Habana retocada o la llegada de Dios

En las calles de La Habana hay un ajetreo nunca visto: decenas han sido reparadas, reasfaltadas, reseñalizadas. No es por toda la ciudad, ni siquiera los trabajos se han visto en todas las avenidas principales, pero esta vez el itinerario de las brigadas de constructores se ha diversificado. Incluso han entrado a calles “aledañas”… por donde en décadas no se había puesto ni una gota de chapapote.

No se ha explicado por qué tanto retoque. ¿Sobró dinero o es que viene Dios?, dice el rumor que suele rellenar los baches informativos.

Cuando el Papa Francisco fue a llegar, en septiembre de 2015, varias avenidas se renovaron: el papamóvil tenía que rodar sin fricciones.

Luego llegó Obama, y antes de que desembarcara en La Habana la ciudad parecía una novia coqueta… En menos de dos semanas se formó un corre corre espectacular para que todo se viera lindo.

El Vedado ha sido muy beneficiado, junto a Playa, Centro Habana, Cerro, Boyeros, a donde han llegado las salpicaduras.

El esperado desfile al aire libre de Chanel el próximo 3 de mayo, cuyo escenario no ha sido confirmado, -aunque los rumores de la prensa indican al Paseo del Prado-, parece haber alentado también a las brigadas que asfaltan.

Pero, ahora mismo, dice la gente, la filmación de la octava parte de Rápido y furioso que se rodará en Cuba durante 10 días, a partir del 21 de abril es el motivo principal de los arreglos.

En la avenida 23 quizás ocurran carreras de autos, saltos de motos, o hasta explosiones… es el set surrealista que será muy pronto testigo de los efectos especiales de Hollywood. Según una fuente extraoficial con quien conversó OnCuba, otras locaciones para el filme serán El Parque del Curita, la calle Reina, Prado y el infaltable Malecón.

 

 

Salir de la versión móvil