Diago y el arte de resistir en el tiempo

En la recién finalizada Bienal de La Habana lo encontramos en varios proyectos colectivos en espacios privilegiados: HB, 3 ‡ 3, Nada Personal y Detrás del Muro.

Roberto Diago. Foto: havana-club.com

Roberto Diago es uno de los artistas imprescindibles desde que irrumpiera en el panorama de las artes visuales contemporáneas cubanas hace varias décadas.

En la recién finalizada Bienal lo encontramos en varios proyectos colectivos en espacios privilegiados: HB, 3 ‡ 3, Nada Personal y Detrás del Muro.

Hasta este escenario con el mar de telón de fondo Art OnCuba llegó para dialogar con el artista y también con su obra llena de símbolos, de texturas, de la pátina del tiempo y de la piel que habla desde su silencio.

“Para mí como creador, es muy importante participar en la Bienal de La Habana porque esta es una plataforma de promoción e intercambio con públicos muy diversos. He aprovechado la ocasión para presentar piezas instalativas que no había mostrado en Cuba. Se pueden encontrar en Detrás del muro, Museo Nacional de Bellas Artes, Gran Teatro Alicia Alonso y Galería Habana. He tratado de asumir los diversos espacios como una gran galería donde el público se desplaza de un lugar a otro tratando de encontrar el hilo conductor de las piezas,” expresó el creador.

“Ciudad Quemada II”, 2017. Instalación. Madera quemada y estructura metálica. Dimensiones Variables.

Diago habla, se expresa, crea con objetos reciclados y desde la piel y lo social. La racialidad es uno de sus temas recurrentes y una de las claves para descifrar su discurso ideo estético en el que le ofrece otra oportunidad de regresar a la vida, gracias al arte, a añejos trastes en desuso.

Sus inmensas telas figurativas. De inspiración minimalista expresan mucho más con mínimos recursos mientras demuestran que sencillez no siempre significa simpleza.

Roberto Diago: “Yo soy mi raza, mi historia”

La obra de este creador posee un valor transcultural que ha desarrollado en diversas series y momentos creativos. Mediante los códigos y posibilidades que la abstracción le brinda el artista se remite a la piel en este caso la negra, la más demostrativa y expresiva para discursar de sus temáticas recurrentes como el dolor, la discriminación, los conflictos raciales de la transculturación, la identidad, las raíces, la soledad y la sociedad cubana de hoy día.

“Mi historia es sangre”, 1999. mixta tela. 100 x 174 cm.

Entonces observando su obra reciente nos encontramos con un Diago más abstracto, simbólico que continúa resumiendo lo esencial de la creación y hablando de ese fundamento que le ha caracterizado desde sus inicios. Este artífice ha creado a lo largo de sus veintitantos años de trayectoria artística toda una estética de la precariedad. Trabaja con materiales experimentales en diversas técnicas y está abierto siempre a nuevos horizontes creativos sin hacer concesiones con el mercado. Indaga, innova, crea, no importa la manifestación, el soporte o la técnica siempre y cuando sienta el tema lo plasma, como ha declarado en múltiples ocasiones.

En HB la pieza que muestra es una inmensa instalación de madera ensamblada carbonizada que antes estuvo expuesta en Venecia. Se titula Ciudad Quemada II y tiene tantas lecturas como espectadores la vean, al igual que la mayoría de las piezas de este creador.

En Galería Habana y en Bellas Artes expone piezas bidimensionales y una enorme y colorida instalación de maderas ensambladas perteneciente a la serie “Paños Mágicos”. Como parte de Detrás del Muro, en el Malecón encontramos la pieza “Resistiendo en el tiempo”. Con latas y metales oxidados ejecutó esta obra, simbólica y auténtica y muy en correspondencia con el espacio donde se exhibe y dialoga con las dinámicas de la cultura urbana en la utopía de lo posible.

Salir de la versión móvil