Boccaccerías de Arturo Sotto, Decaméron a la habanera

Conferencia de prensa sobre Boccaccerías Habaneras

Conferencia de prensa sobre Boccaccerías Habaneras

Todo el mundo tiene una historia oculta que contar, dice el slogan de Boccaccerías Habaneras, el más reciente filme de Arturo Sotto, que tendrá su estreno nacional a partir del 9 de julio. Se trata de la primera comedia del realizador de Amor vertical que bebió de Los cuentos del Decamerón, de Giovanni Boccaccio, para entregarnos un filme lleno de sensualidad, desenfado, irreverencia y pasiones ocultas en un ambiente citadino.

La cinta se compone de tres historias independientes, enlazadas por un hilo central: el cuarto de un escritor huérfano de musas, donde las personas acuden a contar sus vivencias aspirando a convertirse en personajes literarios y lucrar con esto. La historia del tabaco, Los primos y No te lo vas a creer, son los relatos que integran el filme. Cada uno tiene su estilo y visualidad propia logrados gracias a la fotografía y los otros elementos cinematográficos que los componen. Casi cincuenta actores desempeñan los roles y son bien diversas las locaciones filmadas, desde un circo hasta una tabaquería, por solo citar ejemplos.

Guiños, intertextualidades y referencias sobran en el filme, que al decir de su realizador no es la típica comedia ligera y llega al gran público avalada por los premios de mejor guion y el de la popularidad otorgados en la pasada edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.

Con una brillante estructura e idóneo empleo de los recursos expresivos en función de la imagen, el filme “pretendió desde su guion ser una película bella, con una visualidad y una imagen estéticamente lograda”, expresó su director en conferencia de prensa junto a parte del esquipo del filme.

El largometraje es una suerte de Decamerón extrapolado a nuestra realidad, pletórico de amor, enredos, pasión, lujuria y un poco de malicia. Posee una estructura compleja para el género, con varios giros y cambios de narrador. Es una película que satiriza el erotismo, que pone el humor sobre la voluptuosidad.

“No me propuse hacer una película erótica, sino una sensual. Incluso en aquella escenas que pudieran ser más procaces en términos eróticos existe una crítica interna hacia elementos que pueden ser kitsch o grotescos. Siempre tratamos de buscar sensualidad y refinamiento, que lo sicalíptico este más en el espíritu del espectador que en la misma película en sí”, detalló Sotto.

El director también actúa en la película, interpreta al escritor en crisis que sirve de hilo conductor a las tramas de los tres cuentos. Sobre esta experiencia y el casting realizado precisó: “Me gradué de artes escénicas en el ISA. Fui actor y sé lo complejo que se tornan los casting para los que se presentan por lo que agradezco a todos, los seleccionados y los que no. A mí nunca me escogieron en ninguno, por lo que decidí hacerme director para poder actuar en mis propias películas, como esta, por lo que sé muy bien lo que sienten los intérpretes al ser dirigidos”, dijo el también realizador de Pon tu pensamiento en mí.

Algunos de los actores participantes departieron sobre sus roles y la experiencia de esta producción. Patricio Wood comentó que los actores trabajaron con gran intensidad defendiendo cada uno de sus roles y elogió la importancia de la película en el rescate de la buena literatura, lo que falta en el cine cubano. “Arturo no nos hizo partícipes del gran peso que tenía el guion, solo la parte que nos tocaba. También estuvimos bien claros de las especificidades del género que estábamos interpretando”, añadió el actor.

Da la impresión de que el filme se rueda en toda La Habana, entrega una vista que rescata la belleza de la ciudad. La labor de Alejandro Pérez como director de fotografía fue primordial en ese sentido, al igual que la de Carlos Urdanivia, director de arte, quien comentó sus experiencias:

“Desde que vi la primera escaleta del guion ya sabía lo que quería Arturo y comencé la búsqueda de las locaciones. Muchas eran espectaculares como la fábrica y otras que hubo que perfeccionar y buscar los permisos. Nos propusimos que hubiera una muestra de las distintas imágenes posible de la Habana, y que se apreciara su riqueza y diversidad. Quisimos que la película transitara desde un apartamento lujoso hasta viviendas mucho más humildes para que cada cuento tuviera su color y un tipo de arquitectura específica.”

Arturo destacó que el filme posee un 90 por ciento de sonido directo y que al igual que en el original de Boccaccio las mujeres siempre vencen. “La película está dirigida a todo tipo de público sin ser una comedia ligera. Nos subordinamos al género de la comedia que es un género en que no se puede inventar ni especular mucho con los recursos cinematográficos, por lo que no tuvimos encuadres complicados aunque tampoco tan simples. Boccaccerías… está destinada a todo tipo de público aunque cada persona lo interpretará según sus experiencias y conocimientos,” concluyó el cineasta.

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