Masonería en Cuba: “Escuela de ciudadanos”

Foto: Raquel Pérez

Foto: Raquel Pérez

Tratando de develar qué es la masonería en Cuba, conversamos con Evaristo Gutiérrez, Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba, la máxima autoridad local. Fue electo por los miembros de la masonería de toda la isla, gobernó durante tres años y luego debió esperar seis para poder volverse a candidatear. Él cuenta a la sección A Fondo de OnCuba quiénes son los masones cubanos, como actúan y qué objetivos persiguen.

Un poco de historia

“La masonería llegó a Cuba con los ingleses, cuando tomaron La Habana, en 1762. Más tarde la Revolución haitiana provoca un éxodo de franceses que refuerza las prácticas masónicas. Muchos de los hombres de pensamiento más avanzado de aquella época se afiliaron a esas logias, ahí es donde comienza a gestarse el pensamiento nacionalista cubano, como el de Román de la Luz. Después, entre los siglos XVIII y XIX, hubo un impase por la persecución a que fue sometida por el régimen colonial y se dejó de practicar públicamente.

“En 1859 se establece la masonería de manera regular y se abre la primera Gran Logia de Cuba, llamada de Colón y con Carta Patente (aval) de Carolina del Sur, EEUU. Se crea también Gran Oriente de Cuba y las Antillas. A esta última institución pertenecieron casi todos los próceres de la Patria. Allí se formaron los caracteres de hombres como Ignacio Agramonte, Céspedes o Antonio Maceo. Es algo que pasó en toda América porque la masonería siempre ha estado ligada al pensamiento de avanzada y de progreso”.

Tras la independencia

Evaristo Gutiérrez, Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba
Evaristo Gutiérrez, Gran Maestro de la Gran Logia de Cuba

“La masonería busca hombres armados de una conducta cívica y una gran moral, personas que aun pensando diferente en los terrenos filosófico, religioso o político tienen un compromiso común que es trabajar por el bien de la humanidad. Hay muchas formas de hacerlo. En la época de la República la masonería se dedicó a cooperar con la educación, por ejemplo. Incluso tuvimos una universidad.

“En 1959 se mantiene el equilibrio porque la masonería había tenido un aval muy importante al servicio de la nación. Lógicamente hubo profundos cambios pero basados en el respeto mutuo y eso es lo que caracteriza a las relaciones actuales con el Estado cubano. Entre las normas de la masonería está que se debe respetar las leyes del país donde están sus logias. Conspiramos cuando vivíamos en un estado de vasallaje colonial pero hoy somos una República instituida, igual que la mayoría de los Estados”.

En la actualidad

“La masonería está tan arraigada porque es parte de la cultura cubana. Es raro encontrar una familia en Cuba que en algún momento de su historia no haya tenido un masón entre sus miembros. Somos alrededor de 30 mil masones, reunidos en 318 logias, somos la más fuerte de América después de Brasil. La mayoría de los pueblos de campo tienen su templo y su logia. Incluso hay lugares donde trabajan más de una logia. Eso a pesar de que la masonería es una institución selectiva e iniciática. Tenemos algunos secretos, pero nuestra labor es pública, aunque nuestros enemigos cuenten muchas mentiras. Martí dijo que la masonería no puede ser una sociedad secreta en los países libres porque representa la obra del adelanto general de los pueblos”.

“La masonería de Cuba ha sido abanderada en el trabajo con las mujeres, desde 1937 tenemos la orden Hijas de la Acacia, una institución patrocinada por la masonería, es decir, que las mujeres sin ser masonas pueden aportar mucho desde ese lugar. Los intentos de crear logias de mujeres palidecieron porque ya ellas tienen su espacio”.

“Todavía no estamos aportando todo lo que debemos por las limitaciones económicas que vive el país y que se reflejan también en la masonería. Con los jóvenes estamos trabajando a través de la Asociación Esperanza de la Fraternidad, que cuenta ya con más de nueve logias. Los formamos en el aporte cívico, en el cultural, adquieren valores morales y éticos, algo de lo cual está necesitada toda la humanidad hoy. La sociedad cubana no comprende que por cada logia que se abre es una puerta que se cierra al vicio y a las malas costumbres”.

Sus principios

“Al contrario de lo que hacen las religiones, la masonería no le dice al hombre esta es la verdad sino que lo provee de las herramientas para que busque su verdad. Creemos que es en la diversidad del pensamiento donde están las grandes soluciones. En un mundo de diálogo y respeto, los masones podemos aportar mucho porque siempre hemos vivido así.

“Nosotros no hacemos proselitismo. En Cuba todos los masones somos conocidos, la sociedad va viendo nuestras obras, nuestra conducta y quien se interesa se acerca a un masón para que lo patrocine, si este cree que tiene las condiciones éticas y morales, buen padre, hombre de familia, trabajador. No somos un reformatorio, recibimos hombres buenos que quieren ser mejores. La masonería es una escuela de ciudadanos”.

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