“Amo esta isla, soy del caribe”

Entrevista realizada a  Cucú Diamentes y su  productor Andres Levin en Manhattan, NY a propósito del próximo estreno de su película “Amor Crónico”  en el Latino Intenacional Film Festival de Los Ángeles el 13 de octubre del 2013.

El tiempo casi no les alcanza. Rezan por días de más de 24 horas aunque saben que es imposible. Cucú Diamantes y Andrés Levin tienen en sus carteras un sinnúmero de fabulosos proyectos.

Me reciben en el estudio de grabación donde trabajan, 6to piso del  30 de  Irving place, Manhattan.  Espero algunos minutos a que terminen la reunión previa a mi cita. En varias ocasiones salen a pedir disculpas. Esa, que solo debía ser una conversación de 30 minutos se ha convertido en una gran charla de dos horas. Y es que justamente, otra gran idea de la que ellos son protagonistas se está cocinando.

Finalmente Andrés se sienta conmigo y me cuenta de sobre el estreno de “Amor crónico”  en Los Ángeles. -Será en el Chinese Theater, el 13 de octubre a las 2:35 de la tarde… Su mayor interés es que la Comunidad Cubana en Los Angeles vea esta película. -Yo ya la vi. Le cuento. -Estuve en la premier de NY,  y me pareció muy buena.

También me habla de sus proyectos como productor, no tiene idea de lo mucho que me gusta la música y en especial lo que me cuenta. Trato de cerciorarme de que la grabadora hace  lo suyo. Las historias son tan buenas que pienso hacer algo exclusivo con estos comentarios. Me cuenta cómo parte de su trabajo está dirigido a niños pacientes de cáncer y a jóvenes latinas que tuvieron tendencias suicidas. Me cuenta que poder ser útil en ese sentido  es más importante que cualquier Grammy. De momento me pide disculpas y tiene que irse. La reunión de Cucú parece haber terminado.

Alternan. Tienen que atender a alguien que ocupa mi mismo tiempo en sus vidas. Será imposible que haga la entrevista con los dos a la vez.

Cucú parece estar siempre alegre, y trasmite esa alegría, la recuerdo de su película y del Concierto Por la Paz en La Habana. Su actuación en la película me pareció muy buena en lo personal, por lo que empiezo la entrevista, luego de presentarme, preguntándole sobre su experiencia en el cine.

-Tuve un pequeño papel de drogadicta en la película sobre la vida de Héctor Lavoe,  interpretada por Mark Anthony y Jennifer López. Anterior a eso participé en Havana Night. Pero pienso que toda mi vida he tenido que actuar porque cuando el cantante se sube al escenario necesita usar el mismo recurso de los actores y acordarse del momento que escribió la canción porque si no la música queda vacía, no emociona, la falta el alma. Por lo que siempre pensé que había un paralelismo entre lo que hacía y la actuación. Aunque ahora que he hecho varias películas me doy cuenta que en realidad es mucho más difícil que eso. Sobre todo cuando se interpreta un papel muy ajeno a uno mismo.

Cucú habla con una soltura mágica. Es muy neoyorquina. Su forma de mirar siempre penetrante y sus ademanes la delatan como una mujer muy metropolitana. Le comento lo que gustó mucho su película “Amor crónico” y le pido que me cuente un poco de cómo se siente presentar una película tan cubana en New York.

-¡Eso no fue un problema!

Como dice Pablo Milanés: “jamás podría pisar tierra firme porque me inhibe”. Yo vivo entre dos islas: Cuba, en la que nací, y Manhattan. De hecho el segundo disco de Yerba Buena se llama “Island Life” Porque yo veo a Manhattan muy isleña  y las islas son un pañuelo. Quizás es una ilusión causada por los más de 20 años que vivo aquí. Así que presentar una película cubana en Manhattan no es nada chocante.

Quizás me dio más detalles pero mi mente echó a volar y me perdí.  Esta mujer me dice que ve a Manhattan con el mismo espíritu isleño con que ve a Cuba. ¿Serán acaso esa gente con rostro lacónico que entra al metro igual que los que se sientan en el Malecón las calurosas noches habaneras? ¿Existirá alguna analogía entre un Yellow Cab y un almendrón? ¿Realmente habrá tanta similitud? Me dice que Manhattan, como todas las islas, es un pañuelo y que los neoyorquinos no son más que isleños…

Vuelvo a mí entrevista ahora con más admiración, y me intereso por el rodaje de la película en la isla, en la del trópico, en esa en que ella y yo nacimos.

Imagínate…  La película se filmó en 11 días. Yo dormía tres horas y casi no hablaba para tratar de proteger la voz pues tenía dos conciertos diarios. Pichi (Jorge Perugorría) y su esposa, Elsa Fuentes, una mujer maravillosa,  prácticamente ni dormían trabajando. Pero a pesar de que fueron días muy intensos me encantaría repetirlos porque la pasé muy bien. La camaradería era increíble y lo que nos movía era la pasión. Fue divertido en todo momento. ¡Que rico divertirte con lo que tienes por trabajo que hacer! Yo no sé si hay otra vida, por eso en esta voy hacer todo lo que me divierta, siempre respetando a los demás, eso para mí es muy importante.

Le brillan los ojos cuando habla de Cuba y pienso que con 20 años en Manhattan no debe conocer mucho de  la mayor de las Antillas y como la película es explícitamente sobre una gira a todo el país, le pido que me cuente sobre esto.

Todo fue muy nuevo para mí. –responde. Porque solo conocía, Matanzas, La Habana Y Pinar del Río, jamás fui a otra provincia. Resulta que después del rodaje he decidido que tengo que hacer turismo por mi tierra, porque encontré lugares formidables que desconocía por completo, con una belleza natural fantástica y totalmente vírgenes. Baracoa, por ejemplo, creo que será mi próximo destino.

Saco la libreta donde tenía algunas preguntas anotadas. Todo este rato la conversación ha fluido sola, sin necesidad de guías, me doy cuenta que Cucú es una persona maravillosa con la cual se puede conversar por horas. Pero el tiempo escasea y tengo que ajustarme. Entonces leo:

-La película tiene un equilibrio entre lo real y lo ficticio. En una escena de ella te define como: “…demasiado neoyorkina para vivir en La Habana y demasiado cubana para vivir en Nueva York…” Este fragmento: ¿Cómo lo categorizarías?

-Esa frase no es mía realmente, es de una poeta cubana que murió aquí en New York. Aun así, creo que es algo muy real, y que no tiene nada de ficticio. En mis raíces me siento muy cubana pero al final me gusta sentirme ciudadana del mundo y ser de donde están mis pies. Yo me considero una estudiante de la vida… así que el lugar no importa, lo importantes es vivir.

Me dejo llevar nuevamente por lo espontáneo y la pregunta surge sola, mi libreta vuelve a quedar a un lado.

-¿Cómo llegaste a NY? ¿Fue  azar o elección?

-Ambas y mucho de curiosidad. Yo emigré aquí porque New York además de ser el centro de la promoción artística del mundo, es una ciudad de reinvención constante, y eso es mi motor de vida. Yo no puedo estar sin hacer nada, me deprimo, me siento mal, Así que vine a NY porque pienso que la ciudad tiene mucho que ver conmigo.

Ya me había dado cuenta de que Cucú es de las mujeres que no pueden estar sin hacer nada y ahora me lo estaba confirmando. Le comento sobre una frase de Einstein que me gusta mucho: “Life is like riding a bicycle. To keep your balance, you must keep moving.” Sonríe, sonríe mucho y me dice con mucha fuerza que así mismo es.

Me convenzo de que no voy a abrir más la libreta y le pregunto sobre lo que tiene en mente para no “deprimirse” en los próximos meses.

-Mi nuevo disco ahora me absorbe casi todo el tiempo. Imagínate que  todas las canciones van a estar acompañadas de videos arte, por lo que lleva muchos detalles pues no es tan sencillo como los  video clip, hay que pensar y trabajar más. Tengo planeado grabarlo con colaboraciones en Brasil y Cuba pero  los invitados son una sorpresa –Me dice con cara de picardía. -Hace ya tiempo que mi público me pide un disco y el público para mí es muy importante. Más que cualquier premio.

Es sin duda una mujer polifacética con una energía infinita. Pienso que la puedo ubicar en cualquier película y en cualquier papel y encajaría. Le pregunto que si para su próximo proyecto en el cine le dieran la oportunidad de escoger el director que quiera. ¿con quién trabajaría? Y nuevamente me asombra la respuesta.

-Eso creo que me es imposible de responder.  Me gustan tantos directores:  David Lynch, Woody Allen, Terrence Malick, Lars Vontier,  Jim  Jarmusch… La lista sería inmensa y muy difícil decidirme.

Mientras me habla de lo mucho que le fascina el cine de autor me la imagino en el papel de Nicole Kidman en Dogville, su piel blanca absoluta y su pelo tan negro encajarían perfectamente en aquel escenario tan teatral hecho de sombras.  Pero te voy a contar algo. -me dice con energías y me arranca de mis pensamientos. -Me fascina trabajar con Pichi. Es un hombre que no sabe lo que es el “no”. Cuando se le mete una idea en la cabeza no hay quien se la saque. Ahora mismo estoy loca por saber cuál es su próximo guión porque siempre son ideas fabulosas.

Alguien le hace una seña a través del cristal. Pienso que quizás ahora soy yo el que he tomado más tiempo de lo esperado. Su mirada se torna penosa y yo, para ahorrarle el mal momento, le digo que solo nos queda tomar la foto.

Bajo en el elevador pero mis pensamientos aún están en el 6to piso del 30 de Irvin place. Pienso en el trabajo de Andrés con los niños de los hospitales, y en la extraña manera que tiene Cucú Diamantes de ver a Manhattan con ese mismo espíritu isleño que tiene la Habana. Atravieso el lobby y salgo a la calle. Respiro por primera vez, después de dos casi tres horas, el aire de  “La Capital del Mundo”, extrañamente siento sabor a sal en mis labios.

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