Wilfredo Prieto, embajador de Cuba en la 60 Bienal de Venecia

El sobresaliente y polémico creador, que ya ha sido invitado en tres ocasiones al mítico evento, habla esta vez de un tópico contemporáneo: las migraciones.

El artista cubano Wilfredo Prieto (Sancti Spíritus, 1978). Foto: El Confidencial / Archivo.

El artista cubano Wilfredo Prieto (Sancti Spíritus, 1978). Foto: El Confidencial / Archivo.

Cuba estará representada en la 60 Exposición Internacional de la Bienal de Venecia por una muestra de Wilfredo Prieto, uno de los más sobresalientes y polémicos exponentes del arte conceptual en la isla y Latinoamérica.

Daneisy García, presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas de Cuba (CNAP), confirmó a Prensa Latina que este jueves se inaugurará en el espacio del teatro veneciano Fondamenta Nuove la obra instalativa Cortina, con la que el artista cubano aborda el tema de las migraciones.

Este es, precisamente, el eje temático de la Bienal, cuyo lema es “Extranjeros en todas partes”.

No es la primera vez que el creador antillano, conocido por su minimalismo y las ideas que hace trascender por medio de estructuras identificables, participa en la cita veneciana, pues ya lo hizo en las ediciones 52ª, 54ª y 57ª correspondientes a los años 2007, 2011 y 2017.

Como una de las primeras actividades en el contexto de esta exposición mundial, Wilfredo Prieto, único artista cubano invitado oficialmente a la misma, ofreció este martes una conferencia sobre su obra en el Palazzo Cosulich de la mítica ciudad de los canales.

Por su parte, la presidenta del CNAP arribó a Italia el pasado 12 de abril para participar en la Bienal como comisaria del Pabellón de Cuba, en el que, además de Prieto, estará presente Nelson Ramírez de Arellano, director del Centro de Arte Wilfredo Lam, quien será el curador de la muestra.

Desde su llegada, García cumplió una amplia agenda en Roma, con el apoyo de la Embajada de Cuba en Italia, y desarrolló un programa de visitas a lugares de interés, museos y galerías, con el propósito de mostrar y promocionar el arte cubano, describió PL.

“En un momento de crisis, difícil para el mundo, es importante llevar la cultura a otras latitudes y mostrar lo que nuestra pequeña isla, que es un faro de resistencia en el medio del Caribe, ha logrado en materia de cultura”, enfatizó la funcionaria cultural.

Por primera vez, en esta 60 edición, el curador será un latinoamericano, el brasileño Adriano Pedrosa, actual director del Museo de Arte de Sao Paulo.

La bienal veneciana, uno de los eventos de arte más prestigiosos a nivel internacional, se llevará a cabo entre abril y noviembre de 2024.

"Piedra iluminada y piedra sin iluminar", de Wilfredo Prieto. Foto: Kurimanzutto.
“Piedra iluminada y piedra sin iluminar”, de Wilfredo Prieto. Foto: Kurimanzutto.

Prieto, siempre polémico, cuando no  desconcertante

Nacido en 1978 en la provincia de Sancti Spíritus, Wilfredo Prieto es graduado del Instituto Superior de Arte de Cuba (ISA). A lo largo de su carrera ha presentado exposiciones individuales en la isla, así como en Dinamarca, México, Italia, Portugal, Estados Unidos, Francia, Brasil y Türkiye, entre otras naciones.

Reconocido principalmente por sus instalaciones, objetos y performances, en 2001 presentó su trabajo Apolítico, que consiste en banderas nacionales en escala de grises, despojadas de sus colores.

La obra, que causó gran revuelo, se presentó en la Bienal de La Habana y fue referida en publicaciones internacionales como Flash Art, ArtForum, Art Nexus y Contemporary.

"Apolítico", de Wilfredo Prieto. Foto: Kurimanzutto.
“Apolítico”, de Wilfredo Prieto. Foto: Kurimanzutto.

Ganador en 2008 de un premio Cartier, al que aspiraban más de cuatrocientos candidatos, Prieto ha deslumbrado con instalaciones como Uno —con millones de diamantes falsos, entre los que había escondido uno auténtico—, admirada en la feria de Art Basel, en Suiza.

Igualmente, impactó en el festival de Frieze, Reino Unido, con una gigantesca alfombra roja, de 600 metros de largo y dos de ancho, que recorría los pasillos de la feria y conducía al visitante hasta la salida del recinto, momento a partir del cual empezaba a elevarse mediante un asta de bandera de veinte metros de altura.

Su obra se destaca “por crear un arte que hace que lo ordinario levite”, dijo el curador del programa de proyectos de Frieze, Neville Wakefield, y añadió: “Con una gran economía de medios, trata temas de acumulación escultural y geopolítica por vías que son, a la vez, provocadoras, encantadoras y poéticas”.

Entre sus más proyectos más ambiciosos en escala de los tiempos se encuentra Viaje Infinito, que desarrolla en el municipio espirituano Zaza del Medio, una carretera con forma de lemniscata, rodeada de proyectos sociales, que según críticos podría considerarse como una de las esculturas monumentales mayores de América Latina.

El proyecto infinito de Zaza del Medio

Consideraciones de la crítica

Marcadas por una sencillez casi escandalosa, las esculturas e instalaciones de Wilfredo Prieto funcionan como herramientas para explorar temas sociales, poéticos y políticos.

Su trabajo cuestiona las estructuras básicas de la cultura contemporánea y reflexiona acerca del consumo, la sociedad y el pensamiento mismo.

Aunque Prieto se formó inicialmente como pintor, su práctica se niega a quedar encasillada dentro de un medio específico.

"Mucho ruido y pocas nueces", de Wilfredo Prieto. Foto: Kurimanzutto.
“Mucho ruido y pocas nueces”, de Wilfredo Prieto. Foto: Kurimanzutto.

 Si bien algunas propuestas pueden ser extremadamente ambiciosas en el aspecto técnico, la mayoría de sus acciones y gestos se mueven en terrenos muy sutiles, que invitan a distanciarnos de experiencias comunes.

Por polémicas, como el desconcertante vaso medio lleno de agua, expuesto en 2005 en la Feria ARCO, de Madrid, a un precio de 20 mil euros, las consideraciones acerca de la obra del cubano están divididas. 

Críticos comos Carlos Granés, Avelina Lésper y Miklos Lukacs, no comparten el mismo entusiasmo de varios de sus colegas y consideran que sus piezas, como las de otros autores contemporáneos en su misma cuerda, no pueden considerarse arte.

Mientras, otros expertos las defienden como expresiones creativas a tono con las dinámicas y percepciones de las sociedades contemporáneas, que se valen de vías y formatos con rompen con el arte tradicional y conectan con el público de una manera más conceptual.

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