Durante la pandemia de la COVID-19 la creatividad se ha disparado en diversos ámbitos de la sociedad cubana. No son pocos los que han comenzado a darle cuerpo a varios proyectos artísticos de una punta a otra de la Isla. Los emprendimientos engloban desde obras audiovisuales, lecturas online de poesía, escritura de nuevos libros, hasta diseño de piezas artesanales, entre muchos más.
La joven artista cubana Ivelisse Fernández Pupo, de 24 años, no ha dejado pasar ese aluvión de creatividad y se ha empeñado a fondo en consolidar su trabajo y darle forma a nuevos proyectos en medio de la cuarentena.
Lo ha hecho mientras han recesado sus estudios y prácticas en la especialidad de controladora aérea, una compleja disciplina de la que depende la estabilidad de los aviones en el espacio aéreo y a la llegada a los aeropuertos. Además de su carrera, Ivelisse desarrolla ilustraciones a mano sobre elementos de la naturaleza o le da forma a objetos sobre la base de la técnica del Quilling o filigrana de papel, muy utilizada en la decoración por su belleza y su facilidad para adornar álbumes, postales, o algunos espacios del hogar.
La joven es una de las exponentes en Cuba de esta técnica antiquísima que, según su historia, se remonta a la antigua China y después a los años del Renacimiento cuando comenzó a ser practicada por religiosos franceses e italianos. Para alcanzar el resultado esperado usando la técnica se requiere de sensibilidad y sobre todo de un generoso acto de paciencia, por eso Ivelisse dedica las madrugadas a perfeccionar su estilo con las manos dándole vida a esos cuerpos decorativos que han despertado el interés de una amplia comunidad en las redes sociales.
“Siempre se me ha dado bien el trabajo artesanal, las cosas con las manos en general, desde sembrar una planta hasta tejer, lo cual hago desde los nueve años (tengo Categoría Nacional en Tejido a Crochet). Con las cartulinas me pasa algo inexplicable. Me gustan sus colores, sus texturas y hasta su gramaje”, dice a OnCuba esta artista desde su hogar en el municipio de San Antonio de los Baños.
Su obra es un universo abierto a la originalidad. Ivelisse trabaja principalmente con base de cartulinas, utiliza hojas para los bocetos de las ilustraciones y periódicos para las bolsas en las que entrega sus piezas. Realiza cada obra como si se tratara de una ceremonia muy personal en la que el arte le quita la fatiga de la ciudad y los visajes del estrés cotidiano. Logra complementar su necesidad de escapar a ratos del torrente capitalino con la creación de las más variadas formas en las que se percibe, sobre todo, su compromiso con la belleza.
Sus primeras y más raigales influencias vienen del mundo de JUDiTH + ROLFE, un equipo formado por un matrimonio estadounidense conocido mundialmente por sus atractivos diseños de Paper Art (artesanía de papel).
“Entre la variedad de artistas y estudios de Quilling, tengo que destacar el estudio JUDiTH+ROLFE. Sigo todos sus trabajos y me inspiran mucho en todo el proceso creativo cada una de sus obras, que son generalmente flores a bases de líneas”, cuenta mientras me muestra de forma virtual un grupo de sus creaciones más recientes.
¿Has identificado en Cuba otras personas que realicen un trabajo similar al tuyo?
Sí. Empecé con este tipo de trabajo de forma autodidacta. Luego tuve la oportunidad de trabajar en el taller del proyecto Chrysalis Quilling & Paper art, de la diseñadora Lissy López, donde perfeccioné las técnicas básicas del Quilling.
¿Cuáles son los motivos que manejas en tu obra con los que te sientes más identificada?
Intento con cada proyecto mantener mi propio estilo dentro de la técnica. Como arte al fin, cada artista va encontrando su esencia y su propia personalidad. Yo defiendo mucho el trabajo con líneas, me parecen sencillas y elegantes, visualmente hablando.
¿Qué tipo de interés creativo o formación debe tener alguien que haga ese trabajo?
No tengo formación académica referente, pero supongo que sería lo mismo que me mueve a mí: facilidades manuales, ganas de trabajar, hacer cosas bonitas y mucha sensibilidad.
¿Qué planes tienes con ese trabajo en el futuro en Cuba?
Me gustaría no dejarlo nunca, ya forma parte de mí. Además, es una vía para materializar mis sentimientos y emociones en papel, para mostrar al mundo un pedacito de mí. Por ahora tengo que llevarlo a la par del estudio, pero es muy bueno para manejar el estrés que genera el Control Aéreo.