Cinco temas de sobremesa

Foto: Kaloian

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1- La política de cuadros: Este tema casi siempre ocupa el primer plano en un almuerzo de mi familia. Primero se debate si los que están son los idóneos para ocupar esos puestos, luego comienzan las propuestas y las predicciones. “Yo creo que Fulano será el próximo ministro de…”, “pero si ponen a Mengano, ahí sí que estamos embarcados”.

2- La economía del país: Todas las soluciones de la economía nacional y la mejor manera de elevar el PIB están servidas sobre la mesa junto a los frijoles negros y el muslo de pollo. Se analizan las perspectivas de la inversión extranjera y la necesidad de abrirse a sus posibles beneficios. “Oye, si de todas formas, muchas de las paladares y los bares privados se han levantado con dinero de allá. ¿O eso no es inversión extranjera?”.

3- La prensa cubana: En la mesa de mi casa no se habla mal de la prensa oficial, todo lo contrario, ella nos obliga a seguir la prensa alternativa. Cada uno actualiza a los otros con sus medios favoritos. En el ala izquierda está mi mamá con el Noticiero Nacional, en el ala derecha teníamos a un miembro de la familia pero ya esos sitios están bloqueados en su trabajo. Para mí, en una posición central, Segunda Cita y para mi papá la libertad casi total de la prensa deportiva. Cuando más emocionados estamos con el tema, el más pequeño de la familia dice “¿Por qué hablan tanto?”.

4- Las proezas de mi hijo: Con el postre aparecen las genialidades que los abuelos advierten en el nieto preferido. “Ya sabe montar bicicleta. Ya se aprendió la canción Cabalgando con Fidel. Ya sabe que los reyes magos no existen. Ya sabe escribir su nombre. Ya come espaguetis sin queso. Ya sabe pintar a un hombre cargando una casa”.

5- Junto a las sobras de la comida aparece el tema del barco: “Este barco no tiene rumbo cierto”. “Ya no hay que coger un barco pa´ irse, ahora te puedes ir en avión.” “Ya yo no me voy a bajar de este barco, aunque se hunda.” Y mi hijo, con otra de sus genialidades comienza a cantar: “Barquito de papel, mi amigo fiel, llévame a navegar por el ancho mar…”.

Y así, junto al café, volvemos a empezar de atrás pa´lante porque, como alguien dijo, en Cuba somos tres países: el que fuimos, el que queremos ser, y el que definitivamente somos.

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