, relacionados con migración, pasaporte, extranjería y ciudadanía. La conferencia puede ser un momento oportuno para que los cubanos residentes en el exterior puedan aportar a estos proyectos de leyes, más allá de que, cuando se hagan públicos, tendrán la oportunidad de participar y dar opiniones por vía electrónica, como ha sucedido antes.

Nos interesa intercambiar además sobre los jóvenes descendientes de cubanos. Qué acciones, qué proyectos podemos desarrollar para acercar a esos descendientes de cubanos, que cada vez son más, al país de sus padres, de sus antepasados.  

También está el tema cultural: ¿Cómo logramos mantener nuestra idiosincrasia, costumbres, raíces comunes, aun cuando se resida fuera? ¿Qué acciones se requieren para, en un contexto en el que tenemos más cubanos fuera, en más países, pueda mantenerse viva nuestra cultura y la conexión de esos emigrados con la isla? ¿Cómo utilizamos mejor las nuevas tecnologías en función de esos vínculos?

Ernesto Soberón Guzmán, director general de Asuntos Consulares y de Atención a Cubanos Residentes en el Exterior de la Cancillería cubana, ofrece declaraciones a OnCuba sobre la IV Conferencia La Nación y la Emigración. Foto: Otmaro Rodríguez.
Ernesto Soberón Guzmán, director general de Asuntos Consulares y de Atención a Cubanos Residentes en el Exterior de la Cancillería cubana, ofrece declaraciones a OnCuba sobre la IV Conferencia La Nación y la Emigración. Foto: Otmaro Rodríguez.

Hoy tenemos un amplio servicio consular, con unas 140 oficinas consulares y consulados. Pero, a la vez, las modificaciones migratorias aprobadas hacen cada vez menos necesario que un ciudadano cubano deba ir a un consulado a hacer un trámite. A menos que ocurra algún incidente, la pérdida del pasaporte, o sea necesario un trámite notarial, el cubano que está en el exterior no está obligado a contactar al consulado. El consulado es el que tiene que salir en busca de los cubanos, le corresponde mantener el vínculo. Y nos interesa conocer el criterio de esos cubanos sobre cómo ven ellos esa interacción.

Queremos intercambiar igualmente sobre cómo, desde el punto de vista comunicacional, ayudamos entre todos a difundir con objetividad la realidad de Cuba, con nuestras luces y nuestras sombras.

Por ahí andan los principales aspectos que nos interesa abordar en la Conferencia, a partir del escenario actual del país y las modificaciones que ha sufrido la comunidad cubana en el exterior en términos de cantidad, composición, y de la predisposición favorable de la mayoría de los cubanos a mantener vínculos con su país de origen, más allá de las diferencias que podamos tener.

Diferencias políticas

El elemento a considerar siempre será el respeto a la soberanía y la independencia de Cuba. Si existe ese respeto, podemos hablar de cualquier cosa. Nadie está diciendo que no existan diferencias desde el punto de vista de la política, de la ideología, con cubanos emigrados. Pero eso es una cosa, y otra cosa es que esas diferencias se hagan irreconciliables, que no exista una relación con el país de origen y que no pueda hablarse ni intercambiar en función de una mejor relación.

Tampoco se puede perder de vista que Cuba se encuentra a 90 millas de Estados Unidos, un país al que emigran o intentan emigrar personas de todo el mundo y que, por demás, por motivos políticos, ofrece a los migrantes cubanos una serie de facilidades que no da a personas de otras nacionalidades.

Del odio también se puede regresar

Hay un grupo mayoritario de emigrados que, aun cuando tenga diferencias políticas, y piense que podrían hacerse las cosas de manera diferente, mantiene respeto a la soberanía y la independencia de Cuba. Con ellos se puede hablar de todo, escuchar sus puntos de vista, y después tomar las decisiones pertinentes. El ejemplo más diáfano es que pusimos a disposición de los cubanos en el exterior la nueva Constitución y tuvieron la oportunidad de opinar sobre ella. Y el 40 % de lo que opinaron, que no es un número pequeño, se incluyó en el texto final.

Estamos dispuestos a hablar y a explicar nuestros puntos de vista, a conciliar la manera de hacer las cosas en función de fortalecer los vínculos con los cubanos en el exterior. Pero, insisto, siempre respetando la soberanía y la independencia de Cuba. Si partimos de ese principio, no hay nada que no pueda tratarse.

De hecho, hace casi veinte años, en la última Conferencia, nadie podía pensar que un cubano en el exterior pudiera invertir en Cuba. Hoy puede hacerlo. Nadie podía pensar que un cubano en el exterior pudiera participar del debate de una ley cubana. Hoy puede hacerlo. O que tantos artistas cubanos radicados en el exterior fueran protagonistas de eventos culturales en Cuba. O que deportistas cubanos radicados en el exterior representasen al país en un campeonato internacional.

O sea, ha habido cambios importantes, a pesar de las diferencias; pero hemos logrado ir llegando a consensos en función de fortalecer los vínculos con los cubanos en el exterior. La Conferencia busca seguir avanzando en este camino.

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