Patricia Ramos mira La Habana desde El techo

Andrea Doimeadios, Jonathan Navarro y Enmanuel Galban, los protagonistas. Foto: Cortesía.

Andrea Doimeadios, Jonathan Navarro y Enmanuel Galban, los protagonistas. Foto: Cortesía.

Mientras en La Habana solo se hablaba del rodaje de la octava parte de Rápido y Furioso, Patricia Ramos filmaba su opera prima. El techo, título de esta película, se rodó durante 18 días bajo la compañía intempestiva de los helicópteros que sobrevolaban las azoteas de La Habana.

Según Patricia, realizar su película en esos días fue muy difícil: “Sabíamos que el sitio escogido tenía problemas de sonido, pues Centro Habana es ruidosa por naturaleza. Así que días antes, cuando ya teníamos todo armado, nos enteramos de que Rápido y Furioso estaría filmando al mismo tiempo que nosotros. Entonces, hicimos un plan de rodaje privilegiando el sonido. Nuestro sonidista nos decía que nunca había estado en un rodaje donde se pensara tanto en el sonido. Pero yo tenía la firme idea de que no quería doblar; aunque costara, ese no podía ser el precio de filmar en Centro Habana. Luego conseguimos saber qué días y en dónde filmaba Rápido y Furioso, por lo que hicimos un plan de rodaje para acomodarnos a ellos, obviamente. Por suerte no teníamos que filmar en las calles; o sea, toda la parálisis de La Habana no nos iba a afectar, pero sí los helicópteros que usaban en filmación para las tomas aéreas.”

“Adelantamos el rodaje para ganar algunos días de “silencio”, y cuando ellos estaban cerca de nosotros, tratábamos de movernos a otro sitio o de poner el día de descanso ahí… También tuvimos en cuenta los días de fumigación. En fin, a pesar del ajedrez que armamos sí coincidimos con helicópteros y dos tardes tuvimos que parar el rodaje para esperar a que terminaran. En pequeña venganza, y por aburrimiento de estar detenidos, los filmamos cuando nos sobrevolaban, pero al final eso no quedó en la película. La gente que estaba pendiente en esos días de todo lo que pasaba, nos veía a nosotros con cámara en mano y nos decían: ¿Ustedes son Rápido y Furioso?” Y nosotros: “Caballero, mírennos bien, ¿tenemos cara de Rápido y Furioso?”

Patricia Ramos en una de la locaciones de azotea. Foto: Cortesía de la entrevistada.
Patricia Ramos en una de la locaciones de azotea. Foto: Cortesía de la entrevistada.

Cuenta Patricia que lo más impactante para su equipo de trabajo fue ver esa superproducción: “Un día ellos estaban parqueados en la misma calle de nosotros: ver tantos camiones, grúas, técnicos, paralizando esa zona de la ciudad, y nosotros trabajando con lo mínimo… fue una experiencia casi “antropológica”, dos maneras de hacer cine cara a cara.”

El techo es una película con muchos diálogos, filmada todo el tiempo en azoteas y techos de viviendas. Su sinopsis cuenta que, en el centro de La Habana, sobre una azotea, tres jóvenes amigos se reúnen día a día para contarse historias y sueños, para tratar de que el tiempo pase sin que se note. En medio de su aburrimiento, sin apenas recursos y soñando con la prosperidad, deciden armar un negocio propio.

Explica la directora debutante: “Para la búsqueda de locaciones nos encaramamos en más de 70 azoteas habaneras, que comprenden varios municipios. Huyendo del problema del sonido fuimos hasta Víbora Park y Casablanca, pero al final terminamos en Cayo Hueso. Porque Cayo Hueso tiene lo suyo. Esta pesquisa fue de a pie y durante meses, porque yo quería (y lo logré) una azotea que fuera estable, fuerte y que nos diera la suficiente riqueza visual. En la búsqueda encontramos desconocidos que nos abrieron la puerta para que nos encaramáramos en su techo. La ciudad vista desde arriba enseña de todo. Puedo decirte que somos especialistas en azoteas habaneras. Fue agotador el proceso, pero nos sirvió para encontrar la mejor locación posible.”

Para realizar esta película, Ramos contó con el fondo alemán Bread-for-the-world-Protestant Development Service, el apoyo de la embajada de Noruega en Cuba, de la empresa independiente JenovaPRO, el apoyo del ICAIC y con la pequeña empresa familiar, también independiente, Mar y Cielo: “El techo es nuestra primera producción. Esta es una historia que tiene tiempo de quererse contar, pero no habíamos podido levantar el proyecto. Es una historia que también fue mutando con el tiempo. Yo quería construir una historia que se pudiera contar en un espacio abierto y limitado como son las azoteas, y que eso fueran mis únicos exteriores”, refiere Patricia.

Para la selección de los intérpretes, Ramos optó por rostros casi desconocidos: “Los personajes principales están defendidos por muchachos jóvenes. Son tres amigos que interpretan Enmanuel Galbán, Andrea Doimediós y Jonhatan Navarro y para los tres este es su primer protagónico en el cine. En el caso de Enmanuel y Andrea son muchachos que tienen una sólida formación, excelentes actores que están abriéndose camino. Jonhatan no es actor de profesión, estudia canto lírico, y fue una de las sorpresas de mi casting. Una buena parte del elenco se “estrena” en mi película y eso me da mucha alegría. Yo quería darle oportunidad a gente que eran rostros nuevos y la verdad, conté con actores muy buenos.”

La directora dirigiendo a los protagonistas. Foto: Cortesía.
La directora dirigiendo a los protagonistas. Foto: Cortesía.

Con un equipo de trabajo pequeño, Patricia ha podido hacer realidad su película: “Cuento con la participación de Yamilé Alán en la asistencia de dirección, la fotografía de Alán González, en el sonido directo Leo Dolgan, la postproducción de sonido de Angie Hernández, en la edición Kenia Velázquez, la producción de Humberto Jiménez, y la música es de Juan Antonio Leyva y Magda Rosa Galbán, con la colaboración del grupo Kola Loka, quienes me dieron dos temas para la película”.

Patricia Ramos es egresada de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños en la especialidad de guion. Con Na Na (2004), su primer corto de ficción, decidió lanzarse a la dirección. Después le siguió el muy celebrado El patio de mi casa (2007). Con ambos cortometrajes obtuvo varios premios en la Muestra Nacional de Nuevos Realizadores y en el Festival Internacional del Cine Pobre en Gibara. Ha impartido cursos de guión en Cuba, Costa Rica (Universidad VÉRITAS), Argentina (Universidad de La Punta) y Brasil.

“Durante estos últimos siete años en los que no filmé me he dedicado a escribir mucho y también hemos estado presentando los proyectos de guiones a los distintos fondos. Todos estos guiones que he escrito son para trabajarlos yo como directora. Estos años han sido más dedicados a la maternidad y a la escritura.”

Para todo director, lo más difícil es conseguir fondos para realizar su obra y, después de terminada, lograr ponerla a circular en los festivales y circuitos de exhibición. Sobre el tema, dice Patricia:

“En el último Festival de San Sebastián presentamos al Foro de Coproducción el proyecto El sueco, escrito por Humberto y por mí, con el que anteriormente habíamos estado en un taller de Ibermedia. Esta es una película de época que se ambienta en Centroamérica. Cuenta la historia de un sueco en medio de una dictadura y su relación con el presidente del país. Es un proyecto muy ambicioso y para poderlo lograr hay que tener mucho dinero. Y bueno, desafortunadamente, uno no pertenece a países con fondos nacionales y apoyos abiertos al cine donde se pueda aplicar y eventualmente lograr una financiación. Cuando se tiene un proyecto como este, uno queda medio desamparado. Si no tienes un apoyo consistente es muy difícil levantarlo”.

Patricia tiene además un proyecto de película que podría realizarse en Nicaragua, titulado Eclipse. El guion es de Humberto Jiménez. “Con este obtuvimos una mención en el concurso de guion para Largometraje “Julio Alejandro” de la SGAE. Para realizar en Cuba tenemos dos proyectos. Uno que también es de época, sobre la historia de Enriqueta Faber. El otro lo estoy escribiendo y es una historia de amor actual de una mujer de mediana edad.”

Con El techo Patricia se suma a lista de directoras cubanas que han realizado largometrajes de ficción. Entre ellas destacan Sara Gómez (De cierta manera, 1974), Teresa Ordoqui (Te llamarás inocencia, 1988), Carolina Nicola (Así de simple, 2006), Rebeca Chávez (Ciudad en rojo, 2009), Marilyn Solaya (Vestido de novia, 2014) y Jessica Rodríguez (Espejuelos oscuros, 2014).

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