Felito Lahera: “Yo soy un cubanazo”

A pesar de la distancia y las añoranzas, el actor cubano trata de mantenerse activo en producciones nacionales, más vinculado al cine en los últimos años.

Felito Lahera como Carlos Manuel de Céspedes en la película cubana El Mayor. Foto: Facebook de Daniel Romero.

Personajes como Andoba (Teatro en TV), Santos, en el filme Barrio Cuba, el capitán Mayito, en Kangamba, y el controvertido Yassel, que podemos volver a ver por estos días en la novela La cara oculta de la luna, hicieron que Rafael (Felito) Lahera se convirtiera en uno de los rostros más queridos por el público cubano hace poco más de una década.

Entre tantos personajes que ha interpretado a lo largo de su carrera, confiesa a OnCuba que no hace distinciones: “Los prefiero todos, me gusta leer el personaje, el que sea y decir arriba, toca hacer magia ahora”.

Luego de varios años trabajando en Colombia y actualmente residiendo en los Estados Unidos, Lahera ha vuelto a conectarse con el trabajo en la Isla, esta vez en el cine, con personajes totalmente diferentes entre sí. Esa es la prueba de la versatilidad de este actor, quien confiesa que “extraña mucho”, en el plano personal y profesional.

Ante la lejanía y las circunstancias en las que vive el planeta por la COVID-19, el diálogo con este “cubanazo”, como se define, se sostiene a distancia, con calma y sin el alboroto del querido personaje Caín Caí, que interpretaba en el espacio televisivo infantil Dando vueltas.

Rafael Lahera actor Cubano radicado en Colombia

Sobre ese programa, afirma Lahera que fue a regañadientes, a petición del director del espacio, Lilo Vilaplana: “Lilo, que era amigo mío, me dio mucha libertad con el personaje. Rita del Prado hizo la canción. No imaginé la aceptación que tuvo. Cain Cai es uno de los personajes a los que más cariño les tengo, tanto que todavía guardo la peluca y la ropa”.

Principe De La Bulla

¿Cuánta importancia le otorga al movimiento de artistas aficionados del cual formó parte?

Mucha. En cierta medida fui parte de ese movimiento. Siendo extra y doble me vinculé a un grupo que estaba lleno de personas que después fueron figuras, como Jorge Luis de Cabo y Rosendo, que pasó al musical.

Después, ya en el Ejército Juvenil del Trabajo (EJT), fui premio de actuación, junto a Ricardo Acosta que hoy en día es editor estrella. Bajo la dirección de Miguel Navarro, luego fui al festival de las Fuerzas Armadas (FAR). Siempre respeté el trabajo aficionado; muchos de nuestros grandes actores provienen de ahí.

¿Cómo recuerda esas primeras experiencias?

Maravillosas. Éramos unos loquitos con muchas ganas de hacer y aprender. Empecé en el espacio Aventuras y era admirable la preparación de los actores.

Hoy en día muchos de ese grupo somos amigos, a pesar de la distancia y los años. Actores que “doblé” luego fueron mis compañeros de escena. Eso de por sí es un premio grande, aprendí de todo y todos en esa etapa, fue duro, pero gratificante. Claro, todavía sigo siendo un “mulito”.

"Agosto". Foto: Cortesía de la productora, Claudia Olivera.
“Agosto”. Foto: Cortesía de la productora Claudia Olivera.

Empecé en la TV cuando estaba haciendo una aventura con Erick Kaupp. El chino Chiong me lleva a Arte Popular y ahí empiezo en el teatro profesional.

Para mí era la academia: conocí y trabajé con gente que tenía todo un historial teatral fascinante, conjuntamente con jóvenes recién egresados y otros del movimiento aficionado, todos bajo la batuta de Eugenio Hernández Espinosa. Y sí, extraño las tablas.

¿Cómo lidiar con la popularidad?

Si hay un público difícil, son los niños, por su sinceridad. Ya había pasado por esa experiencia y muchos de mis fans hoy lo son desde que eran niños.

Uno trabaja para el público y si en ocasiones hay gente insolente o falta de respeto, tienes que aprender a lidiar con eso desde el respeto y la decencia. De lo contrario, dedícate a otra cosa. Por algo el público siempre ha sido El Respetable.

Luego vino la experiencia en el extranjero…

Llegué a Colombia literalmente con el rabo entre las patas… Con la suerte de que ya estaban por allá colegas amigos. Me acogieron en su casa Tahimi Alvariño y Bárbaro Marín, Abel Rodríguez, Ulises Gonzáles, Caleb Casas, Mijail Mulkay, Jaquelin Arenal, Felix Antequera, Alberto Pujols, Patricio Wood, Laura Ramos, Katia del Pino, Ariel Betancourt… Todos me hicieron borrar la nostalgia.

Aprendí igual muchísimo, me recibieron con mucho respeto y cariño. Colombia tiene no solo actores de un nivel incalculable; posee una industria sólida y un profesionalismo envidiable, del cual bebí todo lo que pude y me quedé con ganas. Amo a Colombia, su cultura y su gente y también lo extraño.

Después de “Agosto”

 

Desde hace ya algún tiempo hemos podido verlo nuevamente en algunas producciones cinematográficas nacionales.

Armando Capó me visitó en Miami para hablar de Agosto. La propuesta salió de Kiki Álvarez y Capó no estaba muy convencido. Después de la entrevista, me dio el personaje.

Ya luego en Cuba, Blanca Rosa me llama para El Regreso. Son experiencias que agradezco infinitamente a las dos producciones, que tuvieron que hacer magia para que en ese corto tiempo pudiera hacer las dos películas. De cierto modo, fue mi regreso al cine cubano.

En el caso de El Mayor, estando en esos trajines, en el Icaic, Miguel Ginarte, quien es para mí como un padre adoptivo, me dice “Rigoberto te quiere ver, ve a su oficina”. Fui para allá y de ahí salimos con el guion Alderete y yo, los primeros que lo recibimos, un año antes de empezar a filmar. Así llegaron esas tres producciones, que solo Dios sabe cuánto agradezco… y ya extraño las cámaras.

Rafael Lahera (i) junto a Daniel Romero (d) en la filmación de la película El Mayor. Foto: Facebook del entrevistado.

Primero Colombia, luego Miami… ¿Ha sido difícil esa vida de actor emigrante?

Para uno, que tuvo cierto éxito después de años tratando de lograrlo, es muy duro. Yo soy un cubanazo; a los amigos, colegas y al barrio los extraño. Estar lejos de mi público y mi gente me hace nudos en la garganta.

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