Piel adentro: “Pudiera ser la mujer más feliz sobre la tierra…”

Vive en una ciudad de diagonales, en una ciudad estudiantil, parte del Gran Buenos Aires. En 1997, dos años después de llegar a la tierra de San Martín, fue nombrada Ciudadana Ilustre de La Plata.

Poeta, periodista, escritora, guionista… Juanita Pochet Cala es cemento para unir voluntades, llama viva, tierra feraz para los amigos.  Por encima de un mar de dificultades, sobre sus olas, contribuyó a crear la Unión de Cubanos Residentes en Argentina (URCA).

Desde el poemario Franqueza, publicado en su natal Santiago de Cuba en los noventa, no ha dejado de crecer  para la literatura. En 2014, aparecieron en Argentina los versos y relatos de Criaturas entre los Dedos y el libro-disco Una voz, un sentimiento.  Su firma es habitual en revistas y publicaciones digitales del mundo iberoamericano.

Juanita viene y va. La  poesía en ristre. Y desde su ventana es capaz de sentir la brisa impregnada del “blando olor a mango y  a guayaba” que llega del Caribe.

¿Cómo se ve  Cuba desde el cono Sur? ¿Dónde la encuentras?

Cuba nunca ha dejado de estar. Cuando he viajado a cualquier pueblo, encuentro puntos comunes, en las construcciones, las calles, el parque central de cada sitio… Los encuentro, o los busco. Y sobre todo, Cuba se me aparece ―necesito verla―,  en  las personas, en su calidez.

¿La poesía es un rapto que llega cuando menos lo esperas, un refugio o el universo particular que te has inventado? ¿Qué lugar ocupa en medio del fragor cotidiano?

La poesía es una sumatoria de todo eso. Es más. La poesía es dulce aún cuando el tema central sea árido.  Jamás me aíslo, una se vuelve observadora de todo, desde lo más cercano a lo universal

Si algo te impactó, si hace vibrar la sangre  y moviliza, empiezas como el escultor a tallar desde adentro un algo que poco a poco asoma, lo vas dibujando con letras. Cada vez que entraba a círculos literarios, me hablaban y hablan de José Martí, Guillén, José Ángel Buesa… La poesía ocupa un lugar elevado y si bien no vivo de ella, ha sido el puente de comunicación con la gente.

A través de la poesía, conocí a escritores que trabajaban como docentes profesionales capacitando a trabajadores. Logro ser  contratada en el Instituto Provincial de la Administración Pública, (IPAP) donde permanezco dentro de la Dirección de Gestión del Conocimiento. Soy una luchadora de los valores de la cultura popular, que es en esencia el sentir genuino de nuestra gente.

¿Cómo dialogan la periodista y la poeta?

Es un diálogo con reflexiones y  con silencios. Escuchando y oyendo mi propia voz.  Soy rebelde ante las injusticias en cualquier parte de este mundo.

Yo coordino talleres, realizo relatorías, investigaciones, evaluaciones, docencia… De manera paralela, he creado y han sido reconocidos los talleres de lectura y escritura con la tercera edad. Colaboro en el Hogar de Chicos de la calle “Pantalón Cortito”. Junto a ellos escribí el libro que lleva el mismo nombre y les entregué el derecho de autor. Y no tengo a menos decirlo: soy una enamorada de los amaneceres, porque creo en el futuro.

¿Qué es lo que más extrañas de Cuba cuando estás en Argentina y qué cosas de Argentina te punzan el costado cuando estás en Cuba?

Una siente mucho de menos a Cuba, a la familia. Necesitas ir al encuentro de ella, recrear tu lugar de origen. Extrañas Argentina, porque hay fuertes afectos, gente que te ha cobijado, un país que te ha aceptado y dado abrigo y respeto.

Soy una mujer con un pie en la Isla y otro en el continente. Soy como un ave con sus alas extendidas. Le pertenezco a Latinoamérica.

Regálame un poema…

Pudiera ser la mujer más feliz sobre la tierra

pero acabaron las rapsodias

los cantos bajo la lluvia…

Transformaron palabras al diccionario

y no sé bajo qué capricho han mudado hojas de los viejos libros  (…)

Ah, si por un instante pudiera alcanzar un rayo para viajar

y poner de goce al mundo desamparado

hacer brotar sonrisas en niños

que no duermen acorralados por la fiebre…

No, no puedo ser la mujer más feliz sobre la tierra…

en este mismo instante

luego de sujetarme el pecho

escapo a mis pedazos

los gorriones sacuden sus alas”.

 

 

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