Cubanos en Ecuador ¿discriminados?

Mercado Bahía de Guayaquil, uno de los sitios más frecuentados por los cubanos. Foto: Tomada de El Universo

Mercado Bahía de Guayaquil, uno de los sitios más frecuentados por los cubanos. Foto: Tomada de El Universo

Irse de Cuba implica, en el imaginario colectivo, que allá donde vayas trabajarás más que en la Isla. Al norte o al sur, se sabe que encontrar empleo es difícil, que probablemente no ejerzas lo que estudiaste y que quizás seas visto con mala cara por varias razones.

Una es que los cubanos tienen fama de “estudiados” por lo que pueden ascender rápidamente en empleos usualmente ocupados por los nacionales. Otra son los prejuicios alimentados por comportamientos negativos de algunos que hacen cualquier cosa por dinero.

En Ecuador, una de las naciones que ha recibido mayor cantidad de cubanos al sur de las Américas, la realidad no es diferente. Según datos del 2010 obtenidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censo (INEC), en esa nación residían 6717 personas de nacionalidad cubana.

En los cinco años siguientes, a pesar de que muchos cubanos se ha ido a otros lugares o han retornado, esta cifra debe haber aumentado significativamente. Muchos viven del comercio transnacional de mercaderías hacia la Isla que es la práctica laboral más visible de los residentes o en tránsito.

Los sitios más “cubanizados” son los barrios de La Florida, en Quito, y El Paraíso, en Guayaquil; mientras que entre los espacios que brindan amplias posibilidades de intercambio y acercamiento están los mercados. En otros escenarios los prejuicios condicionan la inserción profesional de los isleños y limitan la satisfacción de necesidades como el acceso a una vivienda.

La representación negativa acerca de quienes decidieron emigrar, así como el auge en Ecuador de prácticas político-administrativas para reducir la presencia extranjera en general, son algunas de las condicionantes del panorama descrito según se explica en el libro Del Caribe a la Mitad del Mundo. Migración cubana en Ecuador.

El Máster en Sociología Ahmed Correa Álvarez, autor del texto, cubano residente en Ecuador y activista por los derechos de las personas en situación de movilidad, accedió a conversar con OnCuba sobre el asunto.

El ingreso numeroso de cubanos a Ecuador, explica, comenzó en el 2008 con la aprobación en ese país de una avanzada norma constitucional. Ese mismo año, mediante decreto ejecutivo, se eliminó la visa como requisito de ingreso lo cual marcó la proyección de la Revolución ciudadana de Ecuador hacia una política de fronteras abiertas.

Sin embargo, en los últimos tiempos se han dado retrocesos en esa intención. Uno de los ejemplos más claros fue la puesta en vigor en 2012 del Reglamento para acceder a la condición de refugiado, con el fin de reducir la entrada al país, lo cual se suma a la coexistencia en esa nación de algunos mitos relacionados con el incremento de la inseguridad y el impacto económico de los migrantes que –a juicio del investigador– “pueden ser rebatidos con estadísticas y estudios realizados”.

Recientemente, por demás, las autoridades ecuatorianas decidieron la suspensión de las legalizaciones de títulos de estudios universitarios cubanos. Desde el 11 de mayo pasado solo se presta este servicio a quienes estén beneficiados con los convenios bilaterales y de cooperación suscritos entre los dos países.

foto ecuador embajada

¿Tienen que ver de alguna manera las características de la migración cubana con esta situación?

¿Tú sabías que hasta el 2012, la nacionalidad cubana era la de mayor presencia entre los docentes no nacionales en el sistema de educación superior ecuatoriano? Esa situación ha cambiado en los últimos años con la llegada sobre todo de profesionales españoles, pero por poner otro ejemplo, en Ecuador hay más población estadounidense y española que cubana.

Creo que tanto en la Isla como en Ecuador existe una representación negativa de quienes migraron. Se les vincula con actividades delictivas, con la mala educación. Y no digo que eso no pueda pasar, pero las estadísticas deben servir para algo.

Por ejemplo, hasta noviembre del 2013 había solo 17 personas de nacionalidad cubana en privación de libertad; exactamente la misma cantidad de estadounidenses en esa fecha. Según datos de la Dirección Nacional de la Policía Judicial entre 2007 y 2011, del total de denuncias formuladas contra extranjeros solo el 2,76 por ciento (116) fue contra cubanos. De esas 116 denuncias, más del 51 por ciento fueron por delitos vinculados a la situación migratoria: falsificación y uso doloso de documentación, suplantación de identidad, trata, etc.). Y hablamos de denuncias, no de delitos sancionados.

Hay que entender las limitaciones de regularización, de inserción en el mercado laboral, y de cómo operan los imaginarios negativos sobre las personas para comprender determinadas prácticas. La marginación genera marginalidad.

La discriminación también se puede encontrar en relación a nacionales ecuatorianos cuando sin pelos en la lengua racializamos despectivamente e inferiorizamos al otro. Y esto es algo que también hay que rechazar, a pesar de las experiencias; no solo porque está mal sino porque los círculos de exclusión nunca generan resultados favorables en este tipo de escenarios.

Ahmed Correa Álvarez, cubano residente en Ecuador y activista por los derechos de las personas en situación de movilidad. Foto: Cortesía del entrevistado
Ahmed Correa Álvarez, cubano residente en Ecuador y activista por los derechos de las personas en situación de movilidad. Foto: Cortesía del entrevistado

¿Afecta esto el acceso de los cubanos al mercado laboral?

Claro que afecta. Los estereotipos de cualquier tipo condicionan la inserción en el mercado laboral, así como la posición de las personas en una sociedad determinada. O sea, también limita el acceso a otros servicios y necesidades; como por ejemplo el acceso a una vivienda o a la salud.

Estas dinámicas no solo condicionan la situación de los cubanos en Ecuador, sino también la de otras poblaciones provenientes de Colombia, Haití, Perú, o de varios países africanos.

¿Y qué es el «chopingtankeo» que menciona en su libro…?

“Chopingtankeo” es solo una expresión para nombrar una de las prácticas económicas desarrolladas por los cubanos en Ecuador. En los diarios se le llaman “mulas” a las personas que compran mercaderías y las venden en Cuba.

Sin embargo podemos hablar de un verdadero comercio transnacional de mercancías con especificidades significativas pues supone el sostenimiento de vínculos transnacionales, redes de colaboración de las que hacen parte familiares y amigos, y que han generado ingresos para no pocos hogares. Además es una práctica que ha funcionado a pesar de las diversas reformas aduanales que han limitado la importación de mercancías, adaptándose estratégicamente a las condiciones normativas establecidas.

En general esta es una práctica sobre la que existe lamentablemente una visión bastante negativa. No podemos perder de vista que ha sustituido a la remesa mediante la generación de ganancias para las familias, y aunque es desarrollada fundamentalmente por hombres también ha supuesto la modificación de roles de subordinación al configurar en actores económicos a mujeres dedicadas al comercio y a personas discriminadas en entornos familiares por su orientación sexual.

A pesar de que hay quien pueda señalar razones económicas para su limitación, creo que como práctica comercial pudiera ser reconocida en beneficio de la sociedad cubana en tanto genera varias formas de empleo, y que pudiera regularse con mecanismos tributarios moderados, facilitando la inserción en Cuba de bienes que no se producen o que se ofertan escasamente.

Con esto, además, se dignificaría el trabajo de estas personas al generarse políticas de incorporación a la realidad cubana de la población inserta en dinámicas de movilidad.

Según su estudio esta relación con el mercado favorece una interacción que suele faltar en otros ámbitos…

Sí, en efecto. El estudio explora dinámicas de inclusión/exclusión en el ámbito laboral. Y el comercio transnacional de mercadería es una de las prácticas laborales de mayor visibilidad en Ecuador. Tanto en el mercado de Ipiales en el centro de Quito, muy cerca de Carondelet, como en el de la Bahía en Guayaquil, que son los dos lugares donde ocurre el mayor número de compras que posteriormente se llevan a Cuba. Y como suele pasar en un mercado popular, no en los centros comerciales, la compraventa provoca no solo la circulación de dinero y mercancía sino también intercambios interpersonales, bienes simbólicos, etc. En los mercados pude encontrar muchos testimonios de relaciones de amistad o parejas ya con hijos pequeños, que nacieron justo de dicho vínculo.

¿Ha influido la exclusión y las limitaciones en la reorientación del proyecto migratorio cubano en Ecuador?

Hablar de reorientación supone pensar en cuáles eran las expectativas de quienes llegaron después del 2008. Ahora se habla de que los cubanos solo quieren irse a los Estados Unidos y hacer la ruta hacia el norte, por Colombia, saliendo por el Tampón de Panamá, y exponiéndose a diversos a peligros. Hay cada vez más personas que se arriesgan y hacen este viaje. Sin embargo, no se puede decir que Ecuador solo sea plaza de tránsito. Al inicio muchos vinieron a hacer vida en Ecuador. Después, ante las limitaciones de inserción, han reorientado sus proyectos migratorios y salen hacia Estados Unidos.

Frente a las limitaciones de tener un estatus migratorio regular en Ecuador, de encontrar empleo y a las limitaciones de retornar a Cuba, Estados Unidos se convierte en opción.

Y la gente apuesta por eso, y se expone a un trayecto, que es nuevo para la población cubana pero que tiene una historia extensa y triste de violaciones de los derechos de las personas en tránsito migratorio.

“En Guayaquil no para de sonar salsa por cada rincón”, narra desde Ecuador el editor del blog Mitad. Foto: Tomada del blog Mitad
“En Guayaquil no para de sonar salsa por cada rincón”, narra desde Ecuador el editor del blog Mitad. Foto: Tomada del blog Mitad

¿Qué  acciones podrían articularse desde Ecuador  para mejorar la situación de los extranjeros como parte de una política migratoria integral?

Por una parte actualizar la legislación migratoria de Ecuador, que data de los años setenta. Está ya en la Asamblea el proyecto de Ley Orgánica de Movilidad Humana, pero hay que participar en los debates para que los prejuicios no secuestren la ruta que marca la constitución en el diseño de dicha norma. Y es importante romper las lecturas superficiales basadas en el desconocimiento, utilizar los medios de comunicación y otros espacios a nivel comunitario para sensibilizar a la gente, y que los distintos grupos y nacionalidades no piensen un entorno de debate desde el lente exclusivo de su experiencia, sino generando lazos de colaboración, identificando demandas comunes.

Ahora, para entender la situación de la migración de cubanos en Ecuador no solo hay que evaluar la política migratoria ecuatoriana. Sobre el cubano o la cubana que decidió salir del país para llegar a Ecuador, o cualquier otro país, además de la Ley de Ajuste Cubano pesa la legislación cubana.

Y a pesar de las importantes reformas que se hicieron en el 2013, las condiciones de la legislación existente aún generan situaciones de desprotección, de situaciones de apatridia de hecho, para migrantes cubanos que no pueden regular su situación migratoria en los países de destino.

Sin tener en cuenta todos estos factores, los distintos marcos políticos y normativos que concurren en esta experiencia, no se pueden entender las dinámicas y estrategias de la población migrante cubana en Ecuador.

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