La red de tiendas para la venta en dólares y otras monedas libremente convertibles (MLC) ha seguido creciendo en Cuba desde la apertura de los primeros establecimientos a fines de octubre pasado, confirman este martes medios de prensa cubanos.
Tras comenzar con apenas unas pocas tiendas en La Habana y Santiago de Cuba, en la actualidad funcionan 76 en toda la Isla, así como 10 tiendas virtuales. Además, está prevista la apertura de nuevos centros comerciales y la incorporación de líneas de ferretería, computación, muebles de alto estándar y equipos gastronómicos profesionales, refiere el diario oficial Granma.
No obstante, directivos de las cadenas estatales que integran la red –Cimex, Tiendas Caribe y la Empresa de Servicios Automotores s.a. (Sasa)– reconocieron que no se ha logrado estabilizar las ofertas de “determinados productos de alta demanda”, como los splits, los freezers y las motos eléctricas; aunque, dijeron, “ya se observa mayor presencia de estos surtidos”.
Rosario Ferrer San Emeterio, vicepresidenta comercial de la Corporación Cimex, explicó que esas “deficiencias en el abastecimiento” se debieron a que “las ventas fueron muy superiores” a lo previsto inicialmente, pese a lo cual, y “de forma general” , se “han cumplido los objetivos previstos” y “ha sido satisfactoria la captación de ingresos”.
La directiva aseveró que “se han tomado medidas para ampliar las capacidades en las tiendas, readecuar las conformaciones de los contenedores y se han incrementado las contrataciones”.
Los nuevos contratos “garantizan el arribo de mercancías suficientes para respaldar la continuidad de la comercialización”, dijo Ferrer San Emeterio, quien afirmó que “los volúmenes que deben llegar en los meses de marzo y abril superan las ventas mensuales”.
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Se trata, de acuerdo con la directiva, de “productos duraderos”, cuya demanda “debe ir tomando ritmos más moderados”. Aún así, explicó que se deben incorporar nuevos surtidos, entre ellos artículos de ferretería, computación –cuyas ventas deben iniciar a finales de marzo–, plantas eléctricas, sistemas de cámaras de vigilancia, cámaras frías, carpintería metálica, herramientas eléctricas y otros “que responden a solicitudes de los clientes”.
Amilkar Odelín, director comercial de la Cadena de Tiendas Caribe, apuntó que para hablar de ampliación, explicó que aunque inicialmente trabajaron con proveedores cercanos, actualmente han contratado los servicios de otros fabricantes, lo que aunque hace el proceso “un poco más demorado”, también permite “ampliar el surtido en cantidades, marcas ya conocidas y modelos”.
También se refirió a la incorporación a estas tiendas de productos hechos en Cuba, entre ellos motos y bicicletas eléctricas, al tiempo que emprendieron negociaciones para vender muebles sanitarios, cerámica, cocinas y los demandados splits.
Por su parte, la Empresa de Servicios Automotores s.a. (Sasa) –que comercializa piezas de autos y otros surtidos automotores y que hoy dispone de cuatro tiendas para la venta en MLC solo en La Habana– tiene previsto ampliarse a todo el país y “de forma inmediata” lo harán las provincias de Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba.
Yadira Torres, directora comercial de Sasa, también reconoció haber enfrentado “contratiempos” con los abastecimientos, sobre todo de los productos de mayor demanda como las unidades de moto, pero aseguró que “en la segunda quincena de marzo debe restablecerse la comercialización de este surtido, para la cual existen los aseguramientos requeridos”.
Agregó que su cadena también “ha priorizado” la contratación de herramientas manuales de pequeño formato y pinturas, las que “ya deben estar disponibles en la red a partir de abril”.
La venta de diversos artículos en MLC en estas tiendas –principalmente electrodomésticos y automotrices— se realiza a través de tarjetas magnéticas vinculadas a cuentas bancarias en dólares y otras divisas extranjeras.
Se trata de una medida del gobierno cubano –tomada quince años después de la eliminación de las ventas en dólares en la Isla– en busca de impulsar la economía –golpeada por las sanciones de EE.UU. y la crisis en Venezuela–, paliar sus dificultades de financiamiento y evitar la fuga de divisas.