Ojo de saurio

Foto: Yoe Suárez

En los más de 100 kilómetros cuadrados de la Ciénaga de Lanier habitan como reyes los cocodrilos más grandes. De hasta cuatro metros de largo se los han topado los hombres del tercer pantano más grande del archipiélago que divide virtualmente la Isla de la Juventud en dos mitades.
En ese Sur inhóspito y movedizo una docena de pineros alterna turnos de hasta una semana para velar por el criadero de la Empresa de Flora y Fauna. Es una faena peligrosa: las fugas de grandes saurios es habitual, y a esos ejemplares hay que ir a buscarlos entre el mangle y el lodo.

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