Habana sensual, primer libro de fotos de Gabriel Dávalos

Habana Sensual

El periodista y fotógrafo cubano Gabriel Dávalos está convencido de que no existe otro lugar en el mundo donde la danza y la ciudad tengan tanta relación como en La Habana y, por tanto, ese arte le parece el lenguaje ideal para describir la metrópoli. Su primer libro de fotos Habana sensual responde a ese credo y, de paso, exhibe algunas de las cualidades que sitúan a la escuela cubana de ballet en una posición destacada a nivel mundial. Muchos ambientes de la capital parecen haber conspirado en ciertas imágenes pero acaso ¿pueden planificarse las olas del Malecón, la fuerza de los vientos y la disposición de diseños arquitectónicos de siglos pasados?

Habana sensual, generará un tumulto de comentarios el sábado 25 de octubre durante su presentación, abierta al público, en el Museo Nacional de la Danza, porque es una pieza netamente provocativa. Los artistas exhiben con naturalidad y desenfado sus talentos, a veces como nunca antes los hemos visto en escenarios.

Las opiniones virtuales al libro le llegan hace tiempo a pedazos, en la red social Facebook, donde cientos de admiradores comentan la poética de las imágenes de Dávalos, el virtuosismo de los artistas, el encanto de una ciudad con pocos tintes de modernidad y múltiples fracturas. Pese a todo, La Habana activa emociones y sensaciones pues, según Gabriel, uno puede llegar a cogerle hasta el sabor.

“Aquí la danza tiene que ver con la idiosincrasia y la forma de vida de la gente. El ballet cubano es espejo de los habitantes de esta urbe”, aseguró a OnCuba este enamorado de su ciudad natal que se enorgullece de encontrar en el público de los teatros a obreros, campesinos, doctores, personas de cualquier procedencia.

Hace unos años, uno de los principales críticos de danza de Canadá se sorprendió cuando en un taxi, rumbo al Teatro Nacional de Cuba, el chofer le preguntó qué bailarina vería y al leer en voz alta el nombre escrito en el programa, el taxista replicó: “esa no es Giselle, usted tiene que ver bailar a Fulana”, una artista distinta. “Cosas así solo suceden en esta isla”, me comentaba el hombre entre risas. Ese es otro de los encantos de La Habana, su gente aplaude con vehemencia a las divas de la música salsa y pone la misma excitación en recibir a la bailarina protagonista de una función, hasta con piropos galantes.

El libro mostrará en 60 fotografías las habilidades de estudiantes de la Escuela Nacional de Ballet y también de solistas, bailarines principales y primeras figuras de compañías como el American Ballet Theatre, el English National Ballet, el Ballet Nacional de Cuba y otros conjuntos foráneos donde trabajan cubanos. A lo más alto de esos conjuntos artísticos han llegado Xiomara Reyes, Alejandro Virelles, Viengsay Valdés, Amaya Rodríguez, Grettel Morejón, Serafín Castro, entre muchos otros.

El nacimiento de Habana sensual ocurrió tal vez en 2005, cuando Gabriel consiguió prestada una cámara e invitó a Viengsay, vestida de bailarina, a dar una vuelta por el Morro y la Catedral. Las primeras imágenes de la pasión entre la danza, la ciudad y la fotografía para Dávalos se gestaron allí, sobre el famoso muro del Malecón y los adoquines de las calles del casco histórico de la capital. De aquella sesión se conservan pocas fotos íntimas pero quedó la semilla.

“Este es el libro del imposible, hace tiempo yo lo quería hacer pero pensaba que era imposible. Ahora quiero hacer otro más”, aseveró el autor que una vez confesó en su perfil de Facebook: Hace unos días nos preguntaron: cómo quieren que sea La Habana del futuro. Uno de nosotros dijo: “llena de cibercafés y lugares para conectarse gratuitamente a Internet y comunicarnos a toda hora con los amigos”. Pero me vino a la mente “la negra” de Veguitas, quien me aseguró que para ser feliz necesitaba solo un “tres” para su hijito que quería ser músico; o a los primos holguineros de Irma, la periodista, que desde su finquita muchas veces no entendían la palabrería que ponen por la tele; recordé a la abuelita Mery, que nada sabe de superavid económico y lo hubiera dado todo porque su nieto no se fuera a vivir -definitivamente- a Canadá en busca de casa propia. Luego, estuve seguro; La Habana del futuro debe ser una ciudad donde haya espacio para todos; con todos…

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