¿Podría desaparecer Street Net, la red privada de datos más grande de Cuba?

Las nuevas regulaciones anunciadas recientemente podrían poner en peligro la existencia de SNET al no poder cumplir con varios requisitos establecidos por las autoridades.

Usuarios de la red independiente SNET (Street Net o red de la calle) se organizan por estos días en Cuba ante la posibilidad de que la red underground pueda desaparecer.

La polémica sobre una posible desarticulación de SNET surge luego de que la semana pasada el gobierno cubano anunciara nuevas resoluciones que autorizan la importación de equipos para establecer conexiones inalámbricas, así como normativas que reconocen y regularizan las redes privadas locales, como en el caso de la mencionada SNET.

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SNET se autodefinió en 2016 como “un proyecto independiente sin fines de lucro, que utiliza las tecnologías de última generación disponibles, para crear redes inalámbricas y cableadas que interconecten a personas, familias y comunidades en toda La Habana y cercanías”, según un comunicado difundido por sus administradores.

En el documento, circulado a través de redes sociales y otros canales digitales, SNET ofrece las razones por las cuales sus usuarios no están de acuerdo con las nuevas regulaciones, que, después de años de espera, dan al fin un marco legal a las operaciones de redes de datos por parte de personas naturales.

Los creadores del comunicado, disponible en un link público de Dropbox, explicaron de manera anónima que valoran “positivamente la intención, dentro del proceso de informatización de la sociedad cubana, de optimizar el uso del espectro radioeléctrico y generar un marco legal para que las personas, individualmente, o asociándose bajo ciertos límites, puedan conectarse desde sus hogares de manera ordenada a la infraestructura de ETECSA, e importar equipamiento acorde para ello”.

A continuación ofrecen una explicación detallada de las inconformidades con respecto a las regulaciones y cómo estas pueden atentar contra la estructura espontánea que conforma la SNET.

“Hay cuestiones en las nuevas normas que atentan contra la posible legalización de una red metropolitana como SNET y sus similares en otras provincias del país, o que bajo esos argumentos son imposibles de adaptar a lo definido en la regulación”, afirman.

¿Cuáles son estos aspectos?

-Los límites establecidos para la potencia de los equipos utilizados para brindar WIFI.

Aunque es bastante técnica y específica la explicación, los administradores de SNET argumentan que al limitar la potencia máxima de emisión de los equipos de personas naturales, los encargados de los nodos de conexión no podrían ajustar la ganancia del equipo y la salida de la antena sin “irradiar una potencia de manera desproporcionada”, algo prohibido en la legislación.

Esto significa que las redes inalámbricas solo podrán tener un alcance de 400 metros (de acuerdo a la regulación), cuando en la actualidad algunos de los equipos de SNET cubren kilómetros. La potencia de los equipos permitidos alcanzaría para conectar apenas tres o cuatro cuadras, en caso de que no exista ningún obstáculo que haga interferencia y disminuya ese alcance.

-La prohibición de enlaces directos (transversales) entre dos redes sin la mediación de ETECSA.

Según la regulación, los enlaces punto a punto solo estarían contemplados para las personas jurídicas (empresas, instituciones, etcétera) y no las personas naturales (redes privadas).

-La no posibilidad de redes Mesh.

Las regulaciones propuestas no contemplan esta posibilidad de conexiones entre redes privadas, cuya infraestructura es dinámica y no jerárquica, lo cual permite a varios nodos conectarse entre sí a la vez, sin necesidad de una estructura centralizada.

“Aun siendo esto perjudicial para SNET y redes similares (más latencia, menos estabilidad), sería una vía para reducir costes en un intento por cumplir hasta cierto punto la regulación”, argumentaron los administradores de SNET.

 -Las dificultades de conectarse a Etecsa propiamente.

Si las personas no pueden conectarse a la red de Etecsa prácticamente no tendrían acceso a SNET, según las nuevas regulaciones, pero no se contempla la lejanía de la mayoría de los hogares de los puntos públicos de conexión. Para mantener la estructura de conexión actual, los usuarios de SNET requerirían de un costoso despliegue de equipamiento que garantice un dispositivo cada 3-4 manzanas.

De lo contrario se deberían tener múltiples puntos con equipos potentes (solo proporcionados por ETECSA en puntos específicos de la ciudad) que brinden WIFI y garanticen la conexión, explicaron.

-Conexiones sin calidad para videojuegos.

“Servicios altamente consumidos que requieren baja latencia (uno de los principios fundamentales de SNET) como videojuegos, streaming, que constituyen hoy una vía de recreación, se verían notablemente afectados, aumentando la latencia a más de 80ms”, argumentaron.

-Costoso equipamiento.

“La regulación obliga a la comunidad de SNET y similares a incurrir en costos adicionales por adquisición y mantenimiento de una mayor cantidad de equipos, con el objetivo de poder unir algunas manzanas en una localidad”, dijeron los administradores.

Una red (gigante) de la calle

Aunque por primera vez en el 2016 se comenzó a hablar sin tapujos en la prensa oficial sobre SNET, la red surgió varios años antes, cerca de los 2000 y abarca en la actualidad casi todos los municipios de La Habana y zonas aledañas, aunque también existen redes similares en otras provincias del país.

Un gráfico que muestra la estructura de SNET, de acuerdo a Adalberto Orta Pozo, publicado en su Twitter @anubis_linux

El usuario de SNET Yoel Estévez compartió un video tomado hace cuatro años que ilustra de alguna manera cómo funciona la “red de la calle” por dentro y las diferentes formas de interacción.

 

El profesor de la Universidad de La Habana, Fidel Alejandro Rodríguez, explica que “el principal uso de estas redes es la práctica de videojugar en red”.

“Es también una de las principales dinámicas que impulsan y condicionan su desarrollo y transformación. Para ello se articulan en múltiples nodos pilares y barriales en función de los videojuegos más populares como Dota, Warcraft o Call of Duty, a través de una compleja red distribuida de antenas de mediano y bajo alcance, así como cables LAN que atraviesan edificios y azoteas”, escribió Fidel Alejandro en una investigación sobre el tema compartida con OnCuba.

Aunque predomina el mundo de los gamers, la red permite compartir información y bases de datos de películas, libros, etc, así como varias de redes sociales parecidas a Facebook. Lo más parecido a Internet fuera de Internet.

Tampoco se sabe mucho del alcance real de esta red y sus usuarios. Mientras en el año 2016 se contabilizaban unas 20 000 personas, según Cubadebate, hoy los propios integrantes calculan en sus foros de discusión que podrían llegar a 40 000 nodos, lo que significaría que muchas más personas tendrían acceso a la red (si contamos que en una misma casa pueden existir varios usuarios y computadoras).

La forma en la que se sostienen económicamente las redes (ya sean los equipos físicos para la WIFI, y otros elementos de gestión), se basan en una idea de colaboración no lucrativa. Algunas de las fuentes explican que se paga entre 1 CUC y 3 CUC mensualmente, lo cual va a manos de los administradores de las redes.

Rodríguez explica que “su sostenimiento se basa en la labor colaborativa de los usuarios a través de colectas, donde en ocasiones la aportación privada resulta superior y determinante”.

Aunque la red no tiene una estructura centralizada, la mayoría de los usuarios debe aceptar normas para el uso colectivo de la misma. Entre esas reglas compartidas por todos se incluye la prohibición del debate político y o religioso, no compartir Internet por estas vías y no divulgar información interna sobre SNET (aunque varios de los integrantes han ofrecido entrevistas a medios de prensa).

Paradójicamente, además, este último requisito se estaría violando por cientos de integrantes que iniciaron la campaña para recolectar las firmas, pues estarían divulgando “qué hacen y quiénes son” en aras de buscar simpatizantes que apoyen su causa.

Rodríguez señala en su investigación además que «la agenda pública de subversión en estos ámbitos organizada por el gobierno norteamericano y la consecuente actitud defensiva del Estado cubano, ponen a estas iniciativas en un ámbito de observación y sospecha constante por parte de la sociedad toda, lo cual implica una condicionante deformadora de su devenir».

SNET, ¿se queda o se va?

En su grupo oficial de Facebook, SNET se describe como “la comunidad inalámbrica independiente más grande del mundo”. Y agregan que son “emprendedores, talentosos e ingeniosos. Somos la calle, el barrio, el municipio, la provincia y el país. Somos una gran familia dentro y fuera de Cuba… nosotros #SOMOSSNET”.

Eliecer Camejo Pérez, uno de los integrantes de esta red urbana y usuario del grupo en Facebook, comentó que “SNET simplemente nació porque había una necesidad social que ni a Etecsa ni al Mincom les interesaban”.

“Ahora no pueden venir a hacerse los héroes del cuento, a desaparecernos ni a borrar nuestra historia!!!!!!”, dijo mientras compartió una foto de un puño cerrado con la frase #fuerzaSnet.

Otros usuarios lamentan el daño que podría causarles cerrar un proyecto que ya formaba parte de sus vidas diarias y que con los nuevos requisitos sería imposible de sostener.

Loyett Sigarroa dijo en Facebook que administra una página en esta red desde hace dos años, por lo cual no gana “nada monetario” pero sí invierte dinero y tiempo, “madrugadas sin dormir”.

“Estoy exigiendo mis derechos como ciudadano y eso nadie puede impedirlo”, dijo como respuesta a las personas que le piden “silencio” y “calma” ante las nuevas regulaciones del Ministerio de Comunicaciones.

“Se está destruyendo el sueño de miles de jóvenes y la tranquilidad de miles de padres que tienen a sus hijos sentados en sus computadora chateando, haciendo amistades, jugando…Me duele despedirme de mis sueños, de mi página web, la que tantos buenos momentos me ha regalado a mí y a muchos desde hace ya 5 años”, dijo en su cuenta personal de Facebook Yoel Estévez.

La propuesta de un grupo de administradores (que todavía sigue buscando unidad entre sus colegas usuarios) fue recoger firmas entre usuarios y simpatizantes para mostrar el desacuerdo con las nuevas regulaciones.

Para alcanzar las 10 mil firmas, los usuarios deberán cumplir con todos los requisitos que exige la ley para estos casos, como ser mayor de edad, no estar cumpliendo condenas penales, así como crear una propuesta argumentada de legislación.

Según el destacado académico Julio César Guanche, » si se trata de una propuesta de 10 mil ciudadanos, además
de la fundamentación antes descrita, deben aportar declaración jurada ante notario, donde se acredite la identidad personal mediante los datos del carné de identidad, así como de la capacidad para ejercer el sufragio».

La propuesta de los administradores de SNET a los funcionarios del gobierno fue la de «valorar una licencia especial que sirva como traje a la medida para SNET, que le posibilite conectarse a la red nacional, acceder a los servicios ofrecidos por ETECSA, y permita que esta red siga operando para beneficio de sus miembros y contribuyendo al proceso de informatización de la sociedad como lo ha venido haciendo todo este tiempo«, publicaron en su comunicado del 1ro de junio.

Sin embargo, el profesor de la Facultad de Matemática y Computación, Yudivián Almeida, no está de acuerdo en que exista una excepción solo para SNET, sino que de manera general «debería permitirse la creación de redes comunitarias y su interconexión entre ellas sin necesidad de pasar por la red pública, y debería permitirse las conexiones punto a punto entre ellas«, dijo a OnCuba.

«Ciertamente, ahora solo tenemos unas resoluciones ministeriales. Habría que diseñar una legislación que haga inválida esas medidas y desarrolle otro punto de vista», concluyó.

La polémica sobre el futuro de la red de la calle en Cuba se inserta en un contexto donde los cubanos comienzan a levantar su voz en redes sociales para exigir lo que creen justo: desde una marcha independiente en favor de la comunidad LGBTIQ, otra marcha gestionada en redes sociales a favor de una ley de protección animal, ayudas espontáneas y organizadas en Internet para víctimas de un tornado o una campaña en Twitter para exigir la rebaja de los precios de acceso a Internet.

La nueva causa de los usuarios de SNET no muestra una solución a simple vista y el próximo mes de julio podría enfrentar un cambio radical en la forma en que se concibe como red independiente desde hace más de una década.

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