CryptoCuban Social Club, un coleccionable cubano “hecho a mano”

El fotógrafo Gabriel Guerra Bianchini junto a su esposa Denise Roque se encuentran inmersos en uno de los proyectos más revolucionarios dentro del entorno cubano de los NFT.

Foto: Gabriel Guerra Bianchini.

El criptoarte parece de momento una de las revoluciones más grandes de los últimos años en el panorama artístico internacional, un fenómeno incrementado a causa de la pandemia por la COVID-19, que potenció la presencia de artistas en el entorno digital.

La creación de contenido específicamente para este mercado ha ido incrementándose a la par de las infinitas posibilidades que permiten las tecnologías y su asociación con las manifestaciones artísticas, algo que sin dudas han potenciado las dinámicas creativas resultantes de esta “nueva normalidad” dejadas por el coronavirus.

Cuba, por difícil de creer que parezca, ha logrado insertarse en esta nueva oleada de los NFT (Non Fungible Tokens), a pesar del atraso tecnológico y las complejas circunstancias que rodean a la Isla en cuanto a conexión a Internet, dos aspectos claves para mantenerse de forma activa y exitosa en el mercado del criptoarte.

En el último año, han sido varios los artistas, proyectos y exposiciones de cubanos relacionados con los NFT, una comunidad que ha logrado insertarse rápidamente en el entorno del criptoarte. Resulta una grata sorpresa encontrar en redes sociales y mediante diferentes plataformas los trabajos de artistas cubanos (mayormente jóvenes), que han sabido “tomarle el pulso” a este novedoso mercado, como buenos nativos digitales.

De ahí que no es del todo descabellado que en estos momentos se esté gestando Cryptocuban Social Club, el primer coleccionable cubano hecho con personas reales, y quizás el primero de su tipo también en el mundo. Se trata de “1492 retratos de cubanos distintos que se van a lanzar como colección NFT en el mercado del criptoarte”, nos cuenta Gabriel Guerra Bianchini, fotógrafo que lleva adelante la iniciativa.

Junto a su esposa Denise Roque, especialista y coleccionista de criptoarte, y con la producción de Estudio50 y la revista independiente Vistar, Bianchini lleva a cabo esta idea, “algo que soñamos hacer desde hace ya algún tiempo. En el mundo del NFT, los coleccionables tienen un espacio muy importante y un gran mercado”, afirma.

Bianchini: Un artista cubano en el mundo del criptoarte

Para tener una idea más clara de cuán complejo resulta llevar a cabo un coleccionable con personas reales, editado casi “a mano” —como decimos popularmente—, los coleccionables “casi siempre son generados por artistas gráficos y a través de computadoras donde se generan capas para los ojos, para la cabeza, entre otros atributos, porque eso es lo que los hace un coleccionable, tener diferentes atributos, algunos más que otros y más raros también”, explica Bianchini a OnCuba.

Bianchini añade que, así, las computadoras y los diseñadores buscan generar miles de imágenes para elaborar un coleccionable que puede tener miles de variantes. “Nosotros estamos haciendo el primer coleccionable con personas reales, con fotografías a las que vamos a ir añadiendo atributos”.

“Estos atributos (ropa, accesorios y demás objetos), son creados por emprendedores cubanos, para eso nos hemos asociados con Dador, Clandestina, Kathy Ocaña, Tramontana…emprendedores que elaboran sus creaciones en Cuba; creímos que sería muy valioso que, dentro de la colección, los vestuarios y accesorios que utilicen los fotografiados sean creados por artistas cubanos, y así encuentran otra manera de elevar su mercado”.

“Además —comenta el fotógrafo— nos estamos asociando con artistas gráficos que intervienen con sus obras los fondos de los retratos y hemos logrado una gran participación dentro de la comunidad, con poco más de 700 retratos ya hechos en un mes desde que comenzamos, el 8 de septiembre. También hemos logrado involucrar a personalidades de la cultura y de la sociedad cubana en el proyecto”.

Bianchini confía en tener listo el coleccionable para el venidero mes con los 1492 tokens, número escogido “por el descubrimiento de Cuba y América. Una vez que tengamos esa cifra hecha, empezaremos con la campaña de marketing, preparándonos para el lanzamiento de la colección en NFT que se hará desde la propia web del proyecto”, precisa.

¿Dónde se podrán adquirir los NFT?

El coleccionable se albergará en el market place de Open Sea, la plataforma más grande para la venta de NFT a nivel global. Pienso que es revolucionario para el mundo del NFT cubano, porque pretendemos con este proyecto ubicar a la comunidad cubana digital en el mismo epicentro de la comunidad NFT internacional, algo que no es sencillo, porque somos un país pequeño y porque hay muchos artistas de calidad del mundo entero volcados en dicho mercado.

Queremos que el pre-sale esté enfocado solo para personas en el mundo que hayan coleccionado arte digital o NFT de artistas cubanos, a manera de agradecimiento a todo el apoyo que le han dado a la comunidad cubana, que es bastante activa y pretende crecer en un futuro cercano.

¿Cuán importante resulta el apoyo entre la comunidad de artistas involucrados ahora mismo en el criptoarte?

Si hay algo particular que tiene la comunidad de NFT en sí es que trae algo insólito: el apoyo y el trabajo en conjunto de los artistas, algo no tan común en el mundo de las artes visuales tradicional, es una particularidad muy positiva del NFT, porque así funciona.

Todo el mundo se apoya, se ayuda en todo y el sentido de comunidad es importante aquí, porque hablamos de redes sociales y de archivos digitales en un mercado internacional que está conectado en un mismo espacio.

La mejor manera de ganar visibilidad, de trabajar en ese espacio y de tener de algún modo éxito, es trabajando en comunidad, colaborando con otros artistas, perteneciendo a varios grupos donde se puedan ayudar unos a otros, es lo más lindo que tiene este espacio.

La comunidad cubana llevó un tiempo para concebirlo de esta manera, pero ya es una realidad desde hace algunos meses, es una comunidad muy unida y que se apoya muchísimo y eso nos ayuda a darnos a conocer, se crea una especie de hermandad, algo no tantas veces visto en el arte, digamos, tradicional.

Denise Roque como parte del coleccionable Cryptocuban Social Club. Foto: Gabriel Guerra Bianchini.

En el caso del mercado del arte cubano, ¿qué beneficios traen los NFT?

El mercado del arte cubano siempre ha dependido, de algún modo, de personas que llegan a la Isla y compran las obras, o de artistas que exponen sus piezas en el exterior. Ahora, la presencia del artista cubano en internet siempre ha sido también más vaga, primero porque la web llegó un poco tarde acá y porque los artistas más asentados en el mercado no explotan del todo sus redes sociales.

Los NFT son una excusa para desarrollar la presencia del arte cubano en Internet. Creo que es la primera vez que Cuba está a la par de una revolución tan grande en el mundo del arte como son los NFT que, aunque no sean nuevos, vinieron a ganar popularidad recientemente y los cubanos hemos estado ahí casi desde el inicio.

¿Cómo ves los NFT en un futuro cercano en el panorama de las artes visuales del país?

La expansión del arte cubano digital es inevitable y necesaria. Pienso que grandes artistas cubanos terminarán entrando aquí en un futuro, porque es muy importante que conectemos con un público internacional sin tener que salir de la Isla y sin que ellos tengan necesariamente que venir.

Gabriel Guerra Bianchini. Foto: cortesía del entrevistado.

En un momento como el que estamos viviendo ahora es como crear la base de algo que, en el futuro, cuando la vida vuelva a ser como era, funcionará con el trabajo que se hacía antes de la pandemia en las galerías y con coleccionistas llegando al país.

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