Elpidio Valdés, en el alma de un pueblo

A 50 años de la primera publicación del mambí creado por Juan Padrón, este personaje se ha convertido en símbolo identitario de toda una nación.

Juan Padrón y Elpidio Valdés. Foto: Ian Padrón.

Es difícil que alguien en Cuba no conozca a Elpidio Valdés. Puede que los niños de ahora se emocionen con Mickey Mouse, Fernanda o Dora la Exploradora, pero se saben al menos una frase del icónico animado creado por Juan Padrón. Puede que los jóvenes no conozcan tanto acerca de los héroes de las guerras de independencia de Cuba, pero conocen al mambí de los muñequitos.

Puede que en las escuelas muchos no presten la debida atención a las clases de historia, o los profesores enseñen los contenidos “de carretilla”, pero si muchos hoy sabemos lo que fue una trocha, los cañones de cuero, los toques de corneta militares, los tipos de machete o de armas de fuego, tácticas de guerrilla y una parte de la vida de la Cuba del siglo XIX, es gracias a Juan Padrón y su “hijo” más grande, ese que hoy celebra sus 50 años.

Con Elpidio viajamos en el tiempo y nos conocemos un poco más como cubanos, nuestras costumbres, parte de ellas incorporadas incluso de la mano de ese personaje y todo el universo creativo que lo rodea creado por ese maestro de la historieta que fue Padrón, quien por desgracia nos abandonó con mucho aun por hacer.

Juan Padrón genio cubano de la historieta. Foto: Ian Padrón.

Aquel muñequito medio ninja que salió por primera vez en la revista Pionero un día como este de 1970 en la caricatura de Kashibashi, dista mucho del mambí  que conocemos hoy, un personaje que fue cambiando acorde a lo que aprendía su creador, quien como el buen padre que fue, supo guiar por el buen camino al fruto de su creación.

“Elpidio es un símbolo”, nos dice Silvia, la más pequeña de los hijos de Padrón. “Habita en el alma de un pueblo de muchos años de lucha y sin embargo en medio de todo eso, Elpidio le ha arrancado una sonrisa a más de uno y le ha hecho disfrutar y conocer más sobre sí mismo, sobre el propio pueblo cubano y su historia, que no son cosas menores”, añade.

“Creo que, si bien muchas veces estamos en contacto con símbolos, este es sin lugar a dudas el más cubano y sería una tragedia que se perdiera con el paso del tiempo, porque hay otros símbolos de otros pueblos que sí se mantienen vivos y eso no se produce de manera espontánea, lleva un trabajo detrás”, nos comenta.

Con ella conversamos acerca del icónico dibujo animado, la convivencia Elpidio y Juan, los sueños de ambos y cómo pretende mantener vivo el legado de Padrón y de su personaje predilecto.

Juan Padrón, un pillo manigüero

¿Recuerdas cuándo te diste cuenta de que tu papá era el que hacía a Elpidio?

Yo no recuerdo exactamente el momento en el cual descubrí que mi papá era el que hacía Elpidio Valdés, pero sí lo sabía porque una maestra me corrigió una falta de ortografía cuando escribí El pidio, así separado; me sentí muy avergonzada porque cómo yo iba a tener una falta de ortografía si mi papá era el que hacía ese personaje.

Para mí era muy natural que mi papá hiciese eso, haber tenido una infancia siendo la hija de Juan Padrón me enseñó muchas cosas, como que aunque tú fueras muy exitoso, o fueses un gran artista o alguien muy genial, no tenías por qué sentirte superior a nadie.

Mi papá era una persona muy corriente, mi mamá cocinaba y él fregaba, mi madre lavaba una parte de la ropa y él otra, daba cepillo en el lavadero, enjuagaba las sábanas cuando no existían las lavadoras automáticas, se encargaba de limpiar el carro… era todo muy cotidiano y ordinario por un lado y, por otro, desde pequeñita tuve contacto con gente especial. Conocer a Quino y otros artistas enriqueció mi infancia, los amigos de mis padres también eran grandes profesionales con los que podías hablar de historia o de política.

¿Cómo recuerdas esos años de tu infancia?

Fue un enriquecimiento cultural. Los mejores recuerdos que tengo de mi infancia son con mi papá, quizás por eso lo adoro. Era muy divertido, siempre estábamos haciéndonos bromas el uno al otro, jugando… me dedicaba tiempo, si estaba limpiando el carro le preparaba galleticas con mayonesa para que fuera merendando, él me ayudaba con mis trabajos prácticos, siempre me hacía las portadas antes que existiesen las computadoras y me encantaba porque eran muy lindas. Siempre fue un padre muy cercano.

¿Participaban en la casa en el proceso creativo de Elpidio?

De la familia los creativos son mi papá, mi tío Ernesto y mi hermano Ian, sé que mi tío participó muchas veces en los guiones, con alguna duda cuando no sabía cómo solucionar una situación determinada, con algún consejo.

Ian, Ernesto y Juan Padrón, los creadores de la familia. Foto: cortesía de Ian Padrón.

Mi hermano desde pequeñito también lo ayudaba bastante, le daba algunas ideas, participaba en la grabación de las voces, hay una anécdota famosa de eso.

¿Era celoso con el personaje?

Elpidio Valdés, al ser uno de los personajes más gustados, ha tenido muchas reproducciones, por lo que ha sufrido varios destrozos. Papá sufría mucho las deformaciones que le hacían al diseño, los malos dibujos, también la extrapolación del personaje a otras instancias o momentos históricos que no tenían que ver con él, también cuando Elpidio se hacía líder de causas que no eran las de los mambises.

Él siempre quiso que se le respetara en su momento histórico, en su dibujo. Hemos estado trabajando en los últimos años en función de que cualquier persona que vaya a hacer una obra basada en Elpidio Valdés al menos pida autorización, porque sí nos gustaría seguir cuidando, como lo hacía él, el trazo y el dibujo.

¿Cuán parecidos son Juan y Elpidio?

Mi papá no era tan heroico ni tenía tanto protagonismo como un líder, como lo era Elpidio Valdés, pero sin lugar a dudas Elpidio tiene toda esa cubanía y ese patriotismo que mi papá tenía.

Él era muy cubano, pero no cubano desde los estereotipos como el que juega dominó o de los que habla alto, como otras cosas que se pueden asociar a nosotros, era el que va a la esencia de la cubanía.

Era antiimperialista, anticolonialista y rechazaba cualquier manifestación de imposición que pudiera sufrir Cuba, en eso sí era muy patriota, para nada chovinista, pero no aceptaba imposiciones desde una potencia extranjera.

Vivía con mucho orgullo de ser cubano.

¿Seguía trabajando en Elpidio?

Mi padre fue un artista genuino y como todo artista, no paraba de crear. Tenía muchas ideas, muchos proyectos que se quedaron inconclusos, uno era hacer un 3D de Elpidio porque quería dejar una imagen que se pudiera replicar y que fuese de su gusto.

Dejó inconcluso el proyecto de La Manigua. También estaba trabajando junto con mi hermano para hacer el rescate de los originales de su obra y habíamos empezado a pensar un libro donde se compilaran las diferentes historietas de Elpidio y mi hermano sobre todo ha trabajado mucho en el libro en estos meses, que tampoco pudo llegar a ver mi padre.

Estuvo trabajando además en una autobiografía en historietas que ha quedado inconclusa, quería hacer de nuevo dibujos animados, quería terminar el Libro del mambí que lo empezó y le faltaron algunas páginas… la lista es larga.

En los últimos años me he dedicado mucho a ayudar a mi papá en la protección de su obra, en ese sentido hay muchas cosas que están saliendo ahora por los 50 años que veníamos trabajando en ellas desde hace más tiempo, lo que pasa es que no me dedico nada más a eso, aunque espero en un futuro sí poder hacerlo.

Harold Lopez Nussa - "Balada de Elpidio Valdes" feat. Kelvis Ochoa

Eso incluye el trabajo del sitio web. ¿Qué podremos encontrar ahí?

En la página web puedes encontrar, por ejemplo, una sección dedicada a él, donde se cuentan los principales momentos de su vida desde que era pequeño, después cuando empieza a crear a Elpidio, su relación profesional con Quino que también fue muy importante, los proyectos en los que estaba involucrado en los últimos tiempos.

Va a haber una relación de diferentes datos de Elpidio, desde una caracterización de cada uno de los personajes, los cortos y los largometrajes, libros que se han publicado de Elpidio, documentales que se han hecho.

En el sitio se podrá encontrar también la descripción del centro cultural y recreativo La Manigua, un proyecto que mi padre y yo habíamos estado desarrollando con el apoyo del Ministerio de Cultura, el Fondo de Bienes Culturales y el Gobierno de la ciudad y otras instituciones que se irán sumando.

“La Manigua”, donde está prohibido no tocar

Básicamente ahora cuando salga serán esas tres secciones: la de La Manigua, la figura de mi padre y sobre Elpidio, pero la página seguirá creciendo, tendrá una sección dedicada a Vampiros en La Habana y al resto de obras que entienda.

¿En qué estado se encuentra La Manigua?

Aun está en fase de planificación digamos, en el próximo semestre empezarán las obras de construcción, pero estoy contenta de cómo están quedando los espacios, estamos logrando que los conceptos que teníamos inicialmente se vayan concretando. Queríamos que fuese un sitio con mucha interacción y juegos para los niños también, donde hubiesen una promoción de los mejores valores de la cubanía.

Mi gran insatisfacción fue que mi padre se quedó sin verlo, se quedó a nivel de sueño todo lo que hablábamos, pero estoy contenta de tener el apoyo institucional para llevarlo a cabo y que en este 50 cumpleaños de Elpidio empiece a ejecutarse la obra.

Parte de mi propósito de vida es ese, que Elpidio y el resto de sus personajes se mantengan vivos, porque nos hace reconocernos y reírnos de nosotros mismos, que muchas veces somos tan solemnes y también nos hace sentir del lado correcto del corazón.

Las cosas que nos salvarán, resumidas por Juan Padrón

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