Palabras en el camino

Foto: Denise Guerra.

Baracoa después de Matthew. Foto: Denise Guerra.

La noche de Matthew en Cuba, reproducida en la mente de quienes la vivieron, es tangible, visible, duele. Estas son las palabras recogidas en nuestro camino. Son algunas de las voces encontradas siguiendo el rastro del huracán.

Los rebaños

Freddy Fernández piensa que con sus chivas y las de su vecino volverá a crecer el rebaño. Foto: Denise Guerra
Freddy Fernández piensa que con sus chivas y las de su vecino volverá a crecer el rebaño. Foto: Denise Guerra.

Casi toda la comunidad de aquí cría. Ha sido un desastre lo que ha sucedido con los animales. Casi todos se perdieron. Yo los míos los escondí en el baño de mi casa. Tenía pocos, solamente 10 o 12 chivos –aquí hay personas que perdieron como veinte. El temporal y el frío los mató. Me quedaron pocos. Cuatro chivitas. Pero hay esperanza, a mí vecino le quedaron chivos… Freddy Fernández, 50 años, Punta de Maisí

Un huracán bravo

Dicen que los caminos estaban muy malos y ahora (8 de octubre) es que los camiones están pasando… Mira que han pasado ciclones y jamás en la vida se había visto un ciclón como este. Fue un huracán. La naturaleza es así, pero hay que tener fe. No hay comunicaciones. Las están arreglando…

Hicimos allí un cuartico, con una camita. Porque el problema es que todos los colchones se mojaron.

Vilma Gaínza (al centro), lamenta cómo quedó su casa. El hogar de su vecina Ana Lambert (derecha) también sufrió los embates de Matthew . Foto: Denise Guerra
Vilma Gaínza (al centro), lamenta cómo quedó su casa. El hogar de su vecina Ana Lambert (derecha) también sufrió los embates de Matthew . Foto: Denise Guerra.

En la bodega los granos están mojados y no los quisimos comprar. Dijimos: “¿Para qué?”

El delegado tampoco ha ayudado. Dicen que está enfermo. Antes de esto no lo estaba y después de esto las rodillas les han temblado.

Vilma Gaínza y su vecina Ana Lambert, Carretera de Baracoa a Maisí  

El Lobo volverá al mar

Lo mejor que nos queda es la esperanza. Ya nos dijeron que nos iban a ayudar. Mi ‘Lobo’ tenía mucho tiempo. Lo cambié por otro que tenía más chiquito. Con él pesco dorado, aguja, tiburones… Tenemos un contrato con la empresa de pesca Baramar y le vendemos nuestras producciones.

A veces el negocio va bien y otras no, porque no depende de nosotros, sino de la naturaleza. Pero ya los peces están picando. Ayer [8 de octubre] ya cogimos bastante. Lo que pasa es que la inclemencia del tiempo y que el Estado estimó que no se podía pescar, hay algunos sucesos que no nos están dejando ir.

Franklin Aguirre Machado timonel de El Lobo. Foto: Denise Guerra
Franklin Aguirre Machado, timonel de “Lobo”. Foto: Denise Guerra.

Nos vamos a levantar. Pienso que demore un poco. La situación es crítica. Es la ciudad de Baracoa, Imías, Maisí, San Antonio del Sur… Es como si hubieran echado hierbicida a Baracoa entero. Gracias al Señor, [Matthew] no se llevó una sola teja de mi casa.

Pienso que la ayude levante nuevamente este pueblo, aunque he oído que algunas personas se están yendo, lo están abandonando. Pero pienso que los que nos quedemos hagamos algo por él.

Franklin Aguirre Machado, pescador de La Playita, Baracoa. 

Eddy Rodríguez Robaina y su familia, en Manglito, carretera de Baracoa a Maisí:

La familia Rodríguez

 

Salir de la versión móvil