¡Al fin lunes!

Ilustración: deletereo.com (Detalle).

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Pensé que el lunes nunca llegaría. 10 de la mañana, ya siento el olor a nuevo de las impresoras y el perfume híbrido de café-cigarro-chicle de mi compañero de vacaciones, digo, de trabajo. 8 horas de escritura de crónicas de todos los temas, titulares, cortes, entrevistas, noticias de sucesos que aparecen cuando entras a grabar a esa vieja pecera, que es como llamamos a nuestra cabina de radio. Eso sí es vida. Tranquilidad, paz, la mente conectada con el siguiente paso y toda tu concentración en el hoy, el presente, todo depende de ti.

3 de la tarde, hora de las degustaciones en la cafetería de aquel monstruo de medios de comunicación en el centro de Madrid. Tortilla de papas y Coca Cola, no pega pero quita el sueño, allí te dejan beber lo que quieras, no importan las calorías y elegir light es por fin tu decisión. Eso es el paraíso, lástima que solo son 8 horas. Termino con el manjar y regreso a mi trono de trabajo que es tan caótico como yo. Pongo mis gafas en la esquina de la mesa, al borde del precipicio, y nadie parece entrar en pánico. Están sucias, solo yo puedo ver a través de ellas, nadie las limpia a mis espaldas como un traidor, me río, solo yo comprendo. Eres libre, eres tú, individual, 1, no pretendes, no negocias.

6 pm, sudor, boca seca, me empiezo a poner nerviosa, se aproxima el huracán de las últimas horas de conexión y esa flecha azul que cronometra tus respuestas y lógicamente determina la medida exacta de tu amor e interés por tu compañero de vida. “Compañero de vida”, qué curioso concepto ¿y cómo se elige? Las grandes decisiones tendrían que venir con garantías como cuando compras un carro o una casa, a fin de cuentas, ese humano te acompañará por siempre. ¿Cuáles son las características que debe tener? Cuando compras un carro miras el motor, el color, el tamaño, el precio… se sabe que es lo importante en este caso, pero para elegir pareja no venden guías de compra que te garantice encontrar justo lo que necesitas. Sería una buena idea de negocio.

¿Cuándo cambió él o cambiaste tú? ¿Por qué ha dejado de ser tu amigo para ser un carcelero a la que debes decir te amo por las noches?

Pero si… son las 6pm, se acercan en manada las bestias, la dieta, los estresantes planes para el finde, las preguntas detectivescas que te roban toda tu información y tus pensamientos, que ya no te pertenecen. 6:30 pm, dile adiós a la Coca Cola, vieja amiga, a tus gafas sucias en la esquina de la mesa (su lugar favorito), son como tú les gusta vivir al límite, pero solo durante la jornada “laboral”. Corres hacia los estantes y coges tu abrigo, el portafolio, el paragua (que te obligaron a llevar) y las llaves.  No olvides coger a esa mujer con tu cara que cuelga de una percha, dale ánimo y hazla volver a casa, digo al trabajo. Tú quédate en la oficina, te mereces unas vacaciones.

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