Carlos Acosta llevará “Folclor” al Festival Perelada

"Es una simbiosis de talento cubano y extranjero", ha dicho Carlos Acosta. Se presenta los días 26 y 27 de julio, en el Mirador del Castillo.

“Híbrido” está inspirada en el mito de Sísifo. Foto: elpuntavui.cat.

El bailarín y coreógrafo cubano Carlos Acosta presentó esta semana su espectáculo Folclor, con el que se adentra en la identidad cubana y que se podrá ver en el Festival Perelada los días 26 y 27 de julio, en el Mirador del Castillo, en Gerona, Cataluña.

En la presentación de Folclor, en la que además de Acosta (La Habana, 1973) también ha participado Oriol Aguilà, director artístico del Festival Perelada, el coreógrafo dijo que se trata de un espectáculo en el que “existe la esencia de la compañía, lo que hace que esta sea diferente”.

El bailarín ha asegurado que “es una simbiosis de talento cubano y extranjero”, por lo que hay una mezcla de tradición, de folclore cubano y de contemporaneidad, que aporta el talento foráneo.

A esto, Acosta ha añadido que el espíritu de la compañía cubana es el de formar a bailarines que puedan combinar los géneros clásico y contemporáneo sin esfuerzo, imbuidos por las ricas influencias musicales y de la danza cubanas, para “crear un repertorio apasionante y estimulante y que desborde las fronteras convencionales”.

Así pues, el programa de Folclor incluye piezas de coreógrafos muy inspiradores de Cuba, Suecia y España, con los que la compañía ha trabajado.

La coreografía “Paysage, soudain, la nuit”, del bailarín, cineasta y coreógrafo sueco Pontus Lidberg, abrirá la velada, con una pieza para 11 bailarines que festeja la juventud entre el atardecer y el amanecer, sobre una partitura de Leo Brouwer -prestigioso compositor, guitarrista y director de orquesta cubano-, inspirada en la rumba.

Se trata de algo más de un cuarto de hora de pura energía contagiosa y juego de piernas latino, pensado para una música tradicional frenética. Acosta ha remarcado que es de una pieza “caracterizada por una alegría casi juvenil”, así como también la participación de la artista local Elisabeth Cerviño, autora de la escenografía.

La segunda coreografía de la noche es el dúo “Soledad”, que es obra del coreógrafo español Rafael Bonachela y tal y como ha explicado Acosta, solo se ha puesto en escena una sola vez. Se trata de una pieza elegante, sexy y emocionalmente cargada, una pieza que, según Acosta, “contiene todo lo que es latino” y que explora los lados salvaje y tierno de una relación.

La coreografía de Bonachela, también de una duración aproximada de poco más de 15 minutos, profundiza en las raíces españolas del autor, aunque fue concebida a partir de la música de la cantante mexicana Chavela Vargas y del ‘Hommage à Piazzolla’ de Gidon Kremer.

Tras el descanso, la velada concluye con “Híbrido”, una pieza para 9 bailarines de los coreógrafos cubanos Norge Cedeño y Thais Suárez, que ilustra la energía y la destreza de los bailarines a la hora de mezclar, sin que se noten las costuras, las tradiciones africanas de los yorubas con un baile esencialmente contemporáneo.

Carlos Acosta y su compañía nominados a premios nacionales de danza del Reino Unido

“Híbrido”, que tiene una duración de poco menos de media hora, está inspirada en el mito de Sísifo, que fue condenado a empujar una roca inmensa montaña arriba, para que rodara hacia abajo indefectiblemente una vez se acerca a la cima, y a repetir esta acción durante toda la eternidad, sin darse nunca por vencido.

Los coreógrafos crean un universo muy particular, en el que se confunde la realidad con la irrealidad y los bailarines, que representan el poder de la danza para lidiar con los retos cotidianos, tratan de alcanzar futuros imaginarios en una isla –metáfora sutil de Cuba- que revela sus misterios a medida que la noche avanza hacia el día.

Efe/OnCuba.

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