Tan grande que aplasta

Foto: "Amantes" de Irving Vera.

Foto: "Amantes" de Irving Vera.

El arte es un arma noble y profunda para sacar lo mejor de las cosas; para unir lo que se aísla. Píter Ortega lo aprendió desde principios de los años 2000, cuando comenzó sus estudios de Historia del Arte en la Universidad de La Habana. Hoy lo pone en práctica desde sus numerosos proyectos curatoriales y textos críticos, concebidos en el escenario cultural de Miami.

Esta vez, mediante de las obras de 39 jóvenes artistas de la isla, el especialista y crítico de arte coordina una muestra que hace balance de la visualidad cubana durante de los últimos años, enfatizando en determinadas características latentes en el contexto nacional.

“Arte cubano 2001-2016: Tan grande que aplasta”, es el título de la expo, que integra géneros como la pintura, el dibujo, la fotografía, la escultura, la instalación, el videoarte y la performance.

La intención propone más que la mera exhibición de las obras en Cuba y en los Estados Unidos, proyectándose como una piedra más en el puente cultural que ha comenzado a extenderse entre ambas orillas.

Píter Ortega, sin desechar la huella de figuras establecidas en la plástica cubana contemporánea, apuesta por la generación a la que pertenece, esa que desde la creación, evidencia y cuestiona los cambios vividos en el país en los últimos quince años.

¿Qué te llevó a concretar este proyecto, y por qué lo extiendes a partir del 2001?

La idea ha estado en mi mente desde hace varios años, a propósito de mi interés constante por la investigación y la promoción del arte joven. Ahora existe la coyuntura propicia para realizarla y no lo pensé dos veces.

Se trata de una exposición colectiva en la que agruparé a 39 artistas cubanos jóvenes, pertenecientes a la generación de los años dos mil, esa que algunos reconocen como Generación 00. Se mostrarán obras de creadores que emergen y adquieren verdadera visibilidad en la escena cultural cubana de los últimos quince años.

Escojo el 2001 como punto de partida porque en ese año vio la luz una pieza emblemática: “Apolítico”, de Wilfredo Prieto, la cual se convirtió en símbolo o emblema de un cambio importante, de la sensibilidad de una época.

¿Cómo se extiende la línea curatorial de la muestra a través de la diversidad de artistas y de géneros que comprende?

Pretendo cubrir un espectro variado de orientaciones temáticas dentro de este arte novel. Por ejemplo, habrá obras de corte marcadamente formal, enfocadas en el oficio; mientras que se exhibirán otras de acento más filosófico o conceptual.

Algunas tendrán un alcance universal y otras serán más localista. Unas darán la espalda a las problemáticas sociales y otras las abordarán de manera directa.

En fin, será un reflejo de esta generación (joven) democrática, descentrada, plural, inclusiva. Y habrá para todos los gustos, más allá de modismos o piñas.

El criterio de selección de los artistas, por su parte, lo basé esencialmente en la representatividad y trascendencia de sus trabajos dentro de este lapso temporal.

Asimismo, intenté cubrir un rango amplio de edades dentro de esta generación: hay artistas en los inicios de sus cuarenta, y otros que cuentan con poco más de veinte. En este caso no se trata de la verdad sobre los años 2000 en el arte cubano; es solo mi verdad a través de estas creaciones, y sustentada en mis conocimientos y experiencias, pero también permeada por mis prejuicios, gustos, preferencias estéticas, vivencias…

¿Qué acciones se han hecho hasta el momento para concretar la exposición?

En Cuba ya todo está sobre ruedas: la mayoría de las piezas listas, el catálogo y el spot televisivo ya se están realizando, y estamos trabajando fuertemente en la promoción a todos los niveles.

En cuanto a Estados Unidos, la exposición será presentada en el Kendall Art Center de Miami, pero estoy trabajando para llevarla a otras ciudades .

¿Por el hecho de no residir en Cuba actualmente se te han complicado los trámites relacionados con la muestra, sobre todo de su apertura en la isla?

Honestamente, ha sido muy fácil todo. No he tenido ninguna traba burocrática ni de ningún tipo. Lo cual es muy bueno, la verdad. Es señal de que los tiempos están cambiando, para bien.

Al final, el arte cubano es uno solo, más allá de donde escoja vivir un creador. Esas divisiones de aquí y de allá, de adentro y de afuera no son más que manías excluyentes y tendenciosas, que le han hecho mucho daño al panorama cultural.

¿Cómo han acogido los artistas esta idea?

Han respondido de una manera maravillosa, con mucha rapidez y entusiasmo. De hecho, la mayor parte de las obras están realizadas especialmente para la ocasión. Lo cual es un valor agregado. Estoy muy feliz con las piezas que me han presentado. Creo que será un show que, cuando menos, no provocará indiferencia.

“Arte cubano 2001– 2016: Tan grande que aplasta”, será inaugurada el 4 de noviembre en las galerías Acacia y Servando, dos de las más importantes de la capital cubana.

En la exposición intervienen:

Reynier Leyva Novo

Wilfredo Prieto

Humberto Díaz

Duvier del Dago

Yoan Capote

José Emilio Fuentes Fonseca

Douglas Arguelles

Jorge Wellesley

Analía Amaya

Glenda León

The-Merger

Stainless

Luis Gárciga

Javier Castro

GrethellRasúa

Jeanette Chávez

Carlos Martiel

Susana Pilar Delahante

Mauricio Abad

Jesús Hdez-Güero

Mabel Poblet

Yornel Martínez

Irving Vera

Luis Manuel Otero Alcantara

Alejandro Campins

Michel Pérez (Pollo)

Niels Reyes

Orestes Hernández

Alberto Lago

Alejandro Gómez Cangas

Maikel Domínguez

Lancelot Alonso

Osy Milián

Adonis Flores

Marianela Orozco

Jorge Otero

Yanahara Mauri

Rodney Batista

Gabriel Fabelo Hung

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