Gibara, capital del Cine Pobre

Un total de 366 filmes, entre cortos y largometrajes de ficción, documentales, animaciones, videoartes y experimentales participarán en el 12 Festival Internacional de Cine Pobre de Gibara, que entre el 20 y el 24 de abril tendrá lugar en la ciudad holguinera, escenario escogido desde el principio para la celebración de este evento por su fundador, el desaparecido cineasta Humberto Solás.

Esta vez auspiciado por Hugo Cancio Fundation, entre otros patrocinadores, el Festival acogerá a diversos cineastas y representantes de instituciones fílmicas de distintos puntos del planeta, quienes participarán con sus obras, intervendrán en los foros teóricos, talleres y encuentros programados paralelamente al concurso.

Como país invitado esta edición tiene a México, nación que contará con una muestra especial que se inaugurará con la proyección de Amores Perros, cuya productora, Mónica Lozano, será objeto de un homenaje.

Al recientemente fallecido realizador Rogelio París se dedicará el evento con la exhibición de algunos de sus emblemáticas películas como Kangamba.

Otros tributos se rendirán al mediometraje Manuela (1966), de Solás, al cumplirse medio siglo de su realización y al largometraje El huésped, de Eduardo Manet, filmado en Gibara.

Como cada año, además de la proyección de cintas habrá exposiciones de artes visuales de varios artistas como Cosme Proenza y un homenaje a Vicente Bonachea. David Torrens, Pancho Céspedes, Kelvis Ochoa, Nube Roja y Carlos Varela, serán los encargados de colorear con su música los días gibareños de cine pobre. La cuarta Lucía, de Eduardo Eimil, homenaje a ese clásico de nuestro cine, será la función teatral que podrán disfrutar los participantes a la cita que aglutina varias expresiones artísticas.

Jorge Perugorría, versátil creador, hombre de cine, es el presidente del evento. Cuenta que en el año 2000, durante el rodaje de Miel para Oshún, bajo la dirección del maestro Solás, conoció Gibara.

“Me la presentó como quien te presenta un viejo amor, una novia olvidada de la juventud, de la época de Lucía, que el cine volvía a poner en su camino. De ese reencuentro nació este Festival. Solás se encontraba en medio de otro gran desafío como creador. Estaba rodando la primera película cubana en formato digital, de bajo presupuesto y con un equipo reducido. Como el artista visionario que siempre fue, comprendió que ese cine independiente era el único camino posible para el cine cubano y para el cine de autor, sobre todo hecho por los jóvenes. Este año celebramos la duodécima edición del Festival y es para mí un honor y un compromiso cuidar esta criatura que nació del amor del maestro a Gibara, a su gente y al cine. Mi reconocimiento a la familia Solás, en especial a Sergio y Aldo Bembenuto, que ayudaron al maestro a hacer realidad este sueño, e incluso lo continuaron sin él durante unos años. Mi reconocimiento también a Lester Hamlet, que dejó de hacer dos películas por hacer dos ediciones de este Festival”, declaró a OnCuba el conocido actor, también artista plástico.

El evento continúa reafirmando su concepto originario, defendiendo el cine de alta calidad y compromiso que se realiza con bajo presupuesto. El Cine Pobre, rico en ideas, se contrapone a ese otro cine rico en recursos y de pobre creatividad, que nos impone la industria global del entretenimiento. Cine Pobre no quiere decir cine carente de conceptos y esta edición lo corroborará una vez más.

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