La Orden Mercedaria o de la Merced, una orden religiosa católica mendicante, podría terminar su misión en La Habana si no superan la grave crisis económica que afronta, agudizada por los daños que sufrieron su tras el devastador tornado que azotó la capital cubana el año pasado.
Los sacerdotes de la Orden, conocidos como Mercedarios, dijeron a la fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) que si no mejora su economía se verían obligados a emigrar a México, según informó la agencia católica de noticias Aciprensa.
La Orden Mercedaria había regresado a Cuba en 2012, después de 125 años de haber salido de la Isla.
Su iglesia, ubicada en la loma Jesús del Monte, es un “lugar emblemático” para La Habana “por haber sido testigo de sublevaciones y de la defensa heroica de la ciudad ante invasiones extranjeras”, señala el reporte de prensa.
El sacerdote Rodolfo Rojas dijo que conserva “registros bautismales de 1689” y que “todo aquí gira alrededor del templo”.
Tras el impacto del tornado de 2019 que causó graves daños en varias zonas de La Habana, “la iglesia y la casa parroquial siguen en un estado deplorable y su deterioro es cada vez mayor”, lamentó por su parte el sacerdote Gabriel Ávila.
El religioso explicó que los domingos se reúnen con los fieles fuera del templo, pero “en épocas de lluvias eso no es posible”. Por eso es “extremadamente urgente” repararla, afirmó.
De acuerdo con la fuente, fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada promueve misas con benefactores que contribuyen económicamente a sostener la Iglesia local.
Las contribuciones que enviaron a los sacerdotes mercedarios fue un alivio, pero insuficiente para evitar que dejen la Isla, indica el despacho de Aciprensa.
“Fue una gotita de agua que agradecemos mucho, pero las cosas en Cuba están muy mal”, dijo Ávila, quien agregó que “al no tener economía tendríamos que emigrar a México“.
“Si no pasa un milagro tendríamos que abandonar Cuba. Sería una gran tristeza porque creo que por nuestro carisma redentor nuestra presencia es necesaria para los habitantes de aquí. Sería tristísimo tener que partir de nuevo, pero no sé cómo hacer para evitar el cierre de esta gran misión”, concluyó.