Una iglesia vestida de oro

La Iglesia San Juan Bautista es Monumento Nacional desde 1949. Foto: Yariel Valdés

La Iglesia San Juan Bautista es Monumento Nacional desde 1949. Foto: Yariel Valdés

La iglesia parroquial mayor de San Juan de los Remedios, en Villa Clara, no es una iglesia cualquiera. Y no porque allí la fe se viva con mayor intensidad, ni porque sus leyendas de pueblo cincuentenario hayan traspasado el umbral de este recinto religioso.

Su singularidad  radica en sus valores patrimoniales y arquitectónicos, que la convierten en un sitio único en Cuba y de constantes visitas, tanto de fieles como de otros que, sencillamente, sucumben a sus encantos visuales.

La parroquial mayor San Juan Bautista está enclavada en el centro histórico de Remedios, Monumento Nacional desde 1980. Foto: Yariel Valdés
La parroquial mayor San Juan Bautista está enclavada en el centro histórico de Remedios, Monumento Nacional desde 1980. Foto: Yariel Valdés

La iglesia fue construida en 1550 y toma el nombre del patrón de la villa,  San Juan Bautista. Basta entrar y el visitante se encuentra con un hermosísimo altar de madera, laminado en oro de 22 quilates y de estilo barroco español.

Cuenta la guía de la iglesia Martha Flores Díaz que una vez colocado, el altar brillaba tanto que era imposible mirarlo de frente, por lo que fue necesario “opacarlo” un poco. “Pero aquí lo que brilla y no brilla es oro”, añade.

Foto: Yariel Valdés
Foto: Yariel Valdés

Todas las esculturas, que adornan ambos laterales de la iglesia, igualmente vestidas de oro, fueron traídas desde España en los siglos XVII y XVIII. Entre ellas, destaca la “Inmaculada Concepción embarazada”, considerada por los expertos como un exponente sin igual en el mundo.

Esta es la Inmaculada Concepción, pieza de la escuela sevillana y única en el mundo, al decir de los expertos, pues no existe otra obra que la muestre embarazada y bailando flamenco.  Foto: Yariel Valdés
Esta es la Inmaculada Concepción, pieza de la escuela sevillana y única en el mundo, al decir de los expertos, pues no existe otra obra que la muestre embarazada y bailando flamenco. Foto: Yariel Valdés

Otro de los detalles menos a la vista, pero que Martha se encarga de remarcar lo constituye su techo de cedro cubano del siglo XVII y de estilo mudéjar, conservado desde el propio establecimiento de la edificación y donde son visibles las influencias andaluzas y árabes.

Foto: Yariel Valdés
Foto: Yariel Valdés

Ahora, con los recién cumplidos 500 años de la cuidad el pasado 24 de junio, la iglesia parroquial mayor ha renovado su imagen, sobre todo en  su exterior, donde se concentraron el grueso de las acciones. Sin embargo, esa lozanía que aun hoy pervive en ella no se relaciona con lechadas de pintura ni obreros en ajetreo, sino con esas reliquias de su interior que se han sabido resguardar pese al paso del tiempo.

Foto: Yariel Valdés
Foto: Yariel Valdés
Foto: Yariel Valdés
Foto: Yariel Valdés
Entrada a las catacumbas. Foto: Yariel Valdés
Entrada a las catacumbas. Foto: Yariel Valdés
Foto: Yariel Valdés.
Foto: Yariel Valdés.
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