Fallece en La Habana el poeta Eloy Machado, El Ambia

No fue solamente un poeta peculiarísimo, heredero y re-creador de las tradiciones culturales populares urbanas, sino también el promotor de La Peña del Ambia, que se celebra desde 1985 en el patio de la UNEAC.

Foto: David Garten.

Foto: David Garten.

El poeta y animador cultural Eloy Machado, más conocido como El Ambia, falleció hoy en la Habana a los 78 años.

Nacido en la propia ciudad en el seno de una familia obrera, desde temprano se vinculó a la rumba que se tocaba y bailaba en el solar del Reverbero. Trabajó como obrero de la construcción hasta 1985, en que pasó al Fondo Económico para la Literatura y las Artes, y más tarde a la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

En 1980, a los 40 años, publicó su primer poema  “Tautaya remember compota no va” en un boletín de la UNEAC. Cuatro años más tarde, sobrevino su su primer poemario, Caimán lloró.

Asimismo, dentro de su obra poética se encuentran los títulos Poesía 4 (plaquette,1989), Jacinta ceiba frondosa (plaquette,1992), Callejón del suspiro (1993), Vagón de mezcla (1998), Del 1 al 6 la vida (1999), Soy todo (1999), Por mi pura (2003) y Poemas ocasionales (2005).

En 1989 viajó invitado a Martinica. Poemas suyos fueron traducidos al italiano y al inglés e incluidos en la antología No me dan pena los burgueses vencidos.

Pero el Ambia no fue solamente un poeta peculiarísimo, heredero y re-creador de las tradiciones culturales populares urbanas, sino también el promotor de La Peña del Ambia, que se celebra desde 1985 en el patio de  la UNEAC.


Su rostro resultó familiar por primera vez al gran público al figurar en el filme De cierta manera (1974), de la realizadora cubana prematuramente fallecida Sara Gómez, junto a los actores Mario Balmaseda y Mario Limonta.

Rogelio Martínez Furé lo bautizó como El poeta de la Rumba. Una vez declaró: “La rumba es amor, el sentimiento sonoro del marginal del solar, el cariño cuya génesis está en la pobreza y tiene una raíz no casual, que se expresó en sus inicios tocando en escaparates, cajones, cazuelas y sillas”.

Y también: “Soy compartidor, amigo, hermano y compañero, precisamente ambia significa todo eso en lengua abakuá”.

Su poema “Soy todo (Ay Dios, ampárame)” fue musicalizado por Juan Formell:

Yo soy el poeta de la rumba
Soy danzón, el eco de mi tambor,
Soy la misión de mi raíz
La historia de mi solar,
Soy la vida que se va,
Ay, que se va.

Soy los colores del mazo de collares,
Para que la raíz no muera,
Soy ají, soy picante.
Soy el paso de Changó,
El paso de Obbatalá,
La risa de Yemayá,
La valentía de Oggún,
La bola, ¡oh! El trompo de Elegguá.

Soy Obbá soy siré siré
Soy aberiñán y aberisún
Soy la razón del crucigrama,
El hombre que le dio la luz
A Obdedí el cazador de la duda,

Soy la mano de la verdad,
Soy asere soy conciencia
Soy Orula.
Coro: Soy asere soy conciencia
Soy Orula.

La cultura cubana lo llora.

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