En la provincia de Camagüey los templos religiosos conforman el núcleo de la estructura urbana. Sus valores arquitectónicos reflejan tipologías domésticas tradicionales donde prevalecen materiales como el barro, el ladrillo, los mosaicos y las tejas.
Puede encontrarse en la ciudad un conjunto de conventos-iglesias y hospitales-iglesias, como San Juan de Dios, donde el 12 de mayo de 1873 el Padre Olallo y el sacerdote Manuel Martínez Saltage, desafiando al poder colonial, asistieron el cadáver del venerado patriota camagüeyano Ignacio Agramonte y Loynaz, Mayor General del Ejército Libertador cubano, al cual se le rindieron honores póstumos en el interior del convento antes de ser llevado a incinerar.
Además, en dicho templo descansan los restos del propio Beato José Olallo Valdés, destacado religioso cubano, incondicional servidor de los pobres y enfermos.
La gran religiosidad de los principeños se ha mantenido vigente, como la estructura de sus santuarios.