Los bailadores deciden el juego

Maikel Blanco y Salsa Mayor

Maikel Blanco y Salsa Mayor / Foto: Roberto Ruiz.

Juan Formell decía que las orquestas populares siempre debían tener en cuenta las exigencias del bailador. “Él decide el juego. Si el público no baila, hay que revisar qué pasa, porque lo que estás haciendo no sirve”, me comentó en una ocasión el creador de los míticos Van Van.

El sábado último, cuando la quinta parada de la gira Artex por los barrios hizo escala en la Tribuna Antiimperialista José Martí de La Habana, el lugar estaba verdaderamente enrojecido de júbilo y disfrute.

Allí pensé entonces en los válidos análisis de Formell sobre la música popular bailable, sobre esa quintaesencia que tiene un género tan raigal como el son y que encuentra en estas formaciones musicales, una estética que lleva irremediablemente el sello de lo contemporáneo.

Cada una de las agrupaciones en cartelera repitió la misma frase: “Con las manos pal’ cielo, pidiendo salud”, en el momento climático de los números cantados. La oración me sirvió como catalizador para comprobar la cita “formelliana” de marras. Una breve observación al público me permitió medir si la propuesta del escenario era efectiva o no.

Fue un ejercicio increíble, que funcionó a las mil maravillas cuando Tania Pantoja interpretó Se te están cayendo los pantalones, tema que popularizara la cantante a su paso por Bamboleo. Sucedió también en el momento en que Elito Revé le solicitó a los vocalistas del Charangón que complacieran a sus seguidores con sencillos como Esa soy yo, El nombrecito y Agua pa’ Yemayá; o cuando Maykel Blanco y Salsa Mayor convidaron a moverse al compás de Tremenda pinta. Igualmente pasó con La cuenta no da, del Trabuco; y Me están llamando, de Pupy y los que son son.

Es que los líderes de las cinco agrupaciones que repletaron la Tribuna Antiimperialista coinciden con Formell en que la mejor manera de conectarse con ese bailador de 2014, tan influenciado por corrientes melódicas foráneas, es reflejándolo en la música que defienden.

Se cuentan en esos minutos musicalizados crónicas cotidianas que bordean temáticas de interés para la gente como la religiosidad, el amor, la economía y el respeto a la mujer. Los compositores no dejan fuera de estos textos su visión sobre determinados fenómenos negativos presentes en la sociedad actual, y convidan a todos a desterrar personajes como ese que vive de un nombre sin ganárselo gracias al fruto de su trabajo (El nombrecito).

Trascendieron otros momentos de la noche y que dieron un giro al “guión habitual” de este tipo de presentaciones, que iniciaron en abril último en el municipio de Diez de Octubre, para acercar el son al público habanero, y celebrar los 25 años de Artex.

Entre los puntos climáticos más interesantes de la jornada estuvieron dos uniones ocasionales: la primera, protagonizada por Tania Pantoja y Manolito Simonet, quienes regalaron el tema Sueño de cristal, de Lazarito Valdés; y la segunda: un mano a mano al piano entre César “Pupy” Pedroso y el propio Simonet. Ambas actuaciones formaron parte de un programa especial, grabado por la Televisión Cubana, y que recogió las motivaciones de estos soneros para participar en una iniciativa que ya se ha convertido en necesaria y que cuenta con una amplia respuesta del público.

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