Entre gritos de “Viva Cuba”, demandas a Estados Unidos para que ponga fin al bloqueo, y una evocación al cantautor español Luis Eduardo Aute, el trovador cubano Silvio Rodríguez dio ayer un concierto ante una multitudinaria audiencia en el Wizink Center, de Madrid.
Fue un espectáculo de más de dos horas, dos docenas de canciones y más de 8 000 personas, según afirma la agencia EFE.
Hacía cinco años que Silvio no iba a España. Lo hizo entonces a este mismo lugar y también después de presentarse en otro lugar a precios más asequibles, esta vez, en la fiesta del Partido Comunista de España a cambio de 2 euros con fines solidarios.
Cantautor, guitarrista y poeta, Rodríguez es uno de los más destacados representantes de la Nueva Trova, movimiento inspirado por la Revolución cubana, proceso del que ha sido firme defensor. Esta posición le ha ganado aliados y detractores como el grupo reunido ayer ante las puertas del Wizink Center con pancartas contra Silvio y el gobierno cubano.
Pero dentro la atmósfera era otra. De entre su veintena de álbumes interpretó canciones como “Yo te quiero libre”, “En el claro de la luna”, “Quién fuera”, “Canción del elegido”, “Eva”, “”La era está pariendo un corazón” , “Ángel para un final” y “Sueño con serpientes”, coreadas por la multitud.
Y en bloque final cantó “Ojalá”, “Tu soledad me abriga la garganta”, “Playa Girón”, “Pequeña serenata diurna” y “El necio”.
Lo recaudado en este concierto será donado también por el cantautor a la salud pública en Cuba, que atraviesa un grave momento debido a la pandemia de la COVID-19 y a la crisis económica.