The New York Times: EE.UU. ha respaldado poco al movimiento gay en Cuba

Ana Rafaela Diaz Gomez construye una vida nueva luego de una transformación que incluyó una cirugía de cambio de sexo y terapia de reemplazo hormonal.

Ana Rafaela Diaz Gomez construye una vida nueva luego de una transformación que incluyó una cirugía de cambio de sexo y terapia de reemplazo hormonal.

El diario estadounidense The New York Times publicó este sábado un nuevo editorial en el que aborda la evolución del movimiento gay en Cuba y distingue a esta comunidad por los niveles de articulación de sus demandas y convocatorias, así como sus logros en un contexto social aun dominado por el machismo.

Mariela Castro, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) e hija del actual presidente de Cuba, Raúl Castro, es señalada por el periódico norteamericano como protagonista de las primeras iniciativas a favor de la diversidad y en contra de la discriminación. “Ha estado en la vanguardia de cambios legislativos y sociales que han convertido a la comunidad gay en un segmento de la población más visible y empoderada”, proceso que ha posibilitado una apertura inusual para la sociedad civil cubana, señala el artículo.

“La primera celebración en La Habana por el Día Internacional Contra la Homofobia y la Transfobia marcó el comienzo de una extraordinaria evolución de los derechos de minorías sexuales en la isla más poblada del Caribe, una región donde las actitudes hostiles contra las personas homosexuales siguen siendo la norma”, apunta The New York Times.

El periódico hace referencia a la fuerte discriminación sexual que se vivió en la Isla en los años sesenta y setenta, y cita como referente a autor cubano Reinaldo Arenas, “quien fue condenado en 1974 por trabajos literarios que las autoridades consideraron una ‘desviación ideológica’. Su autobiografía, Antes que anochezca, un libro aclamado por la crítica, que fue adaptado como película, es quizás el testimonio más completo de un capítulo particularmente oscuro de la historia cubana”.

Entre los logros de la campaña encabezada por Mariela Castro y el CENESEX, The New York Times menciona el hecho de que en la actualidad el gobierno cubano provea cirugías de reasignación de sexo y tratamiento de reemplazo hormonal a personas transgénero.

El texto rememora los debates generados a partir de la aprobación del nuevo Código de Trabajo en el país, que protege de la discriminación a los homosexuales en el trabajo, pero no a las personas transgénero. Castro se convirtió, afirma el rotativo, “en la primera diputada en la historia de Cuba en emitir un voto en contra de la medida, en señal de protesta. Su objetivo a largo plazo, dijo en una entrevista, es codificar la igualdad absoluta bajo la ley”.

“Los cubanos homosexuales dicen que la discriminación sigue siendo un problema, particularmente en las provincias. Aun así, el año pasado, una mujer en Caibarién, una municipalidad al este de La Habana, se convirtió en la primera persona transgénero elegida por voto popular. En respuesta a un pedido de Castro y de blogueros gay, a partir de 2010, el Gobierno cubano comenzó a votar a favor de resoluciones que apoyan los derechos de personas homosexuales en Naciones Unidas, rompiendo así con la posición que mantenían anteriormente con países aliados en África y el Caribe”, agrega.

El reconocido medio estadounidense observa, además, que el CENESEX es criticado por activistas y miembros de la comunidad gay en Cuba. En este sentido, el Proyecto Arcoiris fue fundado en 2011 por Yasmín Portales Machado “debido a la necesidad de contar con una plataforma para otras voces e ideas”.

“En 2012, durante el aniversario del motín en Stonewall, un bar gay en Nueva York, que sucedió en 1969, Proyecto Arcoiris organizó una ‘besada’ pública en La Habana para promover la diversidad y la igualdad. Horas antes del encuentro, un agente de seguridad del estado llamó a Machado y le pidió que la próxima vez se dieran cita en un lugar apartado de entidades gubernamentales preeminentes. La besada fue un éxito. ‘Fue un gesto gay friendly de la seguridad del Estado’, afirmó, riéndose”, cuenta el artículo.

El editorial reconoce a los gobiernos de Noruega y Bélgica que han brindado apoyo financiero al CENESEX, contribuciones que otras naciones europeas y los Estados Unidos le han negado al país con sus políticas de aislamiento. “A medida que la administración Obama comience a implementar las nuevas políticas respecto a Cuba, es mucho lo que puede aprender de los países que optaron por forjar lazos”, sugiere el diario.

“La administración Obama ha gastado millones de dólares promoviendo los derechos de la comunidad gay alrededor del mundo, y ha convertido el tema en una prioridad diplomática”. Sin embargo, en la Isla “los funcionarios estadounidenses han tenido pocas oportunidades de respaldar la evolución del movimiento por los derechos gay, y han tambaleado a la hora de decidir cómo manejar el tema de la hija del presidente. Cuando la organización Equality Forum, con sede en Filadelfia, la nominó para recibir un premio el año pasado, funcionarios estadounidenses inicialmente rechazaron su solicitud de visa. Cuando el grupo protestó, accedieron”, reseña The New York Times.

El diario retoma las palabras de Yasmín Portales Machado, quien subraya que la mayoría de activistas LGBT en Cuba rechazan la ayuda de Washington, por su política destinada a derrocar el régimen. “Mientras Estados Unidos sea enemigo de nuestro Estado, no podemos trabajar con ellos”, asegura Portales.

“Esta actitud, compartida por muchos, ha frustrado esfuerzos por parte de Estados Unidos para promover la libertad de prensa y el derecho de asamblea. El giro en la política estadounidense va a lograr que más cubanos estén dispuestos a cooperar con Estados Unidos”, concluye The New York Times.

 

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