Turistas tendrán que estar vacunados o con PCR negativo a su llegada a Cuba

La medida forma parte de los protocolos que se aplicarán con los visitantes internacionales desde mediados de noviembre, cuando el gobierno cubano espera que el país presente una mejor situación epidemiológica y una elevada cobertura de vacunación contra la COVID-19.

Trabajadoras del turismo ofrecen gel desinfectante a los visitantes que llegan a un hotel en Cayo Coco, Cuba, en diciembre de 2020. Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE / Archivo.

Trabajadoras del turismo ofrecen gel desinfectante a los visitantes que llegan a un hotel en Cayo Coco, Cuba, en diciembre de 2020. Foto: Ernesto Mastrascusa/EFE/Archivo.

Los turistas que arriben a Cuba a partir del 15 de noviembre tendrán que presentar un certificado de vacunación contra la COVID-19 o un PCR negativo realizado dentro de las 72 horas previas a su llegada a la Isla, explicaron este jueves autoridades del sector.

La medida forma parte de los protocolos que se aplicarán con los visitantes internacionales desde mediados del onceno mes del año, cuando el gobierno cubano espera que el país presente una mejor situación epidemiológica y una elevada cobertura de vacunación contra la enfermedad infecciosa.

Días atrás, al anunciar una gradual reapertura de las fronteras, el Ministerio del Turismo de Cuba (Mintur) había adelantado que no se exigiría un resultado de PCR al arribo y que las pruebas diagnósticas entre los viajeros se realizarían de manera aleatoria, como parte de una “flexibilización” de los protocolos, lo que encendió las alarmas de buena parte de la población cubana. 

Ahora, María del Pilar Macías, directora de Operaciones y Calidad del Mintur, confirmó que “se exigirá” el certificado de vacunación anticovid a los turistas cuando a su llegada a la Isla, “mientras que los visitantes que no estén vacunados tendrán que presentar el resultado negativo de PCR realizado dentro de las 72 horas antes de su llegada”, reseña el sitio oficial Cubadebate.

Durante su intervención en el programa televisivo Mesa Redonda, la directiva confirmó que en frontera que los protocolos “estarán centrados en la vigilancia de pacientes sintomáticos y la toma de temperatura” y que, además, “se realizarán pruebas diagnósticas de manera aleatoria”.

También detalló que en el caso de que un turista resulte positivo en una de las pruebas aleatorias, será trasladado a una instalación hotelera habilitada por el Mintur, de conjunto con el Ministerio de Salud Pública (Minsap) para el aislamiento y la atención médica de los enfermos.

Macías dijo que, más allá de los cambios en frontera, los protocolos sanitarios para la actividad turística en la Isla, elaborados con el Minsap, “refuerzan” su exigencia a partir de “las recomendaciones de las organizaciones mundiales del Turismo y de la Salud, las operadoras establecidas en el país y los touroperadores de los principales países emisores”.

En ellos se mantendrán medidas como el uso de medios de protección como mascarillas y guantes, la separación con medios físicos como mamparas, la desinfección para manos y superficies, el distanciamiento físico con ayuda de la señalética en las zonas comunes, el uso de áreas abiertas para realizar las actividades de animación y la disminución de la capacidad de los restaurantes. También se mantendrán los servicios médicos durante 24 horas en los hoteles.

La funcionaria afirmó que con estas medidas se pretende elevar la seguridad y evitar los contagios, “sin cerrar ningún servicio ni causar malestar en los clientes”.

Además, Macías refirió que con vistas a la protección de los trabajadores del sector se ha extendido la vacunación a los polos y territorios donde no había comenzado el proceso —hasta ahora son alrededor de 45 mil los inmunizados— y se aplicará dosis de refuerzo a quienes están vinculados a esta actividad.

Añadió que, como parte del programa para un turismo más higiénico y seguro, hasta la fecha se han certificado más de 2.250 instalaciones, 563 de ellas del sector privado, y que antes del 15 de noviembre se chequearán las mismas, incluyendo las que se han mantenido cerradas durante la pandemia.

Las autoridades del sector turístico explicaron que se permitirá mayor movilidad de los visitantes y la posibilidad de realizar excursiones citadinas, aunque sin detallar cómo se realizará esto o si existirán protocolos específicos para estas actividades, que despiertan preocupación entre muchos cubanos, que temen un nuevo rebrote de la COVID-19 a partir de casos importados.

En este sentido, el titular del Mintur, Juan Carlos Granda, reconoció en la Mesa Redonda que “hay preocupación con la palabra ‘flexibilización’ a la llegada de los viajeros”, pero insistió en que “no es necesariamente así”.

“No se flexibilizan los protocolos implementados en el sector del turismo desde el inicio de la pandemia, sino que se refuerzan. No es flexibilizar, es cambiar protocolos a la llegada, en la movilidad”, comentó. 

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Granda reiteró la importancia para la economía cubana de un “despegue” del turismo, por su papel “dinamizador” y “estratégico”, y detalló que, desde el 1 de enero hasta el 31 de agosto, ingresaron a Cuba apenas 163.743 visitantes internacionales. Ello que significa 2.960.000 turistas menos que en igual período de 2019, y 824.000 menos que en los primeros ocho meses del 2020, con su correspondiente afectación monetaria en circunstancias de pandemia.

Cuba, que atraviesa una severa crisis económica y sanitaria, tiene en el turismo una de sus principales fuentes de ingreso, muy golpeada por el impacto de la COVID-19.

Actualmente, solo unas pocas instalaciones en polos como Varadero y Cayo Coco se encuentran brindado sus servicios a visitantes llegados principalmente de Rusia y, en menor medida, de Canadá y países europeos, mientras la Isla atraviesa su peor momento de toda la pandemia, con miles de casos y decenas de fallecidos diarios, según las estadísticas oficiales.

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