Muere Quino, le sobrevive Mafalda

El artista gráfico Joaquín Salvador Lavado Tejón, natural de Mendoza, ciudad Argentina donde vivía, ha muerto a los 88 años.

Quino en la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires, 2013. Foto: Kaloian Santos Cabrera.

Su nombre y estilo ha sido familiar a los cubanos desde aquellos Quinoscopios realizados por Juan Padrón desde el Icaic y donde queda al descubierto la sabiduría cotidiana de un hombre sencillo, mezclada por el más amargo humor austral. Se llama Joaquín Salvador Lavado Tejón, pero todos lo conocieron como Quino. Ha muerto a los 88 años.

Nacido en Mendoza, en 1932, e hijo de emigrantes andaluces, heredó el oficio de su tío Joaquín. Con la muerte de su madre  a los trece años Quino se matriculó en la Escuela de Bellas Artes, institución que abandonó en 1949 para dar inicio a una carrera como dibujante de historieta y humor.

Su primera tira la publicó desde el semanario Esto es, en 1954, fecha a partir de la cual su nombre comenzó a hacerse familiar en el mundo intelectual argentino.

Pero, en 1964, año en el cual publica su primer libro de humor gráfico Mundo Quino, primero en la revista Leoplán y luego en Primera Plana, nace su personaje más famoso, la niña que debe su nombre a una película basada en un guion del escritor David Viñas.

Mafalda es ya un ícono, una leyenda, y así mismo por momentos cobra vida propia de la mano de ilustradores, grafiteros e historietitas anónimos que ponen en su voz frases que el propio Quino nunca imaginó.

Porque su historia fue más o menos esta: entre 1965 y 1967, la tira de la irreverente Mafalda llegó al ya desaparecido diario El Mundo y empieza a conocerse en varios países de la región, así como a Italia y España, donde la censura la etiqueta “para adultos”.

Quino la mantuvo hasta junio de 1973, cuando decidió ponerle fin, según dijo, por agotársele las ideas. Entonces se trasladó a Milán, donde continuó realizando páginas de humor mientras vivía un exilio que lo mantuvo en Europa hasta el retorno de la democracia en Argentina, en 1983.

Quinoscopio 1, 2 y 3: Humor animado inconfundible de Quino.

En 1984, junto a Padrón y por impulso de este, crea los ya mencionados Quinoscopios, basados en sus libros de humor gráfico que fueron animados gracias al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (Icaic).

Desde entonces, y por muchos años estuvo viajando a La Habana, siempre por trabajo. Se cuenta que a Fidel Castro no le gustaba una mención que Quino le había hecho en una de las tiras de Mafalda, y que durante una visita al suplemento Dedeté le habían advertido que de él no se hacían caricaturas en la Isla.

Contó el propio Quino cómo invitado a una recepción oficial, él mismo lo preguntó al comandante:

“’Me han dicho algunos colegas que en Cuba no se pueden hacer caricaturas sobre usted’, y Fidel le contestó: “¿Yo he dicho eso? ¿Alguien me ha sentido alguna vez decir eso? Tú hazme todas las caricaturas que quieras’. Y pegándome con el dedo en el pecho, me aclaró: ‘Siempre que no me hagas contrarrevolución porque si no te tengo que poner preso’. Claro, nunca entendí qué es hacer contrarrevolución.”

En tanto, Mafalda, editada casi siempre por Ediciones La Flor y el editor Daniel Divinsky, seguía su vida, creciendo en las ciudades del mundo, haciéndose aún más famosas por sus atrevimientos o salidas brillantes, personándose allí donde alguna causa la convocara.

Foto: Kaloian Santos Cabrera.

Cuando ella, Mafalda, alcanzó los 50 años, el embajador de Francia en Buenos Aires le entregó la Legión de Honor a su autor.

Foto: Kaloian Santos Cabrera.

Ese mismo año, 2014, Quino fue ganador del Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, y en el acta que lo sustenta, se lee:

“Al cumplirse el 50 aniversario del nacimiento de Mafalda, los lúcidos mensajes de Quino siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento.”

Hoy ha muerto Quino a los 88 años. Creo que no deja hijos, pero Mafalda lo sobrevive.

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