Himnos

Jacob Forever, el Inmortal.

Por encima de lo que dictan los hits parade, las canciones se pegan en la calle por el siempre simple método del canje. De boca a boca o de Zapya en Zapya se adhiere cierto tema en las multitudes. Hasta himnos se hacen a golpe de gargantas antes de que alguna ordenanza así lo disponga.

Quizás por esa musicalidad propia de los cubanos, cada cierto tiempo alguna canción se hace lo que llaman en la calle “un himno”.

Seguro que hay más que las que recuerdo, pues esta moda es tan antigua como El Morro, pero dada mi juventud solo rememoro ocho números que se pegaron con ateje en el gusto musical de millones de cubanos.

1. “Chorando se foi”

Tenía tres años cuando el boom internacional de la lambada llegó a Cuba. No salía de la radio. Pasabas de una emisora a otra y allí estaba. ¡Y mis tías y mi madre a gozar! Y yo con ellas. Aprendí el himno nuestro a la par del tema brasileño.

2. “En vez de ponerte a pensar en él…”

“En vez de que vivas llorando por él / piensa en mí / llora por mí / ámame a mí no lo ames a él…” El coro de Los Mojados sonaba en cualquier casa en los años 90. Era furor en las grabadoras de caseteras y CD que se empezaron a ver más tras la llegada de las “chopis”. Aquel ataque sentimental era un asidero de la nostalgia que se vivía desde el escaparate hasta la mesa. Fue un éxito total.

3. No te aferres

En ninguna latitud tuvo Juan Gabriel tantos oídos aferrados a su voz como con este tema en Cuba. Aquel “pero es que no está en mis manos” retumbaba los fines de semana frente a muchas lavadoras. Las mujeres lo cantaban con más intensidad que si lo dijera un delegado de circunscripción. El tema fue como una simbólica despedida para quienes se aferraron una vez y fueron defraudados por aquella década terrible.

4. Guajiro Natural

Polo nos devolvió de una forma singular la cubanía. Hasta la gente que solo veían televisión por cable sintonizaban 23 y M para verlo, si se enteraban que daría una entrevista. El pinareño logró que los que jamás en su vida habían cogido un azadón en las manos, contentos, se llamaran guajiros. Los 2000 iniciaban con la esperanza de un Montañez que saltaba del anonimato a la fama internacional. Pero todo fue fugaz, sus temas perduraron, él no. Hay quien piensa que Flor pálida es de Marc Anthony.

5. Dónde estará mi primavera

Por retratar instantes especiales del alma de la nación muchos cubanos convirtieron en himnos canciones como esta de Marco Antonio Solís, que se preguntaba “¿Dónde se habrá escondido el sol?” Y cuando el mexicano dejó de preguntarse(nos) en todas las fiestas de quince y guaguas por el Astro rey, llegó Myriam Hernández en 2007 para recordarnos la primavera perdida.

6. Bailando

Años más tarde abrazamos la unión de Descemer Bueno y Gente de Zona con Enrique Iglesias. ¡Cubanos en la talla mundial y lo podíamos disfrutar! La apoteosis llegó antes del Grammy. Los niños de escasos años vivieron lo que yo con la lambada. Bailaron de lo lindo hasta en actividades escolares, gracias a que se le teme menos a la influencia del reguetón. Ya se sabe que hay cosas peores, y al final, bailamos.

7. La gozadera

¡Qué paletazo el de Gente de Zona! Que nadaran otra vez con un gran pez como Marc Anthony casi aseguraba el éxito. Y en efecto: “el arroz con habichuela” sonó más que el congrí en toda Cuba. Podías ver a cualquiera en una guagua mover la cabeza con la misma coreografía del vídeo clip ensimismado en sus audífonos.

8. Hasta que se seque el malecón

La voz de Jacob Forever se trasformó en pegatina. De celular en celular y de fiesta en fiesta se trocó parte del estribillo en frase popular para denotar la durabilidad de algo. Otro verdadero himno.

9. El Palón Divino

Lo del Chocolate pica y se extiende, lamentablemente, para quienes no gustan de groserías. La canción, toda una hard-porn, explícita y vulgar, logra con su descripciones del palón y de la papaya más de 4 millones de visualizaciones en YouTube. Pero no bastó, y el hombre del Guachineo, a usanza de las series televisivas y sus temporadas, inventó dos versiones más que se escuchan en cuanto bicitaxi le pasa a uno por el lado, coreando: “que yo sé que yo a ti te maté con mi palón divino / y después tú me mataste a mí / con tu tota divina, con tu tota divina”.

Al parecer el 2017 será el año del palón, ojalá y eso nos signifique un aumento del turismo, como se especula que sucedió en Puerto Rico, gracias a la canción Despacito, con la que perrearon aquí hasta los niños del círculo infantil.

Y eso de que los infantes nos salgan patisueltos no es nada nuevo. Dice un colega que desde niño se tiene que contener para no bailar con La Bayamesa. Así que no es nada que volvamos himnos nacionales algunos hits parade. Sin duda, decir música es decir Cuba.

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