Enrique Bueno, sin miedo a fracasar

Los personajes que ha interpretado le han permitido registrar su nombre entre los referentes de la actuación en la isla.

Enrique Bueno. Foto: tomada de su perfil en Facebook.

Enrique Bueno nació en Camagüey el 16 de julio de 1980. Desde joven deseaba desarrollar una carrera exitosa en el universo artístico. Su sueño se ha hecho realidad: hoy día Enrique no necesita presentación. Los personajes que ha interpretado en teatro, cine y televisión le han permitido registrar su nombre entre los referentes de la actuación en la isla. Su talento y calidad interpretativa están fuera de duda.

Su trayectoria incluye las telenovelas Polvo en el viento, Aquí estamos, La cara oculta de la luna y En tiempos de amar. Según él, es ahora que está viviendo los mejores momentos de su carrera.

Foto: cortesía de Enrique Bueno.

Muchos perciben la actuación como una profesión en la que no hay muchas garantías de estabilidad. ¿Tus padres tuvieron recelos o te apoyaron en tu decisión de dedicarte a actuar?

No me la prohibieron, pero fue una decisión que les costó trabajo asimilar. Terminé el doce grado y decidí lanzarme a este difícil mundo artístico. Para ellos estaba entrando en algo desconocido. Para colmo, no me aceptaron en el Instituto Superior de Arte, hoy Universidad de las Artes (ISA).

Me aventuré a perseguir la carrera de actor por un instinto, por un deseo personal y lo hice de manera autodidacta; aunque entonces no tenía indicios de que podría tener éxito en el mundo de la actuación.

¿El hecho de que no te aprobaran en el ISA te motivó a proponerte metas más desafiantes?

Creo que sí. Hay personas a las que, cuando les dicen que no, les da por empeñarse en lograr sus objetivos. El hecho de que me cerraran las puertas del ISA me hizo superarme cada día más. Sin embargo, nunca abandoné la idea de entrar a ese centro académico.

La profesionalización es un camino importante. De hecho, en estos momentos estoy estudiando en el ISA. El actor no puede acomodarse, creo que después de veinticinco años de carrera necesitaba reinventarme. Lograr un título universitario es una deuda que tengo conmigo mismo.

Aunque hay varios ejemplos de artistas que han trascendido de forma autodidacta, pienso que es muy importante transitar por esta institución y nutrirse de todos los conocimientos posibles.

Foto: cortesía de Enrique Bueno.

¿Qué se aprende en el camino de la actuación?

Se aprende a ser tolerante. Cuando empiezas a temprana edad en este medio tienes muchos deseos de trascender y a veces uno se pierde entre esas expectativas. Ser joven y popular te hace perder la perspectiva.

He sido consecuente con mi carrera, pero cambiaría algunas cosas. En mis comienzos habría tenido más paciencia para elegir mejor los proyectos laborales a los cuales me dedicaría. Eso se aprende con la madurez profesional y personal.

¿Has tenido que sortear prejuicios en algún momento de tu carrera?

Si has tenido una carrera coherente y exitosa en la actuación probablemente has chocado con prejuicios; creo que esas cosas van de la mano. En mi caso he tenido que aguantar calumnias incluso por parte del mismo gremio, mitos alrededor de mi imagen, que se haya asumido como verdadera una idea errónea de mí. Esas cosas, en ocasiones, te puede llegar a afectar en todos los ámbitos de la vida.

¿A qué obra o personaje vuelves constantemente?

Siempre vuelvo a la obra Morir del cuento, en la tuve la oportunidad de aprender del maestro Abelardo Estorino. Tengo que mencionar también Cuatro Menos, de Amado del Pino, que estrenamos con Vital Teatro. Son las dos obras más importantes de mi carrera.

En televisión obligatoriamente tengo que hablar de Leroy, en la telenovela La cara oculta de la luna y de Pedro en Aquí estamos.

Con Dianelys Brito en la telenovela “La cara oculta de la luna”. Foto: cortesía de Enrique Bueno.

Con un largo recorrido en la profesión, ¿cómo mantienes tu pasión por el arte?

Va cambiando con el tiempo. Ahora mismo te diría que el arte me oxigena, cuando represento un personaje me siento realizado y me olvido de todas las cosas que pasan a mi alrededor. El arte es mi templo, por eso cuido tanto mi profesión y en esta etapa no voy a hacer ningún trabajo con el que no me sienta realizado.

¿Qué te ha hecho madurar y crecer en tu carrera?

Hay muchos factores que te hacen madurar. En mi caso, te puedo decir que hubo un antes y después en mi vida a raíz del nacimiento de mi hija. A partir de ese momento vi la vida con otros colores, empecé a experimentar sentimientos que antes eran desconocidos, aparecieron miedos que no tenía y todos esos elementos son importantes para un actor.

Con su hija. Foto: cortesía de Enrique Bueno.

Lógicamente, también toda la experiencia que he adquirido en los diferentes medios me ha dado seguridad y herramientas para ser el actor que soy en este momento de mi carrera.

¿Has sentido alguna vez que un personaje se te fuera de las manos y no has dado el máximo a la hora de interpretarlo?

Siempre pienso que pude haber dado más en todos los proyectos que he trabajado. En ocasiones, cuando veo los personajes que he hecho, me replanteo cosas que podría mejorar. Me considero una persona perfeccionista en el ámbito profesional y muy exigente conmigo mismo, por eso me entrego a cada cosa que hago; intento hacer las cosas lo mejor posible.

Foto: cortesía de Enrique Bueno.

¿Cómo mide un artista el éxito o el fracaso de su trabajo?

En el arte uno debe proponerse metas. Si uno se conforma con lo que ha hecho está destinado al fracaso. Los objetivos que tenía cuando llegué a La Habana no son los mismos que tengo ahora.

En una etapa de mi vida me aferré a una forma de hacer que no me permitió obtener los resultados que deseaba y saltar ese otro escalón que le hacía falta a mi carrera. Son aprendizajes que uno va adquiriendo con el paso del tiempo, que te van haciendo más fuerte y te van mostrando el camino.

Los artistas siempre estamos en una cuerda floja, pero uno no puede andar con miedo a fracasar. Hay que prepararse para cuando las oportunidades de trabajo aparezcan.

Entre los personajes recientes que has interpretado está el Poeta de la serie Lucha contra Bandidos (LCB). ¿Qué te atrajo del personaje?

Lucha contra Bandidos (LCB) fue un regalo que me hizo Roly Peña. El Poeta no era un personaje importante dentro de la trama de la serie. Cuando comenzamos a trabajar Roly me comentó las características del personaje y me dijo que se iba a enriquecer y que ganaría relevancia en la marcha.

Es una experiencia que siempre voy a guardar con muchísimo cariño, no solo por la acogida que tuvo en el público sino también porque la serie me permitió interactuar con grandes colegas y directores de este medio.

A pesar de que las grabaciones eran en locaciones complejas y se extendían a altas horas de la noche por una serie de situaciones que aparecían en el rodaje, este ha sido uno de los proyectos que más he disfrutado y agradecido.

Y el séptimo arte, ¿por qué no te hemos visto con tanta frecuencia en la pantalla grande?

Es una lástima. Me habría encantado arropar el cine mucho más y participar en algunos de los largometrajes que se han grabado en nuestro país. La respuesta está en el hecho de que le dediqué mucho tiempo a la televisión. Cuando estás tantos meses grabando una telenovela, por más que quieras no puedes comprometerte con otro proyecto. Me convocaron en varias ocasiones, pero por esta razón no pude aceptar las propuestas que me llegaron en su momento.

Recientemente formé parte de la película El Mayor, que me trajo muchas alegrías, primero por el hecho de ser camagüeyano y, segundo, porque me hayan llamado para una de las mayores producciones que se han realizado en los últimos tiempos en Cuba.

Otro personaje que te conectó con el público fue Marcos, en la telenovela Tan lejos y tan cerca…

Inicialmente los directores Alberto Luberta Martínez y Loysis Inclán querían que Marcos lo hiciera una persona con formación musical. De hecho, se les hizo casting a varios músicos para ver si tenían aptitudes para la actuación, pero no dieron con la persona que cumpliera con todos los requisitos.

Entonces me llamaron y me propusieron el personaje. Me encantó hacerlo; Marcos tenía un conflicto interesante que iba a llamar mucho la atención en los capítulos finales de la telenovela.

Llevaba un tiempo sin hacer este tipo de dramatizados así que me decidí por el sí. Tan lejos y tan cerca cumplía con varios aspectos que tengo en cuenta a la hora de elegir una propuesta de trabajo.

Tenía una buena historia, socialmente le aportaba al espectador, entretenía, generaría polémica y nos acompañó un buen equipo de profesionales que propiciaron un buen ambiente en el colectivo.

¿Se te ha dificultado vivir de lo que te apasiona? ¿Antepones otros proyectos al arte por falta de propuestas laborales?

En una etapa de mi vida tuve un estudio fotográfico, y en estos momentos estoy en el proceso de creación de una mipyme. Estoy incursionando en un emprendimiento que me ofrezca una estabilidad económica y sea una alternativa para poder apostar por el arte que deseo hacer.

Es una vía para seguir respetando mi profesión y poder dedicarme a mi verdadera pasión sin preocupaciones. A través de ella podré crecer más como actor; no es un secreto que cada día se hace más difícil vivir del arte en nuestro país.

¿Qué tienes marcado en rojo en tu lista de prioridades que aún no hayas cumplido?

Quisiera que me propusieran buenos proyectos cinematográficos. Como te comenté, no he podido hacer todo lo que hubiera querido en el séptimo arte. Esa es una meta que tengo pendiente y espero cumplir.

Salir de la versión móvil