Desde que irrumpiera en el panorama cubano de las artes visuales a finales de los ochenta, Carlos Guzmán (La Habana 1970) ha transitado diversos senderos. Sus constantes búsquedas e inquieto espíritu, le han llevado a desempeñarse como dibujante, pintor, escultor, instructor de arte, galerista, profesor de dibujo e ilustrador de publicaciones.
Debido a sus méritos y creciente reconocimiento internacional en los últimos años, fue seleccionado para representar al continente americano por la Comisión Nacional de la UNESCO de Andorra en la IVª edición del evento Art Camp “Colores para el planeta”, que tendrá lugar entre el 14 y el 24 de julio del próximo año, en Ondino, Principado de Andorra.
Art Camp es un foro internacional donde artistas plásticos procedentes de los cinco continentes se encuentran e interactúan compartiendo su cultura y donde presentarán sus propias culturas a través de sus creaciones artísticas. Cuba estará representada por primera vez en esta próxima edición con el reconocido creador al que se le ha endosado la etiqueta de artista postmedieval.
El objetivo de este evento es la creación de un fondo de obras originales que reflejen el trabajo creativo y artístico basado en los valores de la UNESCO como la protección del medio ambiente, promoción de la paz y de la diversidad de las expresiones culturales. Las obras participantes en las tres pasadas ediciones han sido expuestas con gran éxito en distintos lugares de Europa con una formidable recepción de público y crítica.
Guzmán a través de sus piezas refleja lo apócrifo y mágico que es capaz de extraer de la realidad. Revelan su fascinación por la efigie humana y su inquebrantable búsqueda de seres legendarios y artefactos de ensueño junto a sus arcanos personajes, casi exclusivos de lo onírico. Una de las temáticas recurrentes en el quehacer del creador es la inevitable simbiosis hombre-máquina, lo que avalan la mayoría de sus muestras.
Graduado en 1989 de la Academia de San Alejandro ha participado en casi un centenar de exposiciones colectivas y personales, tanto dentro como fuera de Cuba. Sus creaciones figuran en importantes colecciones privadas e institucionales en disímiles países.
“Me siento muy honrado y feliz por poder representar a mi país en este evento tan lindo, loable e interesante en el que aspiro poner bien en alto a nuestra cultura. Es un inmenso orgullo poder llevar mis creaciones a un país que poco conoce de los genuinos valores de la cultura cubana y es para mí de gran importancia que sea reconocida y admirada”, declaró Guzmán a OnCuba, quien se encuentra en la preparación de las obras que le acompañaran en esta nueva aventura artística.
Guzmán, quien define su obra de surrealismo mágico se reconoce deudor de imprescindibles figuras en el devenir de la plástica nacional e internacional como Acosta León y la británica Leonora Carrington y entre sus grandes anhelos están hacer grandes murales de pintura y gigantescas instalaciones. Se considera mejor dibujante que pintor aunque no establece ninguna frontera para expresarse entre las disímiles técnicas de las artes plásticas. Asume que su obra no es muy cubana en cuanto a temáticas y estilo, pero lo delata como caribeño el uso de la luz en sus composiciones.