Reconstrucción en cooperativa

Denis, Manuel y Celestino se convirtieron desde hace más de cuatro meses, junto a otras 52 personas, en socios de una cooperativa reconstructora de vehículos. Ubicada en el Cerro habanero, esta es una de las primeras cooperativas no agropecuarias conformadas luego de la implementación en Cuba, con carácter experimental, del nuevo modelo de gestión. Aunque su objeto social continúa siendo el mismo que cuando eran trabajadores de la Empresa Provincial de Transporte Automotor de La Habana –es decir, brindar servicios de chapistería, pintura y tapicería a personas jurídicas y naturales–, ahora se sienten más estimulados para el trabajo. Actualmente, además de obtener mayores ganancias, tienen la oportunidad de tomar decisiones en colectivo “que antes dependían de la dirección de la empresa”.

Por ejemplo, desde que se constituyó la cooperativa el pasado 1ro de julio y como resultado de las prerrogativas que les concede el Decreto-Ley 305 del Consejo de Estado cubano “De las cooperativas no agropecuarias”, los socios acordaron comprar el almuerzo ya elaborado y descontar ese gasto de las utilidades del colectivo, lo que les han permitido también agilizar los procesos de trabajo.

Además, explicó a OnCuba Marcelo González –presidente de la Junta Directiva–, estas prerrogativas han permitido la agilización de los procesos de trabajo. Antes de constituirse como cooperativa tardaban 60 días en terminar un auto, ahora lo reconstruyen en aproximadamente 30, pues si falta un producto o se rompe una herramienta pueden solucionar el problema con rapidez, sin la necesidad de consultar otras instancias. Héctor Caballero –Jefe de Servicios Técnicos de la Dirección Nacional de Transporte de la Empresa de Telecomunicaciones S.A (ETECSA), uno de sus clientes más importantes– aseguró que la calidad del servicio ha sido superior en estos cuatro meses y ahora entregan los vehículos listos para rodar.

“Con nuestra labor le aumentamos en cinco años la vida útil a los carros”, dice con orgullo el chapista Denis Sierra. “La Agencia de Renta de Autos y Limusinas REX y Cubataxi son otros de nuestros mayores clientes. Por otra parte, el arreglo de las ambulancias del Sistema Integrado de Urgencia Médica (SIUM) resulta también una contribución muy importante: sabemos lo necesarias que son para el servicio médico a la población”, puntualiza el presidente.

Sin embargo –relata– los primeros días fueron de mucha inseguridad para algunos socios. “Se enfrentaban a algo nuevo y existía la incertidumbre en cuanto al aspecto económico, porque ahora si no hay producción no se cobra”. Como ha señalado Grisel Tristá, jefa del Grupo de Implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social, “la cooperativa es una forma de gestión colectiva, en la que sus miembros tienen que ser capaces de cubrir con los ingresos sus gastos y ganar en virtud de lo que aporte cada uno”.

Tal y como establece el Decreto-Ley 305, las cooperativas se forman sobre la base del aporte de bienes que hacen sus socios. En el caso de la reconstructora de vehículos cada operario para hacerse miembro contribuyó con una misma cantidad de dinero al patrimonio colectivo. Al respecto, la Alianza Cooperativa Internacional (ACI) plantea que la participación económica de los cooperativistas se materializa en dos sentidos: el aporte inicial mencionado y el beneficio que reciben de los resultados de su gestión.

En tal sentido, el Reglamento de las Cooperativas en Cuba especifica que los socios reciben cada mes un anticipo de las utilidades que están en proporción a la cantidad, complejidad y calidad del trabajo de cada uno. Luego, de los ingresos totales obtenidos al término del ejercicio fiscal, se procede con los pagos de obligaciones con el presupuesto del Estado, los demás gastos ocasionados en el proceso productivo y se destina un fondo para las reservas obligatorias. Finalmente, de la utilidad neta obtenida, la Asamblea General determina la proporción a distribuir entre los socios.

Asegura Marcelo González que en la cooperativa que preside los socios ganan ahora una suma superior a la que obtenían cuando pertenecían al taller estatal. Además, “se han eliminado las ilegalidades y todo el dinero ingresa como ganancia colectiva y se pagan los tributos pertinentes. Las mentalidades ya han comenzado a abrirse y todos aprecian la nueva forma de trabajo”.

Gestión democrática

Otro de los principios que según el Decreto-Ley 305 sustenta el desarrollo de las cooperativas es “la decisión colectiva e igualdad de derechos de sus socios”[1]. Al respecto, la profesora e investigadora del Centro de Estudios de la Economía Cubana Camila Piñeiro explica que en una cooperativa “todos los miembros son seres humanos con iguales derechos de participación en la toma de decisiones[2], (…) no hay patrones y subordinados, sino una estructura organizativa y una división técnica del trabajo que han sido colectivamente diseñadas y aprobadas”.[3]

“Las decisiones se toman de común acuerdo entre todos”, “tenemos posibilidades de opinar, se tienen en cuenta nuestras sugerencias”, fueron algunas de las frases recurrentes en las opiniones del pintor de carros Celestino Garcés y los chapistas Denis Sierra y Manuel Martínez. En tal sentido, confirma el presidente Marcelo González que en la Asamblea General de socios se decide el camino de la cooperativa y que esta se reúne cada vez que los miembros lo creen necesario. Para su funcionamiento, la cooperativa posee también una Junta Directiva que está compuesta por el presidente y su sustituto, el secretario y dos cooperativistas elegidos por la mayoría. De igual forma, existe un Consejo Administrativo integrado por esas mismas personas y por los demás especialistas de la cooperativa que son los de Comercial y Economía y Aseguramiento. A la vez, funciona una Comisión de Control y Fiscalización que está conformada por tres socios que no son miembros de ninguno de los órganos anteriores y “tiene la función de supervisar el cumplimiento de las disposiciones legales, así como la utilización de los recursos financieros”[4].

Un servicio diferenciado a las personas naturales

Como resultado de la gestión democrática, otro de los acuerdos tomados por los miembros de esta cooperativa fue transformar el servicio que se les ofrece a personas naturales. Cuando pertenecían a la empresa estatal solo estaba permitido realizarles la mano de obra y los clientes tenían que aportar los materiales, cuyos precios para estas personas en el mercado son muy elevados. Dicho mecanismo generaba ilegalidades, trabas y demoras en el servicio.

A partir de la constitución de la cooperativa, los socios decidieron que se les brindaría un servicio completo que incluye mano de obra y materiales y que el precio se fijaría en dependencia de las complejidades. “Pintar un vehículo puede salir aproximadamente en 350 CUC si no tiene grandes complejidades, cifra menor que la se cobra en los establecimientos privados que realizan esta actividad. Sin embargo, sabemos que a este servicio no puede acceder la mayoría de la población que posee automóvil, sino un pequeño sector que maneja la moneda libremente convertible. En comparación, los servicios que brindamos a las empresas estatales tienen unas tarifas más altas, algo que se comportaba de esa manera incluso antes del surgimiento de la cooperativa”, explica el presidente.

La importación: asunto pendiente

Según la opinión de los socios y el cliente entrevistados, el principal problema actualmente es el relacionado con los suministros importados. Para Héctor Caballero, Jefe de Servicios Técnicos de ETECSA, “lo ideal para que esta cooperativa logre ofrecer un servicio de excelencia será que el suministro de los productos tenga la misma agilidad con la que ellos trabajan”.

Aunque en el mercado minorista del país se pueden adquirir determinados materiales, existen otros como aparejos, macillas y pinturas especiales para los cuales sí se depende de las empresas importadoras. “Hemos estado buscando alternativas pero en ocasiones se hace imposible sustituir el material y debemos esperar”, explica Marcelo González. De todas formas, puntualiza, “si nos están dando tantas prerrogativas y tenemos la posibilidad de resolver los problemas, se supone que eso hagamos”. Ejemplos como este, el de una de las asociaciones más grande formada hasta el momento en Cuba, evidencian que, aunque con algunas dificultades por resolver aún, las más de 150 cooperativas no agropecuarias constituidas hasta el momento en la Isla, muestran ya sus primeros resultados positivos y se van posicionando como un modelo de gestión capaz de insuflar nuevos aires a la economía cubana.

Notas

[1] Gaceta Oficial de la República de Cuba. (No. 53 del 11 de diciembre de 2012).  Decreto-Ley 305 “De las cooperativas no agropecuarias”. La Habana, p. 249.

[2] Piñeiro Harnecker, Camila. (2012). Cooperativas y Socialismo. Una mirada desde Cuba. La Habana: Editorial Caminos, p. 12.

[3] Ibídem, p. 14.

[4] Gaceta Oficial de la República de Cuba. (No. 53 del 11 de diciembre de 2012).  Reglamento de las cooperativas. La Habana, p.267.

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