Renunciar al Cincinatti por bailar en Cuba

Rodrigo Almarales renunció a bailar en el más reciente estreno del Ballet de Cincinatti para actuar en el 24 Festival Internacional de Ballet de La Habana. Por estos días, la compañía estadounidense interpreta Peter Pan, un nuevo montaje coreográfico del director del Ballet de Washington, Septime Webre, pero el artista prefirió volar a su ciudad natal para cumplir el sueño de danzar junto al Ballet Nacional de Cuba (BNC), la compañía en la cual su madre fue primera solista.
“Cuando me fui de la isla tenía 10 años y todo se veía enorme. Ahora, las cosas lucen un poco más chiquitas y no tengo que subir tanto la cabeza si converso con mis familiares”, comentó risueño.
Para este joven, el retorno a casa ha sido interesante, “un choque emocional”, me repite varias veces.
Almarales bailará el próximo 31 de octubre en el programa titulado La magia de la danza, que reúne escenas de algunos clásicos de relevancia y donde él interpretará el pas de deux de Coppelia, con la bailarina principal del BNC, Grettel Morejón. También junto a ella protagonizará el pas de deux Las llamas de París, los días 4 y 7 de noviembre, en dos programas conciertos en el Teatro Mella.
“Nunca he bailado el pas de deux completo de Coppelia, solo había hecho la variación masculina cuando niño, así que este será mi estreno y tengo solo cuatro días para aprendérmelo”, reveló emocionado por el reto.
“El dueto de Las llamas de París me gusta mucho y lo he bailado bastante, pero Coppelia fue una sorpresa que me propusieron aquí”, contó al terminar uno de los ensayos.
Tras el retiro profesional, la madre de Almarales aceptó un contrato como maestra en México y llevó consigo al hijo de 10 años de edad en 1999.
El niño había comenzado a estudiar ballet en la escuela de nivel elemental de La Habana y continuó cultivando su vocación artística en México durante cuatro años, luego tres en Canadá y uno en Alemania, donde obtuvo su primer contrato profesional.
Rodrigo trabajó en Italia, antes de establecerse en el Cincinatti, una compañía en la que ha podido bailar El lago de los cisnes, Cascanueces, Giselle y otras piezas concebidas en estilo clásico pero de realización reciente como El rey Arturo, Cenicienta y Alicia en el país de las maravillas.
Aunque ha participado en piezas de William Forshyte y Jiri Kylian, le gustaría hacer más coreografías de estos autores, también de Christopher Wheeldon y de Nacho Duato, cuya obra admira pero todavía no ha podido disfrutar como intérprete.
Respecto a Cuba, alberga el sueño de bailar un Don Quijote completo con la compañía nacional.
“Si me dieran a escoger un clásico elegiría ese porque es uno de mis ballets favoritos. De todas las versiones, confieso que mi preferida es la del ruso Mijaíl Baryshnikov porque tiene unas variaciones para el hombre espectaculares, pero por bailar con el BNC hago cualquier versión. Realmente, mi gran deseo es venir a La Habana para hacer Don Quijote con esta compañía maravillosa”, dijo este solista del Ballet de Cincinatti mientras esperaba la llegada de sus familiares.
Falta ahora la prueba del público, de ese público que como bien él reconoce “es famoso” por conocimientos, júbilo latino y honestidad.

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