La fuente de la vida o una muestra de azul Servando

Dudo que dentro de la pintura cubana haya un azul más sensual que el azul Servando. Los cuerpos se unen y desunen y se mezclan y se complementan y uno tiende a mirar para otra parte, como avergonzado de tanta desnudez camuflada de azul y tan al descubierto al mismo tiempo.

Bajo el título La fuente de la vida, la galería El Reino de este Mundo, de la Biblioteca Nacional José Martí exhibe por estos días y hasta el 14 de diciembre una muestra de óleos eróticos de Servando Cabrera Moreno, muchos de ellos nunca antes expuestos y pertenecientes al museo que lleva su nombre.

Las piezas seleccionadas, dentro de las que se encuentran “A quién le importa” “Amanecer” o “Amor joven y desconocido” ofrecen un recorrido por la obra del artista entre 1970 y 1981.

La muestra es además un homenaje del Museo Biblioteca Servando Cabrera Moreno y la Casa del Festival del Nuevo Cine Latinoamericano al pintor cubano en el aniversario 90 de su natalicio y a Alfredo Guevara, quien inaugurara en 1998 una exposición de Servando con igual nombre.

Servando se gradúa de San Alejandro en 1942 justo a tiempo para que su pintura protagonice una etapa nómada por diferentes estilos, siempre con dibujos fuertes, transparentes. Cautivado por un expresionismo violento, hacia 1970, la figuración grotesca desaparece y cede finalmente su lugar a la pintura erótica.

El escritor y artista plástico español Antonio Saura, así define sus cuadros: “…cuerpos desnudos como montañas, como si la naturaleza fuese concebida como un cuerpo gigante, maternal y abierto, cuerpos como columnas cósmicas sin final, grandes cuerpos geológicos acostados”.

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