Pandemia de coronavirus es resultado de rivalidades ideológicas, aseguran sacerdotes yorubas de Cuba

“Ifá está señalando esta rivalidad como causa principal del origen de la pandemia que, en realidad, se establece y se propaga, fundamentalmente, en todas las entradas y fronteras de una ciudad”, asegura una publicación de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba, basada en la reinterpretación de textos de su sistema reiligioso.

Rueda de prensa en la que se presentó la “Letra del Año 2020” este jueves, en La Habana. Foto: Ernesto Mastrascusa/EFE.

Sacerdotes yorubas de Cuba coincidieron en que la pandemia de coronavirus que azota hoy al mundo se produjo por la rivalidad ideológica entre personalidades cimeras de la política a nivel mundial. Los religiosos llegaron a esta conclusión tras volver a estudiar las predicciones de Ifá en la Letra del Año, dada a conocer en enero pasado, para “una mejor comprensión de los acontecimientos”.

“Ifá está señalando esta rivalidad como causa principal del origen de la pandemia que, en realidad, se establece y se propaga, fundamentalmente, en todas las entradas y fronteras de una ciudad”, asegura una publicación de la Asociación Cultural Yoruba de Cuba en Facebook, basada en la reinterpretación de textos de su sistema reiligioso.

“No podemos clasificar quién es el que se inclina al Bien ni quien se inclina al Mal puesto que, el Bien y el Mal, son dos conceptos muy relativos. En este mundo contemporáneo cada cual se acoge a la Ideología que considera Buena, mientras que otros la consideran Mala”, explicaron los sacerdotes, para quienes la propagación del patógeno puede deberse a conflictos entre personas con posiciones contrarias entre sí.

“En este caso se utiliza como arma ofensiva, preparaciones medicinales nocivas, que provocan ciertas dolencias, muy semejantes a las que causa el coronavirus”, indican.

Los sacerdotes, agrupados en la Asociación Cultural Yoruba y la Comisión Organizadora Miguel Febles Padrón, presentaron las predicciones de Ifá para Cuba y el mundo, a inicios del pasado enero en una ceremonia en la que se reveló la esperada Letra del Año.

Según el ritual religioso, Oshún, la reina de las aguas dulces, la fertilidad, la feminidad, el amor y gran protectora de la familia, es la divinidad que gobierna, junto a Obbatalá como deidad acompañante que defiende la paz y la tranquilidad.

Esta Letra del Año ya había advertido sobre un “aumento de enfermedades infecto contagiosas por la promiscuidad” y la “proliferación de epidemias debido a una mala higiene y la indisciplina social”. No obstante, tras la expansión de la Covid-19, los sacerdotes consideraron necesario reevaluar las predicciones de Ifá para el 2020 debido a que, según explican, “muchos consideran que se debió advertir el arribo de esta pandemia”.

Para ello, volvieron a analizar dos narraciones, una acerca de “la discusión entre Olófin y Èbita” y otra sobre “la rivalidad entre Òrúnmìlà y el Carnero negro”, de las que extrajeron nuevas interpretaciones, que hacen referencia a la “negativa de contrariedad o tragedia repentina causada por las acciones negativas de nuestro entorno social o enemigos”, al peligro del “aumento de víctimas causadas por la pandemia” y de dificultades para realizar servicios funerarios. 

También comentan sobre “el caso omiso que muchas personalidades de alto nivel puedan asumir y no brindar el debido apoyo abandonando los desvalidos a su suerte” y narran el accionar negativo en una de las historias de los orishas Bàbálú Ayé y Ògún, reconocidos, respectivamente, como el dueño de las enfermedades y el Dios de la Muerte, hasta que finalmente fueron dominados por Olófin.

“Ambos –Bàbálú Ayé y Ògún– originan una crisis acompañada de rivalidades, enfermedad y muerte, potenciales espirituales que lo distinguen”, explican los sacerdotes yorubas, quienes interpretan que la responsabilidad de vencer a la enfermedad, “en parte, debería recaer en los profesionales del campo de las ciencias médicas, fundamentalmente en la genética, en la virología y en la biotecnología, sectores donde se crean nuevas formas de vida microscópicas”. Esto, dicen, “puede resultar ser difícil siempre y cuando no se cuente con el apoyo de los más poderosos y el apoyo de los mandatarios de todo el mundo, representantes de Olófin en el mundo terrenal”.

Como resguardo ante la enfermedad, recomiendan los Ebbó o ceremonias con ofrendas y sacrificios asociados a lo interpetretado en ambas narraciones y sugieren “ciertas plantas medicinales que pudieran ser recomendadas para erradicar o, en cierta medida, alejar el impacto de la pandemia” como la Calaguala –también conocida como Helecho de Palma– y Jengibre, de las que el orisha Òrúnmìlà tomó una tizana sanadora en la segunda narración.

La Letra del Año: un modelo de pronóstico

De acuerdo con el babaláwo Juan Mesa (Fatumbí), Doctor en Antropología Teológica, “la Letra del Año es el modelo de pronóstico de los acontecimientos a ocurrir en un ciclo vital de 365 días, de acuerdo con el sistema de conocimientos recogidos en Igbi bogbo fá, texto sagrado del sistema religioso de Ifá”.

En su opinión, ”la infalibilidad de la Letra depende de la interpretación correcta de los odu que hayan salido en esa ceremonia. Independientemente de las interpretaciones, el documento sagrado no contiene equivocación posible, de ahí la consabida frase de que ‘Orula no se equivoca’”.

Al respecto, la Asociación Cultural Yoruba de Cuba explica que su elaboración es ”una tarea muy extenuante, digna y merecedora de la consideración por parte de la mayoría de los seguidores. Por estos motivos no estamos libres de obviar ciertos detalles fundamentales que están expresados en los textos de Ifá”, motivo ahora de su reinterpretación.

De igual forma, asegura que ”mucho más se pudiera ampliar decir, luego de hacer un análisis a estas dos narraciones de Ifá. Pero es esencial el apoyo de otras mentes analíticas, que pudieran aportan nuevas ideas extraídas del enigmático lenguaje de estos mitos”.

Este rito adivinatorio tiene gran calado un Cuba debido a que muchos cubanos practican o conocen este sistema religioso, y siguen cada año los pronósticos dados a conocer por sus sacerdotes.

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