Vientos de Camagüey palpitan en danza

Algunos escriben poesías, otros componen canciones, Pedro Ruiz es de esos seres que cuando se inspiran idean coreografías. La ciudad cubana de Camagüey, con sus calles intrincadas y brisas dulces, le provoca por estos días “Momentos en el viento” que eligió inmortalizar en danza.

El Ballet Contemporáneo Endedans esparcirá estas sensaciones a partir del 24 de enero en el Teatro Principal de aquella provincia de la región central de la isla, ubicada a unos 500 kilómetros de La Habana. El estreno mundial de “Momentos en el viento” deviene pretexto ideal para comenzar a celebrar el aniversario 500 de la fundación de la llamada ciudad de los tinajones pues, según Ruiz, en la obra intentó plasmar la excepcional elegancia de su arquitectura, habitada por el pulso sensual de su gente.

Pedro nació un poco más al oeste, en Santa Clara, allí se enamoró de la danza en la escuela local Olga Alonso y a los 16 años de edad su familia se mudó a Venezuela, donde continuó estudios en el célebre Teatro Teresa Carreño. Su mejor momento como bailarín profesional activo llegaría en Estados Unidos al convertirse en bailarín principal del Ballet Hispánico, una compañía radicada en Nueva York. Durante 21 años, Ruiz ostentó ese rango, creó coreografías para el conjunto y obtuvo reconocimientos como el Premio Bessie de Danza, una de las mayores distinciones culturales en Norteamérica.

Nunca olvidó sus raíces, la gran pasión que siente por Cuba lo llevó a fundar en 2010 el Proyecto Ventanas, con el fin de propiciar oportunidades de interacción entre artistas de Estados Unidos y Cuba. Las aspiraciones se cumplieron en 2011, cuando Ruiz montó en su país natal una coreografía para Danza Contemporánea. La compañía nacional bailó “Horizontes” en La Habana y después en Nueva York, en el Joyce Theatre, el mismo recinto donde el bailarín actuó por más de dos décadas junto al Ballet Hispánico.

Como era previsible, Pedro intentó reencontrarse con sus orígenes mediante la creación de una pieza para Danza del Alma, de Santa Clara, que bautizó El camino, y realmente le ayudó a darse a conocer mejor en la isla. Sin embargo, la siguiente propuesta no le llegó en Cuba sino en Nueva York, en 2013, durante una recepción de la Misión Permanente de Cuba ante Naciones Unidas. El crítico de arte, Luciano Castillo, le propuso conocer Endedans de Camagüey, el resto de la historia cae por su propio peso.

El profesor de ballet del colegio universitario Marymount y de la Ailey School todavía recuerda la sensación del viento abrazándole y girándole en todas direcciones a su arribo a la ciudad cubana hasta entonces desconocida para él.

“Al comenzar a explorar, caminé por un laberinto de calles intrincadas sin entender por qué las sentía tan mediterráneas; las brisas dulces, casi intoxicantes que me rodeaban, me llevaron a sitios inesperados”, escribió para luego traducir las palabras precisas en gestos.

La nueva coreografía recoge su percepción del paisaje urbano, las primeras emociones en las super estrechas calles camagüeyanas. “Era como estar dentro de una exhibición con paredes móviles que iban cambiando de lugar en cuanto yo giraba mi cabeza. Los colores de los edificios, la sensación de los adoquines bajo mis pies, la cara expectante de un niño corriendo hacia su madre, las risas y miradas intensas de dos amantes sentados hambrientos en un café, una calle y tantos corazones latiendo y confundiéndose uno con el otro, siempre descubriendo un nuevo momento en el viento”, apuntó.

Ruiz cree que los bailarines de Endedans serán capaces de traducir tanta emotividad y dinámica pues asegura haber encontrado artistas muy lindos y de mente abierta. “Poseen una base clásica que ayuda a desarrollar el tipo de trabajo que yo realizo y habilidades plenas para la danza contemporánea. En Camagüey me han dicho: ¡maestro, qué rápido usted monta! Pero cuando se trabaja a gusto, en un ambiente inspirado, las circunstancias dan paso a momentos como este, en el viento, pero apresados en una coreografía”, atestiguó el coreógrafo con obras montadas en el Joffrey Ballet, Luna Negra de Chicago, el New Jersey Ballet y Dance Theatre of Harlem, entre muchas instituciones.

Fiel al Proyecto Ventanas, Ruiz espera estrechar vínculos con otras compañías del interior de Cuba a fin de seguir fomentandoentendimiento y diálogo mediante la creación y la interpretación de la danza. De momento, ultima detalles en Camagüey para el estreno de “Momentos en el viento”. Él mismo diseñó los vestuarios de conjunto con la también reconocida coreógrafa Tania Vergara, directora de Endedans. Kyle Rosenberg, un técnico de luces norteamericano, estará a cargo de la iluminación.

Los días 25 y 26 de enero, el público podrá disfrutar del mismo espectáculo, producido para rendir culto a esta ciudad fundada en febrero de 1514 con un nombre bastante notable, Santa María del Puerto del Príncipe. El estreno potenciará sus aires de grandeza, pero según Ruiz, la señorial Camagüey merece, agita, inspira.

Fotos: Milton Ramos

Endedans en ensayo de Momentos en el viento_foto Milton Ramos

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