Caras nuevas en la MLB

Casi a punto de dar la infalible voz de Play Ball para iniciar una temporada más de Grandes Ligas, un pequeño grupo de cubanos se frotan las manos, inhalan profundo, bajan la vista en sus casilleros y de seguro dedicarán un rezo al “Santísimo” para que los ayude a debutar con el pie derecho en el mejor béisbol del mundo.

José Dariel Abreu, Miquel Alfredo González, Erisbel Arruebarruena, Alexander Guerrero y Adrian Nieto son —hasta ahora— los cubanos encargados de mantener las buenas actuaciones que tuvieron en años recientes Aroldis Chapman, Yoenis Céspedes, José Iglesias, Yasiel Puig y José Fernández como novatos.

¡Menuda misión para este quinteto de jóvenes, pero no imposible! Si algo demostraron en la Serie Nacional de Cuba —descontando a Nieto—es la calidad que ostentan para brillar al más alto nivel. Fuerza, velocidad, inteligencia y oficio son cualidades que adquirieron al lado sur del estrecho de la Florida; solo que ahora, unas millas más arriba, en los Spring Training, deben perfeccionarlas y potenciar otras habilidades.

Lo primero es adaptarse —si no lo han conseguido— en el aspecto psicológico. Nueva cultura, nuevo idioma, comidas “extrañas”, peloteros que lo mismo hablan inglés, japonés, coreano, portugués u holandés. En fin… todo nuevo, incluso hasta la fastuosidad de los clubhouse les chocará en su mente durante el próximo mes de abril. Al menos “Pito” Abreu quedó maravillado con el US Cellullar Field, estadio donde su equipo los Medias Blancas de Chicago hace las veces de local.

Ya en el terreno de juego la parafernalia y la sociedad de consumo a la que se exponen a diario quedarán en segundo plano. Entonces habrá llegado la hora para enseñar de qué estirpe es su linaje beisbolero. Lo más difícil es pronosticar que los cinco “romperán” la liga como si se tratara de un rompecabezas, de esos que cuando niños armábamos hasta con los ojos vendados por la cantidad de veces conque jugábamos con ellos.

Ojalá fuera así, pero no debe ser. Como todo en la vida, existen inconvenientes y sino los hay, los humanos nos encargamos de crearlos. Nieto, Guerrero y Arruebarruena ya tienen sus primeros reportes negativos.

Nieto está en desventaja con los otros cuatro por no tener un contrato millonario firmado en su espalda.

Las verdaderas sombras que persiguen al cátcher Adrián Nieto están en su pobre defensiva y mediana ofensiva. Sin embargo, la buena noticia es que solo tiene a un adversario que le disputa el puesto como cátcher suplente en los Medias Blancas de Chicago. Pero ello no significa que le van a regalar el puesto. Quien no batee se le garantiza el regreso a las ligas menores y suben a otro miembro de la organización.

En los entrenamientos primaverales su ofensiva ha lucido bastante bien, mostrando mayor poder a la zurda (es ambidiestro). No obstante, debe trabajar en la defensa, sobre todo en el bloqueo de lanzamientos contra el suelo. De no hacer el grado bajará a las menores donde seguirá su desarrollo en espera de una nueva oportunidad.

Se dice que Alexander Guerrero necesita tiempo prolongado en categoría Triple-A para refinar sus habilidades en segunda base; debido a que en Cuba con Las Tunas no jugó la posición. Además, no era seguro a la defensa, ni en el shortstop, o los jardines.

Otra piedra en el zapato es la falta de ritmo por no jugar desde hace más de un año. Y si sumamos que debe adaptarse a una posición para nada familiar, se justifica su pasantía 12 meses por las menores. Al bate no tiene problema, los scout de los Dodgers de los Ángeles vieron en el tunero un jugador listo para dar 20 vuelacercas por temporada. Ello le valió firmar por 4 años y 28 millones de dólares con el equipo californiano.

Pero la pregunta es: ¿Conseguirá Guerrero domar la intermedia sin que su bateo disminuya?

Uno que llegó de último y se suma al mismo equipo de Guerrero es el cienfueguero Erisbel Arruebarruena. Torpedero con manos de seda para engarzar la bola más difícil que viaje a su posición. Este joven es una estrella con el guante. Sin embargo, genera dudas por su débil bateo y escaso poder, situación por la que muchos se preguntan si fue acertado darle un cheque de 25 millones a un hombre que no debe llegar a 10 jonrones.

Más allá de la tenue ofensiva del cienfueguero, su bateo debe solucionarse con un plan adecuado de repeticiones de swing. Por lo que no es desacertado mandarlo a la menores a inicios de temporada para que reconozca una porción del pitcheo que verá en las Mayores. Pero debe ser por breve tiempo, pues el show que pondrá Erisbel hará delirar a los fanáticos en el Dodger Stadium, como lo hizo en 2013 su coequipero Yasiel Puig.

Si alguien de este grupito debe caminar por el filo de la navaja con más cuidado, esa responsabilidad recae en el pitcher Miguel Alfredo González. El diestro artemiseño tardó más de lo debido en firmar con un equipo ligamayorista. Cosas del destino, la espera valió la pena por los más de 60 millones que le otorgaron los Phillips de Filadelphia a finales de 2013.

Ahora, vencer a golpe de strike a varios de los más temidos bateadores de la MLB en su División Este en la Liga Nacional, no se antoja fácil. Pocos pitcher cubanos en lo que va de siglo XXI lograron adueñarse de un prestigio desde la colina de los suspiros. Vencer a jugadores que parecen semidioses madero en mano es el enfoque de Miguel Alfredo. Sería un error no buscar, al menos ahora, los juegos out por out, hombre por hombre.

Lo primero es el reconocimiento de los contrarios. Después, con la experiencia que gane podrá escoger que lanzar frente a determinado pelotero y como dosificarse para caminar siete innings. Si los Phillips hicieron la apuesta es porque vieron las condiciones idóneas en Miguel Alfredo González para ser la nueva imagen de un cuerpo de pitcheo que no cuenta con más de cuatro lanzadores de calidad.

El último de la lista es “Pito” Abreu. De este “gigante” no hay mucho que decir, salvo que ha bateado plácidamente en las prácticas de primavera. Su defensiva luce bien y es seguro que el día inaugural abrirá de tercero o cuarto bate, según decida el mánager.

Su facilidad para conectar por arriba de 300, y sacar la Rawling más allá de las cercas ha provocado que varios “especialistas” lo comparen con el astro Miguel Cabrera. ¡Palabras mayores! Solo el terreno es quién dará o no el visto bueno a tamaña analogía.

Con este pequeño grupo de nuevos cubanos las Grandes Ligas se alimentan de un talento que debe explotar en el 2014, a pesar de algunas interrogantes que, como es natural existen con toda figura novel que llega al campo de batalla.

Solo hay que esperar y dejar que Abreu, Arruebarruena, Guerrero, Miguel Alfredo y Nieto escriba cada uno su propia historia. Acompañémoslos como podamos y crucemos los dedos para que sus sueños lleguen a lo más alto del Olimpo beisbolero.

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