Ian Padrón: “Hay que perderle el miedo a lo nuevo”

De muchas y de las más diversas maneras, a uno (en condición de receptor) le va pareciendo, aunque algunas veces erróneamente, que conoce a las figuras públicas. En el caso de los actores, se corre el riesgo de equivocar el trayecto por tanto verlos transfigurados en disímiles versiones humanas.

Aún en los realizadores, el asunto no es menos complejo. Artífices como son de los productos acabados, se torna realmente un dilema encuadrarlos en un concepto que se acerque a la más absoluta realidad.

Uno de nuestros más reconocidos directores es, sin dudas, Ian Padrón. Prácticamente acaba de colocar en su vitrina el Premio Lucas al video del año y gustoso acepta esta entrevista virtual para OnCuba.

¿De qué forma influyó en su devenir profesional ser el hijo de Juan Padrón?

Nací y crecí en un hogar rodeado de historias, buen humor y muchos artistas de todo el mundo. Mi padre es un ejemplo de entrega al público y profesionalidad, en todo lo que hace. En medio de ese ambiente me crió a mí y a mi hermana, psicóloga de profesión. En muchas aspectos de la vida me parezco más a mi madre, que es la que “dirige” en la familia.

¿Hasta que punto constituyó un reto?

Es algo muy personal escoger la misma profesión que un miembro conocido de tu familia. Siempre serás “el hijo de” y cuesta el doble lograr tu propio sello y hacerte de un nombre. Cuando logras ser reconocido en tu trabajo, sabe mucho mejor.

Probablemente pocos conozcan que cuando Ian tenía diez años, se le ocurrió una idea para una historieta de Elpidio Valdés. A su padre le pareció buena, la desarrolló y la publicó en la revista Zunzún algunos días después.

Cuando vi mi crédito de guionista, junto al nombre de mi padre y “mi hermano” Elpidio, me cambió la vida para siempre. Unos años después, colaboré con el ICAIC, haciendo guiones para la serie Filminutos. Ahí comenzó mi vida en el cine.

Amor vertical…

Fue mi primer trabajo profesional. Filmé  en 1996 y terminé en 1997 el Making of de Amor Vertical. Vi trabajar de cerca a Arturo Sotto, Raúl Pérez Ureta, Alejandro Pérez y Javier Figueroa. Entrevisté a los actores Jorge Perrugorria y Silvia Águila. Fue como una escuela, en pocos días. Lo disfruté mucho.

Fuera de liga…

Es el trabajo más polémico y determinante de mi carrera cinematográfica. Fue censurado por cinco años y nunca ha sido exhibido en Cuba en salas de cine. A su vez, me colocó en el mapa del audiovisual cubano. Fue complicado ese período de oscurantismo e incomprensión hacia mi trabajo y mi persona, pero luego logré que se me respetara mi punto de vista y se le quitara el veto a este documental. Me siento muy orgulloso de haberlo realizado y aún lo miro con satisfacción.

¿Qué le une al dúo musical Buena Fe?

Una gran afinidad y una amistad de más de 10 años. Hemos crecido juntos como personas y como pichones de artistas. Han colaborado en la música de mis películas y he trabajado en 13 o 14 videos clip para ellos. Hacemos un buen equipo juntos y confiamos mutuamente en el proceso de trabajo. Ha sido una fiesta todo lo que ha pasado entre nosotros.

Para el realizador cubano Ian Padrón, los premios son buenos para el ego, para sentir que uno no está perdiendo el tiempo. Dueño de una modestia que yo no esperaba, me declara, sin segundas lecturas, que no trabaja para alcanzar lauros.

“Duele cuando crees que te lo mereces y se lo dan a otro, pero debe ser peor cuando te lo dan y no lo mereces. En mi caso, creo que nunca me han regalado un premio. Todos los que tengo, los he sudado mucho para obtenerlos. No soy complaciente con los jurados y eso se paga a la corta y la larga”.

En 2015 Ian prevé dedicarse casi enteramente a su familia. No dejará de repensarse en muchos aspectos profesionales. Durante el año precedente, dedicó mucho tiempo a coordinar la creación del salón de la fama del béisbol cubano.

“La presión a la que uno esta sometido como realizador y productor audiovisual es grande y no siempre se puede mantener la calma ante la ineficiencia o la falta de profesionalidad. Pero nadie puede decirme que he tenido doble cara o doble moral en mi trabajo”.

¿Cuál es su opinión sobre Ian Padrón, profesionalmente hablando?

Soy un tipo claro y directo. No le escondo nada a nadie, soy honesto con lo que pienso y lo digo sin muchos rodeos. Pretendo lograr un nivel de profesionalidad y rigor que muchas veces es entendido como pedantería o extremismo. Exijo mucho, pero doy el ejemplo. Duermo tranquilo porque nadie en la industria audiovisual puede decir que no lo he dado todo por cumplir con mi trabajo.

Cuando hablaba de que el Premio Lucas debe repensarse, muchos creímos que hablaba del video clip Bailando de Alejandro Pérez ¿Por qué cree que no le fue otorgado el lauro de video del año a él?

Creo que Lucas se merece mejorar para no morir. Renovarse para no volverse de piedra. Hay mucho por hacer y por lograr mayor transparencia. Bailando no es el mejor video de Cuba, ni de Alejandro Pérez en el 2014, pero sí es el suceso mas importante en la música cubana en mucho tiempo. Se mereció más respeto del jurado y del evento.

En su opinión ¿por cuáles caminos va la realización audiovisual en nuestro país? ¿Qué cree que le falta?

Falta presupuesto y confianza en los jóvenes realizadores. Falta ética de los que deciden que se filma o no. Sobran historias y también hay buenos técnicos y actores. Hay que legalizar las Productoras Independientes y que convivan con las estatales. Hay que perderle el miedo a lo nuevo y convivir con la diversidad, en todos los aspectos. Pero aún falta mucho por andar.

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