El alumno que nunca tuvo Antonia Eiriz

Foto: Yosel E. Martínez Castellanos

Foto: Yosel E. Martínez Castellanos

Cada primero de abril la casa de Antonia Eiriz se transforma en punto de encuentro para que varios de los mejores exponentes de las artes plásticas de Cuba, se reúnan y rindan homenaje a esta destacada mujer en su fecha de cumpleaños. En ese pequeño hogar, convertido en museo y casa-taller, José Fuster, Roberto Fabelo, Tomás Sánchez y Zaida del Río, entre otros, se mezclan con los vecinos del reparto Juanelo, en el capitalino municipio de San Miguel del Padrón y rememoran momentos de la vida de Antonia.

Desde el año 2011 y de forma anual Eduardo Roca “Choco”, Ernesto García Peña, Fuster, Fabelo y Ángel Ramírez han expuesto su arte en ese lugar como tributo a Antonia, quien fuera profesora de todos ellos en la Escuela de San Alejandro, cuando todavía estos no se habían convertido en reconocidos artistas.

En el presente 2016 un pintor que nunca conoció personalmente a Antonia Eiriz, fallecida en los Estados Unidos en 1995, decide hacer una exposición en la casa de ella y cumplir un deseo personal con una mujer a la que considera un referente de estudio para las futuras generaciones de pintores cubanos.

Maykel Herrera, aceptó el reto de exponer por primera vez su obra fuera de los circuitos de galerías de Cuba y otros países. Para este artista camagüeyano asistir a la casa Antonia Eiriz es un momento gratificante, porque pone sus cuadros en una comunidad para el disfrute de sus habitantes.

“La colección denominada Puzzle (rompecabezas), cuenta de 25 piezas y se exhibirá durante todo el mes de abril, y con ella hago un llamado a la reflexión sobre los falsos sentimientos, la doble moral, la conservación de la identidad del cubano y otras cuestiones que también están vigentes en el barrio de Juanelo”, reseñó Maykel Herrera.

Foto: Yosel E. Martínez Castellanos
Foto: Yosel E. Martínez Castellanos

Interpelado sobre el impacto de la obra de Antonia Eiriz, Maykel Herrera la calificó de fuerte, sentida y sincera, donde se refleja su bondad e insurgencia. “Su trabajo es muy sugerente, le aportó mucho con sus cuadros a la plástica contemporánea. Ella fue en la década de 1960 el paradigma del expresionismo en Cuba. Dejó un legado no solo en el concepto sino en la forma de sus cuadros y por eso muchos de los artistas plásticos contemporáneos bebemos de la espontaneidad, la seriedad, el compromiso y la experimentación de la obra de Antonia, ese es un vínculo ineludible que en mi caso personal tengo con ella, pese a que nunca la conocí”.

Para Jorge Luís Luzardo Momoitio, director de la casa, hacer todos los años este tipo de actividades es muy gratificante, porque artistas de la plástica comparten con niños que aquí dan sus primeros pasos en el mundo de la pintura.

“Cuando estas personalidades vienen, se hace un conversatorio. Entonces relatan las experiencias que tuvieron con Antonia ya sea en San Alejandro, en exposiciones, viajes al extranjero o cuando visitaban esta casa. Los pintores se relacionan con los vecinos de Antonia y con los niños del taller de Papier Maché, técnica que ella difundió en su comunidad”, dijo Luzardo Momoitio.

Más adelante el propio Luzardo Momoitio, sostuvo que aunque Maykel Herrera no conoció a Antonia, siente una gran admiración y respeto por su obra. “Él está marcado por la huella que ella dejó. Siempre ha estado en los homenajes que realizamos, entrega alguna obra para premiar a los niños ganadores de los concursos de Papier Maché que aquí se organizan”.

Foto: Yosel E. Martínez Castellanos
Foto: Yosel E. Martínez Castellanos

A la casa, declarada Sitio Patrimonial, no solo asisten los alumnos de Antonia, también lo hacen personalidades de la cultura cubana que fueron amigos entrañables de ella como es el caso de Nisia Agüero, asesora del Presidente de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba.

“En el año 1981 nos conocimos cuando yo era la directora del Fondo Cubano de Bienes Culturales y Antonia asistía a ese lugar tres veces por semana, para impartir clases de Artes Plásticas a personas no profesionales que tenían interés por esa manifestación artística”, indicó Nisia Agüero.

“Para la cultura cubana Antonia Eiriz es un ser inolvidable, fue maestra de maestros, una persona querida por sus alumnos. Todos ellos hablan maravillas de ella, eso no se aprecia todos los días. Cuando se menciona a Antonia en el mundo de la plástica siempre se va a decir algo positivo de ella”.

Antes de firmar autógrafos Maykel Herrera, agregó que a él de Antonia le queda ese trabajo que hizo con la comunidad. “Les enseñó la técnica del Papier Maché, la tela entintada, la pintura, los trabajos en miniatura y eso es muy atrayente. Sin conocerla, solo a través de los libros donde se le reseña y sus cuadros, quedé marcado. El tributo con este lugar es permanente”.

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