Ítaca, Padura y Cantet de estreno en Venecia

Regreso a Ítaca

Regreso a Ítaca cuenta la historia de cinco amigos que reciben a Amadeo que regresa luego de residir en Madrid por 14 años.

La película cubano-francesa Regreso a Ítaca será estrenada mundialmente en la 71 edición del Festival Internacional de Cine de Venecia, que se celebrará del 27 de agosto al 6 de septiembre en la ciudad llamada Perla del Adriático. El filme formará parte de la sección paralela Venice Days que ofrece 14 filmes (cuyos directores van del español Alex de la Iglesia al coreano Kim Ki-duk) dentro de la tendencia contemporánea a reforzar las propuestas alternativas a la competencia oficial con títulos cuyos méritos tal vez escaparon al criterio discriminador de ciertos comités de selección.

El estreno en un festival clase A, estilo Venecia, Cannes, Berlín o Toronto, suele propulsar la carrera internacional de los filmes producidos en países del sur con escasos recursos y Regreso a Ítaca es una de esas pequeñas empresas, aunque esté dirigido por Laurent Cantet, un creador instalado desde hace años entre los más celebrados del cine francés sobre todo después de Entre les murs, titulada en español La clase, ganadora de la Palma de Oro en Cannes luego de 22 años sin que los franceses se apropiaran del preciado galardón.

Ya consagrado, oleado y sacramentado por las autoridades del cine europeo, Cantet se apasiona por Cuba. En 2009 vino a dar clases a la Escuela Internacional de Cine y Televisión en San Antonio de los Baños; en 2011 se sumó a la lista de seis celebridades que dirigían igual número de cuentos en Siete días en La Habana; conoció la obra de Leonardo Padura y surgió la idea de realizar Regreso a Ítaca, que muy bien pudiera llamarse Regreso a La Habana. Con guión del reconocido escritor cubano, e inspirada en uno de los pasajes contemporáneos más eficaces de La novela de mi vida, el filme cuenta la historia de cinco amigos que reciben a Amadeo, quien ha vivido en Madrid durante los últimos 14 años.

Cantet siempre ha sido un apasionado de las ficciones con fuerte influencia documental y de los temas donde esté presente la presión de las sociedades sobre los individuos, y el deseo humanísimo de vivir en armonía e igualdad. De este modo, sus películas anteriores Recursos humanos (1999), El empleo del tiempo (2001), La clase (2008) y Foxfire (2012) trasmiten una poderosa sensación de testimonio verista gracias a las participaciones francas y espontáneas de los actores, así como a la selección de localizaciones que, en el caso de la nueva película cubana incluye azoteas en edificios derruidos y la cercanía del Malecón.

Los filmes de Cantet suelen utilizar a unos pocos intérpretes profesionales trabajando en compañía de no actores, al tiempo que presentan la contemporaneidad de la gente humilde, a propósito de situaciones comunes que pueden ser excelentes vehículos para reflexionar sobre la resistencia de algunos a asimilar la presión del contexto, la capacidad de algunos seres humanos para alimentar las utopías, y las compulsivas dinámicas de un grupo.

En Regreso a Ítaca, Cantet se refiere, a partir del conocido relato de Padura, a los traumas de índole social y político, padecidos por cubanos promedio que hoy tienen entre cuarenta y cincuenta años. Utilizó un equipo técnico donde sobresalen creadores de la Isla entre los cuales se cuentan actores tan conocidos como Jorge Perugorría o Isabel Santos, quienes compartieron protagonismo en otro filme sobre el regreso y las pérdidas del exiliado como Miel para Oshún, dirigida por Humberto Solás en 2001. Y es que el tema del exilio y el regreso ha estado sobrevolando el cine cubano desde los tiempos de Lejanía (1985, Jesús Díaz) donde una madre de la comunidad miamense regresa de visita con el evidente propósito de convencer al hijo para que la acompañe; Reina y Rey (1994, Julio García Espinosa) con los antiguos dueños de una mansión vedadense de regreso para recuperar a la sirvienta perdida, Video de familia (2001, Humberto Padrón) en la cual el hijo menor hace el outing ante su familia, finalmente dispuesta a “perdonarle”tanto el exilio como la homosexualidad, y Casa vieja (2011) con un joven gay exiliado en España que vuelve al destartalado hogar familiar para comprobar que es un extraño entre propios.

Según declaró Padura en varias entrevistas, concedidas al fin del rodaje, el filme representó para él una especie de catarsis en tanto habla sobre una “generación marcada por el drama del exilio” y se refiere a temas universales como “la amistad, la fidelidad, la traición, el miedo, el odio y el desencanto”. El reconocido escritor y guionista aseguró que Cantet tiene una capacidad impresionante para convertir en cine las palabras, razón de más para que esta película cobre importancia en tanto se relaciona temáticamente con “el gran conflicto de una generación que se vio dispersada y frustrada, que se sintió traicionada y que incluso equivocó las percepciones de la realidad y culpó a quienes no tenían la culpa”.

Cuando se dan a conocer el tema y las intenciones de Regreso a Ítaca, inevitablemente viene al recuerdo aquel celebrado poema del griego Constantin Cavafis, sobre todo aquellos versos donde sentencia “Ítaca te brindó un hermoso viaje. Sin ella no habrías emprendido el camino. Pero no tiene ya nada que darte. Aunque la halles pobre, Ítaca no te ha engañado.    Así, sabio como te has vuelto, con tanta experiencia, entenderás lo que significan las Itacas”. Seguramente en diciembre, dentro del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, podremos ver el filme de Laurent Cantet, inspirado en la novela de Leonardo Padura, y entenderemos lo que puede significar Ítaca, es decir, La Habana, para el ausente que regresa y para los otros que se quedaron con una mitad de ellos mismos apartada por el exilio.

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