Un cartel en tu bolsillo

Cartel de la exposición.

Cartel de la exposición.

Frank Baltodano y Tinti Nodarse sintetizan los caminos diversos que han transitado como diseñadores para acompañar desde un bolsillo –el suyo, el mío– una conversación cualquiera. Quieren desde los modos de hacer del cartel, desde los formatos del diseño postal, insertar sus creaciones en otros contextos –nuestras cotidianidades– porque la obra, dicen, es también sus usos. Quieren participar de las formas en que se construye la imagen de la nación desde las emisiones postales –los acosan algunas preguntas: cómo y quién escoge qué imágenes de Cuba llegan en una carta, para quién diseñan. Quieren inundar la ciudad de carteles, trascender los habituales espacios de exhibición, entrar en nuestras casas. En clave de sello, acotan. Pero quieren, sobre todo, rescatar procesos, imágenes, conceptos, que han sido desechados, postergados, porque no hubo tinta en el taller, porque el cliente quiso transformaciones, porque alguien decidió que una propuesta no era coleccionable.

“Se acabó el abuso”, indican desde las palabras que abren la exposición, y una máquina de escribir, unas gafas y una cuartilla que parece recién garabateada obligan a detenerse en medio del bullicio de la Fábrica de Arte Cubano. Como en aquella escena de Amélie las cartas cuelgan, esperan un remitente. En los bordes carteles convertidos en sellos, emisiones postales que no salieron o que no tuvieron el mejor de los encuentros con sus públicos. Ya lo dijeron, se acabó el abuso. Y esta es su propuesta en la Bienal de Diseño: Pocket posters se llama. La conversación es a tres voces. Las respuestas se entrecruzan, como carteles y sellos.

Tinti: Es muy frustrante que hagas un cartel, le dediques tiempo –porque estamos hablando de un proceso de trabajo, de un proceso creativo– y que ese proceso se quede en la nada. Eso nos ha pasado muchas veces: porque no hay tinta en el taller, porque no hay alcohol, o por cualquier otra causa que se nos va de las manos.

En cuanto a los sellos, los tabúes de las personas que dirigen esos procesos determinan que una propuesta no se va a vender, que no es coleccionable, que no tiene valor.  Además la imprenta donde se hacen es muy antigua, no se adapta a los nuevos estándares y los sellos salen mal impresos.

¿Cartel y diseño postal? ¿Por qué estos diálogos?

Frank: Hay piezas en la exposición que están pensadas desde lo que debe ser un sello, pero hay otras que están concebidas desde lo que debe ser un cartel. Estos rejuegos me gustan: nos obligan a repensar lo que es un sello y lo que es un cartel; me gusta el reto que representa la legibilidad de las nuevas dimensiones, el tino de escoger los elementos necesarios para el formato, para que sea legible y no se pierda el mensaje…

Tinti: Es que yo creo que el cartel cubano se basa en ese principio: es síntesis, es metáfora visual… fórmula que puedes traspolar perfectamente a un sello.

Frank: Es una idea vectorial… En el diseño postal también hay una tradición muy rica que es tangible en el Museo Postal del Ministerio de Comunicaciones. Lamentablemente es muy desconocida, no hay visibilidad para todo ese trabajo que está archivado. Tradición hay y muy buena.

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Sin embargo, alegan que algunas de las propuestas que han presentado para emisiones postales no han sido aprobadas…

Frank: La educación en diseño no coincide con la mirada de los encargados de la toma de decisiones sobre estos temas.

Tinti: …que muchas veces corresponde a épocas pasadas.

Frank: Como diseñador uno se alimenta constantemente del universo visual circundante y busca enriquecerlo. El medio nuestro sigue siendo muy específico: apenas el diseño está ejerciendo un papel en la vida cotidiana de los cubanos. Es entendible que la toma de decisiones sobre estos temas esté definida por la opción de lo conocido y no necesariamente de lo bueno. Hay mucho de gusto personal y temor por lo diferente sobre la mesa cuando se trata de definir qué se hace y qué no.

Tinti: Por ejemplo, se desechan muchas propuestas ilustrativas…

Frank: que ellos mismos coleccionan, es muy contradictorio…

Tinti: En los referentes que uno tiene para trabajar te encuentras obras de arte…

Frank: y esas mismas personas las consumen y las coleccionan… Sin embargo, si son hechas en Cuba es otra historia…

¿Y por qué pasa esto?

Frank: Una vez me fue dicho que el coleccionista cubano era muy barroco, muy consumidor del kitsch. Pero eso es una concepción del consumidor, habría que ver qué quiere en realidad….

¿A qué consumidor nos estamos refiriendo, si ya mandar una carta por correo postal no es común?

Tinti: El consumidor del sello es el coleccionista, estamos en la era de Internet, el consumo de la filatelia mundial hoy es el coleccionismo, Frank, ¿o me equivoco?

Frank: Sí, es el coleccionismo…

Tinti: Surge un problema similar al que tienen los carteles, que no funcionan en la ciudad para promocionar un evento cultural o de cualquier tipo, sino que más bien devienen propuesta de galería. Con los sellos está pasando lo mismo, no funcionan desde su objetivo primario, que sería estampar una carta, sino más bien para coleccionistas.

Foto: Celia Medina
Foto: Frank Baltodano

¿Qué retroalimentación han tenido con estos públicos?

Frank: Más allá de alguna conversación con un muchacho que escribe un blog de filatelia para mí el público sigue estando ausente a la hora de la concepción del diseño postal. El cliente se vuelve este grupo de decisores y terminas trabajando para ellos. Pocket Posters va también de liberarse de esas ataduras que habían dejado en el tintero muchas ideas. Mayormente responde a nuestros criterios de lo que resulta un diseño consistente y consecuente.

Tinti: Es una manera de no quedarnos con cosas que nos parecían interesantes y que queríamos compartir.

Pero también han organizado una especie de puesta en escena para Pocket Posters

Frank: Me atrae mucho lo performático, cautivar la atención de la gente. Nos insertamos en un contexto con múltiples propuestas, teníamos que jugar con eso…

Tinti: Sí, queríamos crear un ambiente, atrapar al espectador. Creo que el formato contribuye en este sentido, porque te obliga a detenerte, a mirar con más cuidado.

Hay una invitación en las palabras de Pocket Posters, “el sobre está en tus manos”, ¿alguna idea que trascienda el espacio expositivo?

Tinti: Siempre nos queda eso de que no llegamos a la gente, no logramos experimentar del todo aquello de que el diseñador es un comunicador visual.

Frank: Desde esta mirada la exposición está pensada para mucho más, para un catálogo, para colecciones que pudieran seguirse… para nosotros no es más que un punto de partida y nos permite comprobar que no somos Quijotes yendo hacia molinos, que tenemos un rumbo que cobra sentido en otras personas, no solo para nosotros o para los colegas de profesión. La próxima vez incluiremos más interacción con las personas, porque eso nos gusta, porque entendemos que no hacemos lo que hacemos únicamente por satisfacción personal, el sentido está en saber cómo llega eso que hacemos, cómo toca a la gente y cómo se transforma en la cara de la gente, en las manos de la gente… y de eso tiene que ir el futuro.

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