Festival de Cine de La Habana: primera dosis

Un acercamiento a lo que podremos ver en los cines de la capital del 3 al 13 de diciembre, en la primera etapa de la edición 42 del mayor evento cinematográfico del país

El retiro, comedia argentina que podrá verse en la primera mitad del 42 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. Foto: pagina12.com.ar.

Dentro de pocos días, La Habana se convierte en la capital del cine latino, con la edición 42 del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano (FINCL). A pesar de la pandemia por el nuevo coronavirus, el evento apuesta por la presencia de espectadores en las salas, con una programación pensada para que los cinéfilos no pierdan la costumbre de asistir al cine, en medio de tanto avance tecnológico y comodidades de la televisión e internet.

Alrededor de 90 filmes estarán en exhibición del 3 al 13 de diciembre, con la particularidad de que ninguno de ellos concursará por el Coral en las diferentes categorías, según anunciaron los organizadores, que movieron la sección competitiva para el mes de marzo, para así organizar mejor el programa del evento y evitar aglomeraciones innecesarias en los cines.

Yara, Riviera, Acapulco, La Rampa y 23 y 12 son los cines donde ya se pueden adquirir las entradas para cada día disfrutar del buen cine de la región y otras fronteras, con las películas escogidas en las secciones de Panorama contemporáneo internacional, Panorama documental, Cultura y las presentaciones especiales.

Películas, ¿cubanas?

Aunque no son muchas las propuestas de Cuba, al menos de manera oficial, varios filmes de esta primera dosis se enfocan en la mayor isla de las Antillas, con fuerte presencia cubana en el reparto que interviene.

Tal es el caso de El último balsero, de los directores cubanos Carlos Rafael Betancourt y Oscar Ernesto Ortega, protagonizada por el actor Héctor Medina, secundado por un reparto también cubano en su mayoría. Sin embargo, la película se inscribe como estadounidense… cosas del Orinoco.

La cinta es un acercamiento actual a la diáspora cubana, donde se muestra parte del entorno cubano en la ciudad de Miami y las vicisitudes de un migrante cubano recién llegado, en medio de la derogación de la política de pies secos, pies mojados, al término de la administración de Barack Obama.

https://m.youtube.com/watch?v=pIyzqF2bu1k

Un joven se lanza en una balsa buscando conocer a su padre en tierra extranjera. Todos los problemas que conlleva permanecer en suelo extranjero sin las ventajas de ser un emigrado cubano en los Estados Unidos es el tema que mueve esta entretenida película, lejos del drama angosto que suele acompañar los largometrajes de temáticas similares.

Por otro lado, Mambo Man, una producción ¿inglesa?, dirigida por el músico cubano Edesio Alejandro y el productor musical británico Mo Fini, se desarrolla en el oriente de Cuba y cuenta la historia (basada en hechos reales) de un agricultor y productor musical cuyas ansias de dinero lo llevan por complejos caminos.

Protagonizado por Héctor Noas, este filme busca, de manera sutil, dar visibilidad a la música que se realiza en la zona oriental de la Isla, con músicos y orquestas con los cuales ha podido trabajar Mo Fini desde hace varios años.

Resulta un tanto paradójico no aceptar estas películas como producciones cubanas. Su inscripción como filmes foráneos resulta confusa para el espectador. Ese es un tema que merece mayor diálogo entre productores y organizadores del evento, pues con la notable falta de producciones nacionales de largometrajes de ficción en el 42 FINCL, no inscribir esas cintas como cubanas empaña un poco el buen quehacer de los organizadores, aunque no sean del todo culpables por la forma en que los productores y directores decidan inscribir sus filmes.

Algo similar sucede con otras ofertas cinematográficas que se exhibirán: Havana comes to Brooklyn, Running for the revolution, The brothers, Cuban dancer, Epicentro, por solo mencionar algunos materiales documentales donde se abordan diferentes aristas de la realidad cubana y sus protagonistas, aunque estas son realizadas por directores extranjeros.

Otros documentales y cortos de ficción (estos últimos de los más presentes entre las propuestas cubanas en los últimos años) también estarán en cartelera como propuestas cinematográficas netamente nacionales.

Mambo Man: la música del Oriente cubano en una película

De México a Argentina, todo un continente

Una vez más, las propuestas de la región del río Bravo a la Patagonia acaparan la atención del espectador. Si bien en esta primera etapa no se exhibirán las películas en competencia, en teoría, las mejores, es sabido que en la sección de Latinoamérica en perspectiva siempre encontramos excelentes propuestas.

En un bosquejo rápido, encontramos entre las producciones argentinas la comedia El retiro, donde podremos disfrutar una vez más a Luis Brandoni, quien recibió el Coral al Mejor Actor en la edición anterior del Festival. Ahora interpreta a un médico retirado que decide asumir el cuidado de un pequeño niño, replanteándose varios aspectos de su vida y la relación compleja con su hija.

En el caso de La dosis, podremos disfrutar de un thriller que implica a dos enfermeros. Ellos aplican, por su propia voluntad, la eutanasia a pacientes terminales, por diferentes motivos.

Esta ópera prima de Martin Kraut juega con el terror psicológico, para ofrecer un filme inquietante en un género poco abordado en la cinematografía latinoamericana.

Desde Brasil nos llega Pureza, un relato desgarrador que narra la investigación de la protagonista que da nombre al filme. En busca de su hijo desaparecido, ella descubre una red de encarcelamiento de trabajadores rurales, en condiciones semejantes a la esclavitud.

Este relato, protagonizado por Dira Paes, narra la historia de Pureza Lopes, quien recibió en 1997 el Premio Antiesclavitud, entregado por una organización británica no gubernamental que lucha contra la trata de personas. La película alcanza gran verosimilitud con los hechos, acontecidos en la década del 90 del pasado siglo. Retrata la lucha por años de una madre que no se rindió en la búsqueda de su hijo.

Dira Paes en Pureza, película brasileña que llega en diciembre a La Habana. Foto: pipoca moderna.com.br

El tan gustado cine chileno contará entre sus propuestas con Matar a Pinochet, otro guion basado en una historia real, sobre el atentado que viviera el otrora dictador chileno el 7 de septiembre de 1986. Es una película trepidante de principio a fin, donde en apenas 80 minutos se cuenta el proceso para llegar al atentado, del cual dijera el propio Pinochet, “jamás creí que iba a salir con vida”.

Sumergible es una coproducción entre Ecuador y Colombia, otra de las películas a seguir en las salas de cine en diciembre. Este suspenso centra la acción en una embarcación sumergible precaria, donde sus integrantes deben lidiar con la supervivencia cuando una falla en altamar pone en peligro sus vidas.

A partir de ahí, tendrán que lidiar también con otros contratiempos que surgen en la embarcación. Estos harán más compleja la situación en la pequeña nave. El filme mantendrá en vilo a los espectadores durante 90 minutos.

Desde República Dominicana llega Hotel Coppelia, lo más reciente del realizador José María Cabral, recordado por su filme Carpinteros, estrenado en la edición 39 del FINCL. 

Ahora el realizador cuenta la historia de la situación que viven las mujeres del cabaret que da nombre al filme, durante el golpe de Estado en 1965, cuando tropas estadounidenses ocupan el inmueble y la vida de la dueña y las trabajadoras toma un vuelco inesperado.

¿Cómo convivir con el enemigo? ¿Cuál es el punto de quiebre de la dignidad de una persona por sobrevivir? Estas interrogantes deben resolver las inquilinas del Hotel Coppelia a lo largo de la película, que cuenta con la participación del actor cubano Jazz Vilá entre sus protagonistas.

De todas partes

La sección de Panorama contemporáneo internacional es de las más seguidas cada año en el Festival de Cine de La Habana, pues supone una oportunidad única de apreciar películas con un importante recorrido internacional, pasando por los festivales de Cannes, Venecia y Berlín, por mencionar tres de los más relevantes.

Este año la pandemia del nuevo coronavirus ha influido notablemente en la industria cinematográfica, aplazando eventos importantes y cancelando otros, mientras algunos han apostado por mantenerse, con cambios significativos y reducción de proyecciones, como es el caso del FINCL.

En esta ocasión, la sección de Panorama internacional ha ampliado el número de propuestas, con cambios de último minuto en la programación, algo entendible con toda la situación internacional que se vive en estos momentos, aunque no faltarán filmes de alta factura.

Así, en diciembre podremos apreciar There is no evil, película iraní ganadora del Oso de Oro en la Berlinale de este año. También, la cinta rusa Dear Comrades, que se alzó con el Premio Especial del Jurado en la Mostra de Venecia hace solo par de meses, y la ganadora de la Concha de Oro en San Sebastián, Beginning, película coproducida entre Georgia y Francia, que arrasó con los premios en dicho festival.

No faltarán las cintas de Alemania y España, siempre con una muestra especial cada año, así como la filmografía francesa, belga e italiana. Los peces dorados, Ane, A good man, Bad Tales y Passion simple son algunos de los títulos que no debes perderte en esta primera etapa del festival.

Por otra parte, entre la muestra documental resalta el tan promocionado Soy Greta, basado en la figura de la adolescente Greta Thunberg, reconocida activista de fama mundial luego de su huelga escolar a favor del cambio climático y su activismo en este trascendental tema.

Igual destaca Eso que tú me das, testimonio de los últimos días de vida de Pau Donés, el cantante y líder de la banda Jarabe de Palo, fallecido este año luego de padecer cáncer por cinco años. Este relato fue filmado los últimos 20 días antes de morir, por su amigo Jordi Évole, a petición de Donés.

Faltan muchas propuestas por incluir en esta primera dosis de cinefilia del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano. El público podrá saciar las ansias de buen cine en un cine, válida la redundancia. Esa acción tan sencilla fue convertida en quimera este año. 

A ello apuestan los organizadores del evento, lejos de romanticismos y convencidos de que el séptimo arte necesita su público en las salas para sobrevivir.

Festival de Cine de La Habana: una apuesta por el público

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