Trump y la última frontera para los cubanos

Mall de Chiriqui, en David, Panamá. Foto: Eyleen Vargas/Univisión

Mall de Chiriqui, en David, Panamá. Foto: Eyleen Vargas/Univisión

El candidato a la nominación republicana para la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, comentó en Facebook la llegada a El Paso de migrantes cubanos precedentes de Panamá. “Necesitamos fronteras más fuertes para mantener nuestro país a salvo” posteó el magnate y eventual nominado presidencial del Partido Republicano, al compartir en su perfil una noticia de la revista conservadora Washington Examiner. El titular es muy descriptivo: «Federales abren la frontera de Texas a 4 mil cubanos, las entrevistas de seguridad duran solo una hora antes de soltarlos.»

Trump ya había pronunciado su opinión en contra del excepcional tratamiento otorgado a los migrantes cubanos sin visa, que tocan suelo estadounidense gracias a la llamada política de pies secos – pies mojados. Solo el Congreso puede derogar o modificar la letra de la Ley de Ajuste Cubano, que concede entrada prácticamente automática a EE.UU. a las personas de esa nacionalidad.

«No tienen siquiera que pretender que buscan asilo por persecución, lo que significaría que un número de ellos no aplicarían, porque son migrantes económicos, no políticos”, escribió por su parte Dan Cadman, del Centro de Estudios Migratorios, una organización de perfil republicano radicada en Washington que monitorea el fenómeno.

La Casa Blanca puede ordenar en cualquier momento al Fiscal General (jefe del Departamento de Justicia de EE.UU.) revocar la concesión automática de la residencia permanente a los cubanos, una posibilidad en manos del Ejecutivo y que circulaba incluso antes de la reconciliación iniciada el 17 de diciembre de 2014.

Una futura Administración Trump podría aplicar esta solución, reiteradamente descartada por el gobierno de Obama.

«No tenemos planes de cambiar la Ley de Ajuste Cubano en este momento» respondió el subsecretario asistente de Estado, Francisco Palmiri, al senador Marco Rubio, durante una audiencia ante un subcomité del Congreso a finales de abril pasado, cuando el legislador por La Florida aprovechó para averiguar qué hacían los subordinados de John Kerry para prevenir que los países de América Central sigan enviando por vía aérea migrantes cubanos a México para que alcanzasen la frontera con Estados Unidos.

Palmiri ratificó una posición mantenida en Washington a lo largo de 2015, a pesar de las solicitudes de sus contrapartes de La Habana de cambiar la política. El gobierno cubano y Marco Rubio coinciden en que su mantenimiento incita el movimiento irregular de miles de cubanos por Centroamérica o por cualquier otra ruta.

«El Departamento de Estado admite a Rubio que no están haciendo nada para desalentar el puente aéreo en la crisis migratoria cubana»,  tituló el sitio oficial del senador por La Florida, como título de la transcripción de una parte de la audiencia con Palmiri.

La última frontera cerrada

Si fuera por Paul Gosar, ningún cubano accedería a Estados Unidos por la frontera con México a la vista de todo el mundo, sin una visa de por medio.

Para suerte de Ariel Calzadilla, Gosar no puede decidir sobre su situación. Sin visa, el joven Calzadilla (un ingeniero graduado en la Universidad de las Ciencias Informáticas, de La Habana) acaba de pasar por Ciudad Juárez, México, con la vista puesta un poquito más al norte.

«Tengo hispanos en mi distrito que se preguntan por qué los cubanos van al principio de la cola, cuando llegan legal o ilegalmente» dijo el congresista por Arizona Paul Gosar, durante una visita reciente a la capital cubana, en la cual paseó por sus calles y hasta comió en una “paladar”. Probablemente ninguno de los cubanos que lo atendieron imaginó que ese hombre de 58 años quiere hacer desaparecer el privilegio migratorio que les da ventaja frente al resto de los indocumentados del mundo que buscan una vida Estados Unidos.

“Estoy dejando atrás otro capítulo de esta travesía y voy acercándome a la meta”, me escribió el ingeniero Ariel minutos antes de desconectarse de su perfil en Facebook para tomar el vuelo que lo llevó a México, y de allí a los Estados Unidos. Natural de la ciudad de Cienfuegos, llegó a Ecuador en mayo de 2015. Como otros miles, su objetivo era emprender camino hacia el norte.

“La experiencia de cada cual es distinta. A mí no me tocó realmente nada tan fuerte ni extremo. Desde el primer día nos decían que nosotros íbamos a llegar, que tuviéramos paciencia» contó a OnCuba desde Panamá, antes de tomar asiento en su vuelo, uno de los fletados como parte de un corredor aéreo especial entre la nación canalera y México.

Ariel Calzadilla, al centro, junto a otros cubanos a punto de partir desde Chiriquí a México. Foto tomada de su perfil de Facebook.
Ariel Calzadilla, al centro, junto a otros cubanos a punto de partir desde Chiriquí a México. Foto tomada de su perfil de Facebook.

Sin la ayuda del congresista Paul Gosar, el mapa de la Ley de Ajuste Cubano va llenándose de callejones sin salida. La reciente decisión del presidente panameño Juan Carlos Varela de cerrar sus fronteras al paso de indocumentados, sobre todo cubanos, complicó aún más el camino para quienes hasta noviembre de 2015 solían emprender la ruta por tierra desde Ecuador hasta México.

Antes lo hicieron Nicaragua y Costa Rica, decisiones ambas que visibilizaron la magnitud del flujo migratorio, al desatar las dos crisis ocurridas en los últimos siete meses por miles de cubanos varados en las fronteras respectivas. La relativa complicidad de las autoridades migratorias centroamericanas, que permitían el paso con salvoconductos por cada punto fronterizo desde Colombia hasta la nación azteca, ha terminado.

Ariel lo descubrió en febrero pasado, cuando salió de Ecuador y quedó varado en suelo panameño.

Confiesa que el cierre de la frontera nicaragüense y la situación vivida en Costa Rica estuvo a punto de desmotivarlo, pero recuperó la fe cuando vio el puente aéreo que llevó a miles de cubanos desde San José hasta México. Pensó que lo podrían incluir y entonces se calmó. “Tuve que mantener la paciencia y la cordura” recuerda Ariel, quien ya pasó su primera noche en los Estados Unidos en un albergue, porque no tenía dinero para pagarse la habitación de un hotel, y al mediodía de este viernes 13 de mayo, sale en bus hacia La Florida.

La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los Estados Unidos actualiza a la prensa con el número de cubanos llegados sin visa a las puertas de entrada en su frontera sur. El conteo del llamado año fiscal 2016 comenzó en octubre pasado. En lo que va transcurrido las cifras ya rondaban los 30 mil cubanos aceptados desde esa fecha. Si aún no se ha superado esa cifra, el límite se sobrepasará en cuanto cientos de cubanos procedentes de Panamá muestren sus pasaportes azules en el límite donde Ciudad Juárez se convierte en El Paso.

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